19 oct 2025 - 10:15 PMLogo La Crónica
Destino C

Cancún. Solo mencionar su nombre evoca imágenes de un mar con tonalidades imposibles de azul y de una sensación de descanso absoluto

Crea tu propia aventura en el Caribe Maya: la ruta en auto para redescubrir la península

La respuesta no siempre aparece en los mapas turísticos. A veces se esconde tras un giro inesperado en el volante, en un camino de terracería que conduce a un cenote de aguas heladas solo para ti. Se revela en el aroma a cochinita pibil que te obliga a detenerte en un pueblo que no estaba en el itinerario, o en la decisión espontánea de perseguir un atardecer desde las ruinas de una antigua ciudad maya. Es una invitación a construir un viaje a tu medida, uno donde la verdadera brújula es la curiosidad.

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El punto de partida y la llave de tu viaje

La verdadera aventura no comienza en una zona arqueológica o al borde de un cenote, sino en el preciso instante en que te das cuenta de que tienes el control total de tu tiempo. El primer paso para adueñarte de la Península de Yucatán es la logística al aterrizar. Una buena decisión en la renta de autos en Cancún define por completo tu experiencia, ya que te permite dejar las maletas y, en menos de una hora, estar explorando un rincón secreto mientras otros apenas organizan su traslado colectivo. Reservar con anticipación, sobre todo en temporada alta, te garantiza no solo disponibilidad, sino la posibilidad de elegir un vehículo que se adapte a tu plan, desde un auto compacto ideal para parejas hasta una SUV más cómoda si viajas con familia o amigos.

Con las llaves en mano y tu playlist favorita sonando, la carretera se abre ante ti. El asfalto de Quintana Roo y Yucatán está, en general, en excelentes condiciones, bien señalizado y es seguro. Ahora sí, comienza la exploración.

Primera parada, la ruta de los cenotes en Puerto Morelos

A solo unos treinta minutos al sur de Cancún, el tranquilo pueblo de Puerto Morelos sirve como el portal a uno de los secretos mejor guardados de la región. Nos referimos a la “Ruta de los Cenotes”, una carretera secundaria que corre hacia el pueblo de Leona Vicario y que está salpicada por decenas de maravillas naturales, cada una con una personalidad única. Tener tu propio auto te da el superpoder de ignorar los más concurridos y descubrir joyas. Por ejemplo, podrás encontrar el cenote La Noria, que ofrece una experiencia rústica en una caverna de aguas profundas. Si buscas algo de adrenalina, el cenote abierto Verde Lucero te espera con tirolesas y plataformas de salto. Para una vivencia dual, Kin Ha’ te permite nadar primero en un cenote subterráneo para luego relajarte en otro semiabierto.

Un dato práctico para esta ruta es que resulta indispensable llevar pesos en efectivo. La mayoría de los cenotes son administrados por cooperativas locales o familias y no suelen aceptar tarjeta. Además, es muy recomendable invertir en un protector solar y repelente de insectos biodegradables para proteger estos ecosistemas tan frágiles.

Valladolid, tu campamento base con alma colonial

Tras un par de horas de manejo sencillo desde la zona de cenotes, llegarás a Valladolid. Esta ciudad no es solo un “Pueblo Mágico”, es el corazón estratégico y cultural de tu road trip. Sus calles de colores pastel, la imponente Calzada de los Frailes y el Convento de San Bernardino de Siena te transportan a otro tiempo.

Cancun

Aquí, el plan es sencillo. Estaciona el auto y camina. Descubre sus tiendas de artesanías, prueba las marquesitas en la plaza principal al atardecer y, sobre todo, sumérgete en su gastronomía. Valladolid es la cuna de platillos yucatecos únicos que no siempre encuentras en las zonas turísticas costeras. Busca un restaurante local y atrévete a probar los lomitos de Valladolid, un manjar de carne de cerdo en salsa de tomate y especias, o la auténtica longaniza ahumada que se sirve con naranja agria y tortillas hechas a mano. El Cenote Zaci, ubicado en el corazón del pueblo, es una parada obligada para refrescarte después de la caminata.

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Expediciones desde el corazón de Yucatán

Lo mejor de Valladolid es su ubicación privilegiada. Desde aquí, estás a un corto trayecto en auto de algunas de las maravillas más espectaculares de la península. Ek Balam, por ejemplo, es una zona arqueológica a solo treinta minutos al norte y se presenta como la alternativa perfecta a un Chichén Itzá abarrotado. Su principal atractivo es que aún se permite subir a la pirámide principal, la Acrópolis, desde donde la vista de la selva yucateca es algo que no se olvida.

Otro viaje que justifica por sí solo la renta del auto es la visita a Las Coloradas y Ría Lagartos. A unas dos horas de Valladolid, te encontrarás con un paisaje surrealista en las enormes pozas de sal que adquieren un intenso color rosa. Tras tomar las fotos obligadas, donde no está permitido meterse al agua, conduce unos minutos hasta el pueblo de Ría Lagartos. Allí podrás contratar una lancha para un recorrido por la reserva de la biósfera, el hogar de la colonia de flamencos rosados más grande de México.

El viajero inteligente y responsable

La libertad de explorar en auto te invita a ser un viajero más consciente. Esto empieza por conducir con precaución, respetando los límites de velocidad y los abundantes topes que encontrarás al cruzar los pueblos. La fauna local a veces cruza el camino, así que es importante mantenerse siempre alerta. Al mismo tiempo, esta cercanía te permite apoyar a las comunidades locales cuando visitas sus cenotes, mercados o restaurantes.

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Cancun

Finalmente, recuerda que la seguridad es tu mejor copiloto. La Península de Yucatán es una de las zonas más seguras de México para viajar, pero siempre es bueno usar el sentido común y no dejar objetos de valor a la vista. Parte de esa tranquilidad proviene de saber que cuentas con un vehículo confiable; la certeza de que una compañía con respaldo nacional como Hertz México te acompaña en el camino se traduce en un viaje sin contratiempos. Y por supuesto, es fundamental tener presente la regla de oro que dicta que el alcohol y el volante nunca deben mezclarse. Disfruta de la increíble gastronomía y de las bebidas locales, pero hazlo siempre cuando ya hayas llegado a tu destino final del día.

El regreso a Cancún puede ser una oportunidad para una última parada en algún pueblo que te llame la atención por el camino. Volverás a tu hotel no solo con un bronceado, sino con historias que contar, con el sabor de la verdadera cocina yucateca y con la satisfacción de saber que descubriste un Caribe Maya que pocos se dan la oportunidad de conocer. Y todo, porque un día decidiste tomar las llaves y girar el volante hacia la aventura.