Nadie en Fresno imaginaba que la pequeña y tranquila ciudad de California acapararía los reflectores a inicios de marzo cuando Marcus Wesson, un afroamericano de 57 años, protagonizó el peor asesinato serial en la historia de la región al terminar con la vida de nueve miembros de su familia, incluidos niños.
Wesson, integrante de la iglesia Adventista del Séptimo Día, rompió el silencio de su comunidad el sábado 13 cuando lleno de sangre salió de su casa tras un asedio policial que duró varias horas, y durante el cual mantuvo como rehenes a sus hijos y otros parientes.
Todo comenzó por una disputa familiar: dos de las madres de sus hijos llamaron a la policía porque Wesson se negó a regresarles a los pequeños, pero cuando las autoridades lograron intervenir, se toparon con los cuerpos de las víctimas, cuyas edades oscilaban entre uno y 25 años: seis mujeres y tres niños varones, dos de los cuales había procreado con sus propias hijas, a quienes también asesinó.
Un día antes, por la noche, los elementos policiacos intentaron sin éxito hablar con Wesson. Después de varias horas entraron a la casa, dos mujeres salieron corriendo, y el asesino se encerró en uno de los dormitorios.
Fue en ese momento cuando la policía encontró los nueve cadáveres acomodados en forma de círculo, con las manos entrelazadas, bajo un montón de ropa y junto a 10 ataúdes de madera.
Hipótesis. Las características del crimen y las extrañas circunstancias en las que se perpetraron, dieron pauta a la sospecha de que se trataba de un ritual satánico, ya que según los vecinos, Wesson era un hombre extraño, antisocial, nunca platicaba con nadie, y se le veía salir con distintas mujeres, las cuales siempre se vestían con faldas largas y en ocasiones portaban velos.
Durante las investigaciones, se comprobó que el asesino convivía simultáneamente con cinco mujeres, a quienes acostumbraba someter. De hecho, cuentan que sus parejas caminaban siempre detrás de él, cabizbajas e inexpresivas.
Además, se supo que mantenía prácticas sexuales con otras mujeres, principalmente drogadictas y fugitivas.
Aparentemente, el día de la tragedia, Wesson tuvo intimidad con cuatro de las seis mujeres que mató.
Caso insólito. El crimen estremeció de tal forma a Fresno —en 24 horas se había cuadruplicado la tasa de homicidios— que las autoridades asignaron a seis forenses, el doble de lo normal, para que revisaran los cuerpos.
Un dictamen inicial reveló que los cadáveres estaban intactos y no mostraban signos de violencia, excepto por el disparo que terminó con sus vidas.
No se sabe en qué momento Wesson mató a sus familiares o qué tipo de pistola utilizó, pues en ningún momento se escucharon disparos. La única tesis probable, es que el multihomicidio se dio durante la noche del viernes, cuando la policía esperaba a que el asesino se rindiera.
Al parecer, el crimen fue planeado desde tiempo, pues Wesson compró los ataúdes encontrados cinco años atrás a una mujer del pueblo, con el pretexto de que necesitaba la madera para reparar una casa flotante.
El director de la policía Jerry Dyer, encargado del caso de poligamía, muerte e incesto, que sacudió a la ciudad californiana, aseguró que posiblemente Marcus Wesson será condenado a la pena capital, aunque por el momento puede salir bajo fianza, establecida en 9 millones de dólares.
El hombre de color, con cabello largo y actitud distraída, nacido en Kansas City, trabajaba desde hacía años en la compraventa de propiedades, no platicaba con nadie y normalmete sus vecinos tenían miedo por su apariencia.
Sin embargo, a las declaraciones en su contra, otros dos hijos del detenido que no estuvieron en la tragedia, Dorian y Serafino Wesson, se mostraron totalmente sorprendidos al escuchar las acusaciones contra su padre, pues aseguraron que él era un persona noble y excelente y que jamás fue abusivo
Incluso, Serafino de 19 años dijo a la prensa que había sido “el mejor padre que cualquier persona podría tener en la vida” y que la educación que le proporcionó fue tan buena que él esperaba criar a sus hijos de la misma manera.
Ambos hermanos negaron que su padre perteneciera a una secta o que practicara la poligamia y el incesto como lo han demostrado las autoridades.
Marcus Wesson había estado preso con anterioridad, pero únicamente por pequeñeces como multas de tránsito que olvidó pagar y a lo mucho estuvo dos meses tras las rejas.
Al ser capturado, el fanático religioso fue acechado por la prensa que buscaba explicación a los asesinatos. Wesson sólo gritó ante la multitud que lo seguía “los amo” mientras era conducido en una furgoneta a la cárcel de Fresno.
El “asesino múltiple de Fresno” como ya se le apoda no ha dicho las causas que lo llevaron a asesinar a su familia.
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