
Hugo González es diseñador gráfico para Médicos Sin Fronteras en Estados Unidos. En A Pie, su primer cómic con la organización, retrata los desafíos que enfrentan migrantes extracontinentales, como Terese y Jim, quienes dejan la República Democrática del Congo para atravesar un continente entero rumbo a Estados Unidos. Pero este relato no es únicamente suyo: es un collage narrativo de múltiples voces reales que, desde Colombia hasta México, compartieron con MSF el peso de una experiencia marcada por la violencia, la pérdida y la esperanza.
“Queríamos contar estas historias desde una perspectiva emocional y personal”, explica González. “Muchas veces se abordan desde un ángulo académico o político, pero no se siente lo que viven. Este cómic busca precisamente eso: conectar”.
El cómic surge de una colaboración entre las oficinas de MSF en México y Estados Unidos. El equipo viajó a distintas clínicas en territorio mexicano para recolectar testimonios de personas migrantes. Una frase en particular fue la chispa creativa para el título: “¿Cómo llegaste desde África hasta aquí?”, le preguntaron a una madre. “A pie”, respondió. Esa respuesta, cruda y directa, encapsuló todo el trayecto emocional y físico que González buscaba transmitir.

Contar sin mostrar: la violencia en la narrativa visual
Uno de los mayores desafíos fue representar con respeto temas tan delicados como la violencia sexual, la pérdida de seres queridos o el abandono. “La violencia era una constante. Escuchamos testimonios desgarradores”, recuerda el ilustrador. “Pero no queríamos ser explícitos. Usamos sombras, metáforas y texturas para que el mensaje emocional fuera claro sin recurrir al sensacionalismo”.
González apostó por un estilo visual que enfatizara lo humano: ilustraciones con trazos a mano, texturas de papel y carbón, y una composición íntima. El cómic no narra la historia de una sola familia, sino que combina experiencias de muchas para construir una narrativa universal, lo cual también ayudó a proteger la identidad de quienes compartieron sus testimonios.
“Era importante que el lector conectara sin sentirse invadido o expuesto”, afirma. “Queríamos que se sintiera que fue hecho con humanidad, con empatía”.

Dibujar lo que duele
Desde su lanzamiento, A Pie ha resonado con audiencias muy diversas. En la CCXP de México, evento donde se presentó recientemente, lectores se acercaron a Hugo para compartir sus propias historias migrantes. “Una persona me habló de cómo su familia migró de Rumania a Italia y luego a México”, cuenta. “Empezó a llorar mientras leía. Ahí entendí el impacto que puede tener un cómic como este”.
La dimensión personal del proyecto también marcó a González. “Mi padre cruzó la frontera a pie desde México hacia Estados Unidos. Trabajar en este cómic fue una experiencia profundamente personal. Por eso lo hice con tanto cuidado y cariño”.
A Pie es parte de un esfuerzo continuo de Médicos Sin Fronteras para contar historias invisibilizadas. La organización ha producido cómics, documentales y animaciones con el objetivo de sensibilizar desde el arte y los medios. Aunque Hugo no puede revelar los próximos proyectos, asegura que vienen más trabajos en esta línea: “Siempre estamos buscando maneras creativas y accesibles de contar estas historias”.
Para González, el mensaje es claro: “Migrar no es un crimen, es un derecho. Y todas las personas en tránsito merecen ser vistas, escuchadas y tratadas con dignidad”.