
Una de las cintas que ha causado revuelo desde su estreno mundial en el pasado Festival Internacional de Cine de Venecia es, sin duda, El Brutalista, proyecto que le otorgó el León de Oro a Brady Corbet por su magistral dirección detrás de este relato que, a través de una estructura de épica estadounidense, critica justamente los pecados del capitalismo y del maltrato a aquellas masas migrantes que pidieron asilo en su momento después de la Segunda Guerra Mundial.
La sinopsis del filme es la siguiente: Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto László Toth llega a Estados Unidos para reconstruir su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet tras verse obligados a separarse durante la guerra a causa de los cambios de fronteras y regímenes.
Solo y en un nuevo país totalmente desconocido para él, László se establece en Pensilvania, donde el adinerado y prominente empresario industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su talento para la arquitectura. Pero amasar poder y forjarse un legado tiene su precio...
“UNA VEZ QUE EMPIEZAS A ESCRIBIR ALGO, TODO SE VUELVE FICCIÓN”
Crónica Escenario charló con el director sobre la creación de esta monumental historia que compite en los Premios Oscar en 10 categorías incluyendo la de Mejor Película y Mejor Director: “Para mí, creo que una vez que empiezas a escribir algo, todo se vuelve ficción. Cada biografía que has leído, cada memoria, en realidad, que hemos revisado, es inherentemente un trabajo de ficción”, reflexionó Brady.
“Hay un nivel de detalle que hace que estas historias sean comprensibles, que son inspiradas por eventos reales, pero no son meros testigos donde todo está grabado. Para mí, se trata de personajes que son una amalgama de muchos personas de la vida real”, continuó.
“En este caso, el filme está basado en Marcel Breuer, Paul Rudolph, Ludwig Mies van der Rohe, entre otros arquitectos. Así que creo que para mí es un contrato más honesto con el público porque ayuda y libera a todos su detective interior, cuestionándose si pudo haber sucedido esto. Y de una manera extraña, me da la libertad de explorar lo que quiero temáticamente y no estar obligado con alguien”, añadió el oriundo de Arizona.
DETALLES DEL RODAJE DE EL BRUTALISTA
El director de obras como Vox Lux (2018) habló también sobre su peculiar forma de filmar este proyecto. “No filmamos en muchos sets. Se gasta mucho tiempo y energía en diseñar cada uno. Entonces, lo que intentamos hacer es filmar todo dentro de una sola toma a menos que existiera una razón específica para no hacerlo”, dijo.
“Nos ayudó tanto para la función como la forma narrativa de la historia. Creo que es más funcional grabar un filme de esa forma, pero eso también dicta el estilo que tendrá, dándole a la película un ritmo muy específico, que es un poco más cercano a la forma en que los filmes fueron hechos en los años 50”, siguió.
“Tuvo todo el sentido grabarlo con la forma en que se grababa en esos años, donde la coreografía, la puesta en escena, todo sucede en cámara y la delineación o la diseminación de información es algo que es muy específico y enfocado donde uno decide qué es lo que quiere que veas. Ahora es esto, ahora es esto otro y así”, afirmó a su vez el también veterano actor.
Si bien la larga duración de El Brutalista ha dado de qué hablar, Brady defiende su idea a capa y espada, incluso del departamento de edición. “Lo que lamento editorialmente de muchas películas de hoy en día es que sienten que se forman o crean en el estudio de edición”, expresó.
“Y no creo que esa sea la mejor forma de trabajar. Creo que tienes un problema real si estás tratando de encontrar tu historia ahí. Si bien a veces las cosas no siempre van según el plan y tienes que encontrar una solución, la mayoría de las ocasiones deberían ir justo como lo esperabas”, aseveró.
UNA ÉPICA NADA SENCILLA
Asimismo, Corbet sumó la importancia de crear una cinta como El Brutalista al más puro estilo del contexto en que se desarrolla.
“Decidimos filmar en VistaVision porque es una cámara que fue diseñada en los años 1950 y decidimos usar el brutalismo porque era un estilo de arquitectura que también surgió con los años de la postguerra, alimentándose del trauma de la misma. Fue una elección natural hacer un filme así porque parecía ser la mejor forma de transportar a los espectadores al periodo que buscamos retratar”, señaló.
Pero el camino hacia la tremenda épica no fue nada sencillo. “Escribimos el filme hace 7 años y hubo al menos un par antes de eso, donde estábamos hablando de esos temas y se empezó a cristalizar para nosotros. Cuando me siento a escribir algo, 90% de lo que pasa en la historia del filme está resuelto”, expresó.
“Me siento psicológicamente desbordado por tener la cinta finalmente en el mundo porque fue un montón de bagaje para llevarlo por tantos años. Por supuesto, hacer cualquier película se basa en ser increíblemente obsesionado, porque las películas no se hacen por sí mismas y requieren de un motor, y ése es el filmador”, declaró el realizador.
UNA PELÍCULA COMO ACTO DE RESILIENCIA
Además la realización de El Brutalista fue, en sí mismo, un acto de resiliencia: “El filme se cayó muchas veces durante esos años y es devastador cuando eso sucede. Así que realmente trato de elegir con calma cuando trabajo en un proyecto, en un tema, que es algo en lo que seguiré interesado por años y años”, dijo.
“Necesito que las historias que hago me sean vitales por largo tiempo. No me interesa tanto hacer una película sobre un rompimiento amoroso, por ejemplo. Simplemente no tiene un gran impacto cultural. Esta cinta me devolvió la vida y ahora sé que estoy haciendo lo que quiero”, agregó entusiasmado Corbet.
Finalmente, el arizonio meditó sobre las bases fundamentales para construir el monstruoso relato de El Brutalista. “Como director tienes algunos pilares que tienes que mantener. Porque esta es la razón por la que nunca he lanzado un filme que no fuera mi corte final”, destacó el cineasta.
“Me he comprometido antes miles de veces de formas que no pueden anticipar o imaginar. Pero las pocas cosas que puedo controlar son la integridad de la pieza. Haces todo lo que puedes para luchar por ella. En mi caso, puedo usar celuloide porque creo que no tenemos una herramienta mejor para capturar imágenes que esa”, continuó.
“Hay películas extraordinarias que han sido grabadas digitalmente, como Zona de interés y otro millón de películas que han salido de la revolución digital que son obras maestras, pero para mí esa es la excepción a la regla. Es cómo definir la diferencia entre pintar con aceite y agua, así que creo que mi trabajo como cineasta es defender esos pilares y será un filme diferente”, concluyó.
El Brutalista fue grabada en 33 días en dos países, teniendo un proceso complicado donde, afortunadamente para el destino de este drama americano de épicas proporciones, la integridad de la pieza se conservó gracias a la lucha constante de un director que siempre luchó por lograr conservar todo lo importante del relato que continúa su camino en esta temporada de premios, pisando fuerte en el marco del cine independiente que se arriesga a apostar por el cine de autor.