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El ganadero Rogaciano Alba tenía un pacto con los Beltrán Leyva, Los Zetas y La Familia

© La Secretaría de Seguridad Pública federal difundió un video donde El Roga revela que Edgar Valdés Villarreal, La Barbie, se encuentra en Acapulco

El ex edil guerrerense y líder ganadero Rogaciano Alba, detenido el jueves por la Policía Federal, ventiló un pacto entre el Cártel de los Beltrán Leyva, Los Zetas y algunos líderes de La Familia Michoacana para enfrentar al Cártel de Sinaloa, comandado por Joaquín El Chapo Guzmán.

En un video difundido por la Secretaría de Seguridad Pública federal, también reveló que Edgar Valdés Villarreal La Barbie, quien se supone sustituyó a Arturo Beltrán Leyva El Barbas al frente de la organización, se oculta en la ciudad de Acapulco.

El Roga, según la SSP-f, se había unido a las células del Cártel de Sinaloa dirigidas por El Chapo e Ismael El Mayo Zambada. Rechazó una invitación de El Barbas para hacerse cargo de la plaza de Guerrero.

Sobre las alianzas comentó: “Sabíamos que la gente de Arturo Beltrán ya era Zeta, y que eran los que estaban en Guerrero, en todo el estado”.

El enlace con La Familia era un sujeto conocido como El Chirris (Sinecio Julián Vargas Ibarra), quien fue detenido el 30 de junio del año pasado en un inmueble del poblado de Coyuquilla, municipio de La Unión, Guerrero.

“Hasta que El Chirris se unió con ellos, agarraron Petatlán”, afirmó.

Al ser cuestionado sobre si conoció a El Barbas, dijo:

“Sí, una vez lo vi en Ixtapa, en una casa que tenían ahí en la calle Golondrinas, rentada; fue la única vez: me mandaron llamar porque querían que yo agarrara una plaza, y les dije que no… Luego quiso matarme y me fui para Jalisco”.

—¿Dónde está La Barbie? —le preguntaron.

—En Acapulco, mucha gente lo dice, tanto en Petatlán como en Zihuatanejo.

También habló de Édgar Bayardo del Villar, ex mando de la SSP acusado de colaborar con Sinaloa y ejecutado recientemente:

“A Bayardo lo conocí en la Costa Grande, cuando hacía una investigación. Pidió que colaborara con ellos para regar a los Beltrán, pero no, no es correcto eso. Me dijo que iba a estar bien protegido”.

Y pese a que fue investigado por el caso, negó cualquier vínculo con el asesinato de la activista Digna Ochoa: “Ni ella me hizo mal, ni yo a ella”.

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