Pabllo Vittar rompió el escenario con un concierto que comenzó a las 9:45 PM, abriendo con “Number One”, un tema lleno de energía que provocó el inicio de la euforia colectiva que marco la pauta de lo que sería esta noche. Con cada canción, el Auditorio BB se convirtió en una pasarela, llena de outfits repletos de color y textura acorde al evento, junto a las coreografías y luces que dieron forma a una experiencia inmersiva. A lo largo del show, interpretó éxitos como “Flash Pose”, “Follow Me” y “Problema Seu”.
El espectáculo fue tan simbólico como potente: una gran bandera mexicana ondeaba de fondo mientras Pabllo salía al escenario enfundada en un saco rojo con satines negros, para ofrecer un repertorio cargado de identidad y cariño.
Derroche de orgullo y ritmo en el Auditorio BB
Vittar cerró con fuerza, dejando al público extasiado tras una secuencia final llena de ritmo, animaciones llenas de colores y entrega. La despedida fue tan emotiva como poderosa, reafirmando por qué su presencia escénica trasciende géneros y fronteras. El Auditorio BB fue testigo de un acto de arte y afirmación de inicio a fin tanto por Pabllo como el público luciendo sus outfits.
El momento más simbólico de la noche fue cuando la bandera mexicana apareció como parte del fondo del escenario, en un claro gesto de respeto y vínculo con su audiencia. Ese instante, junto con la interpretación de “Amor de Que”, causó una ola de emoción que selló la conexión entre Pabllo y su público mexicano, que en ese momento enloqueció más.