
En un pequeño departamento de la Ciudad de México, tres amigos desempleados se enfrentan al peso de la espera. Uno llega tarde, el coche no arranca y la incertidumbre se instala como un cuarto personaje que lo transforma todo. Así arranca El Plan, una obra de teatro dirigida por Mauricio Corredor, que se presentará todos los jueves y viernes de agosto en el Centro Cultural El Hormiguero. Bajo un tono de humor negro y crítica social, esta puesta en escena pone en juego las grietas, miedos y ternuras de una masculinidad contemporánea que busca repensarse desde la vulnerabilidad.
Interpretada por Mario Loría Camino, Luis Ernesto Verdín y Jorge Luis Moreno, la obra es una adaptación del texto del dramaturgo español Ignasi Vidal. En ella, los personajes Paco, Ramón y Andrade se refugian en la complicidad de una amistad que, pese al caos, logra sostenerlos. La propuesta escénica, íntima y vibrante, es también un retrato generacional cargado de preguntas incómodas: ¿Qué significa ser hombre hoy? ¿Dónde caben la ternura, el fracaso y la introspección en esa idea?
“El hecho de estar en un momento específico de la vida, como la mitad de la vida —si somos optimistas—, nos acercó de inmediato a los personajes”, compartió Luis Ernesto Verdín en entrevista. “Obviamente están las crisis de los personajes, que no son nuestras, pero que todos hemos experimentado en algún momento”.
Para Jorge Luis Moreno, uno de los elementos que más lo enganchó fue la mirada que propone la obra sobre la construcción masculina: “Nos hace preguntarnos cómo hemos sido formados los hombres en un mundo que exige ciertos patrones que ya no terminan de funcionar. Desde ahí, la obra nos sacude”.

Tres personajes, tres espejos
En escena, cada actor encarna a un hombre roto a su manera. “Ramón es un tipo callado, que sobrepiensa todo y le cuesta sumergirse en su mundo interior”, explicó Verdín. “La amistad con los otros dos personajes es el catalizador que lo obliga a romper esa máscara”.
Mario Loría describe a Paco como “un neurótico que está atravesando una crisis desde su masculinidad. No desde lo macho, sino desde su lugar en el mundo. Quiere controlar todo, y eso lo va sofocando hasta que revienta”.
Por su parte, Jorge Luis Moreno habló de Andrade como “alguien que huye de sus responsabilidades por miedo a mostrar su vulnerabilidad. Es un tipo que no se permite ser frágil, y eso lo aleja de los demás”.
Pero aunque cada actor se identifica con su propio personaje, reconocen que hay algo de sí mismos en los otros dos también. “Hay fragmentos de los tres que me identifican y me impactan. A veces soy más Paco, otras veces más Andrade… Y creo que el público va a sentir lo mismo”, dijo Loría.
La obra no solo habla de hombres, sino de una generación entera atrapada entre dos mundos. “Nos tocó ser testigos del final de una era y del inicio de otra”, explicó Jorge Luis. “Nuestros padres conseguían casa a los 30; nosotros llegamos a los 50 sin una propiedad. Vivimos una transición del bienestar, del género, de las tecnologías. Hemos tenido que adaptarnos a todo”.
Luis Ernesto añadió: “A veces me doy cuenta de que mis sueños no son míos, sino que vienen heredados. Crecimos con una expectativa que no necesariamente nos representa, y estamos justo en medio de generaciones que tienen otras formas de entenderse”.

El refugio de la amistad masculina
Uno de los pilares de El Plan es la amistad entre sus tres protagonistas, algo poco explorado en los escenarios desde una perspectiva emocionalmente honesta. “Es un culto a la complicidad”, dijo Loría. “A esa amistad entre hombres que no es perfecta, pero que es el único refugio donde pueden ser vulnerables sin ser juzgados”.
Para Jorge Luis, esa intimidad está cargada de una verdad incómoda: “Los tres personajes son capaces de apoyar al otro, pero no saben cómo abrirse. Tienen que suceder muchas cosas para que se atrevan a decir ‘me siento derrotado’. Y eso habla mucho de cómo nos enseñaron a ser hombres”.
Dirigida por Mauricio Corredor, la obra ha sido una experiencia reveladora para los tres actores. “Dirige con una sonrisa. Se divierte y nos permite jugar. Y entiende que el teatro se cocina lento, que se vive con el espectador”, contó Verdín.
Los tres ya habían trabajado antes con Corredor en distintos proyectos de cine, teatro y televisión, por lo que llegaron con una complicidad ya construida. “El lenguaje entre nosotros está establecido. Entramos a ciegas, pero con total confianza”, apuntó Jorge Luis.
Fragilidad masculina: entre el tabú y la catarsis
Una de las preguntas centrales de la obra es cómo abordar la fragilidad masculina desde un escenario. “Hay que distinguir entre la fragilidad masculina y la fragilidad de la masculinidad”, matizó Loría. “Aquí hablamos de la capacidad de tocarnos emocionalmente, de mostrarnos frágiles sin miedo”.
La puesta no pretende dar respuestas, sino abrir preguntas. “Me gustaría que el público se lleve muchas preguntas”, dijo Verdín. “Que se mueva de su zona de confort, que se incomode, que reflexione. Eso es el verdadero teatro”.
Montada en el Centro Cultural El Hormiguero, la cercanía con el público es parte vital de la experiencia. “Queríamos un teatro íntimo, donde lo que pasa en escena esté a centímetros de la gente”, dijo Jorge Luis. “Casi como si el público se asomara por la puerta de un departamento ajeno para ver qué se cocina adentro”.

¿Por qué no perderse El Plan?
“Porque es una buena empapada de realidad, con una dosis potente de humor negro”, coincidieron los tres. “Porque plantea cuestionamientos actuales sobre la masculinidad desde la comedia. Y porque nos permite, aunque sea un rato, dejar de sentirnos solos con esos miedos”.
O como dijo Verdín entre risas: “Y porque el chisme está buenísimo. Es como ver por la cerradura del vecino y darte cuenta que sus problemas también son tuyos”.
“El Plan” Temporada: Del 1 al 28 de agosto
Funciones: Jueves y viernes, 8:00 p.m.Sede: Centro Cultural El Hormiguero
Dirección: G. Mancera 1539, Colonia del Valle, CDMX
Una invitación a mirar de frente nuestras grietas, a reírnos de nuestras neurosis y a recordar que, a veces, lo único que nos salva es la amistad.