Escenario

Rocío Taboada, productora audiovisual latinoamericana, destaca por su sensibilidad narrativa y precisión técnica en proyectos como En primera persona (Star+) y El robo del siglo. Con una mirada íntima y humana, transforma el documental en una experiencia real y profunda

Rocío Taboada y el oficio de producir cine y documental en Latinoamérica

La cineasta Rocío Taboada
La cineasta Rocío Taboada Foto: Cortesía

Producir cine en América Latina sigue siendo, aún hoy, un acto de planificación intensa sostenido por cierta dosis de obstinación. En el caso del documental, esa obstinación se redobla: no solo hay que responder a los desafíos económicos, técnicos y de cronograma, sino también a los ritmos narrativos de lo real, que nunca se ajustan al plan inicial. Rocío Taboada conoce ambos terrenos, y los transita con una lógica que mezcla claridad de proceso con sensibilidad para la historia.

Su primera experiencia formal fue en el largometraje Axiomas, dirigido por Marcella Luchetta, una película independiente que vio retrasado su estreno por la pandemia. El proyecto le permitió descubrir cómo se organiza una estructura narrativa compleja desde el lugar menos visible: el de la producción. “El trabajo silencioso del productor—dice—no es solo garantizar que el rodaje avance. Es construir el contexto donde esa historia puede contarse sin fragmentarse por lo operativo”.

La cineasta Rocío Taboada
La cineasta Rocío Taboada Foto: Cortesía

Poco después, formó parte del equipo de El robo del siglo, dirigida por Ariel Winograd. Si bien el filme tiene una narrativa de ficción, su anclaje en un caso real y la magnitud de su producción exigieron una lógica cercana a la precisión quirúrgica. Para Rocío, fue la oportunidad de entender cómo escalar procesos sin perder detalle. “Pasar del cine independiente a una producción grande te obliga a cambiar de lenguaje, pero no de principios. Todo sigue dependiendo de la comunicación clara y de un equipo que funcione”.

Pero el espacio donde ha desarrollado un lenguaje propio es el documental. A partir de 2022 produjo dos piezas centrales para la plataforma Star+:En primera persona: Juan Martín del Potro y En primera persona: Manu Ginóbili. En ambas, lo central fue construir una narrativa íntima, sin artificios, donde las figuras retratadas pudieran mostrar una dimensión poco conocida de su trayectoria. Rocío describe su rol no como facilitadora, sino como alguien que sostiene los hilos invisibles de esa intimidad: “El gran desafío fue no interferir. Crear las condiciones para que el personaje se sienta cómodo, que confíe, que pueda hablar desde otro lugar. Y eso también se produce. No es espontáneo.”

Rocío Taboada en set de filmación
Rocío Taboada en set de filmación Foto: Cortesía

En el proceso de estos documentales, cada detalle importa. La locación, el silencio, la presencia del equipo, el tiempo real de rodaje, incluso los momentos fuera de cámara. Nada se fuerza, pero todo se piensa. La producción en este tipo de proyectos no es un guion cerrado, sino una estructura flexible que de besos tenerse incluso cuando el protagonista cambia el tono o decide no hablar de algo. Rocío remarca que “producir un documental es estar disponible sin invadir. Ser técnica, pero también sensible.”

Su experiencia también incluye contenidos híbridos como La música está servida, donde el documental se entrelaza con entrevistas y elementos de entretenimiento. Ahí, la producción se vuelve más compleja porque conviven distintos lenguajes visuales. “El reto es mantener coherencia estética sin que cada parte parezca de un proyecto distinto. Todo tiene que tener una unidad, aunque los registros cambien.”

En el cine y el documental, a diferencia del videoclip, los procesos son más largos y la postproducción más extensa. Pero Rocío no ve eso como una desventaja. “En esos tiempos más lentos también hay más espacio para afinar decisiones. Para pensar los materiales en profundidad. No siempre la rapidez es buena. Hay proyectos que necesitan madurar.”

Rocío Taboada en set de filmación
Rocío Taboada en set de filmación Foto: Cortesía (ANDRES ORDONEZ)

Hoy, con varios desarrollos en carpeta, Rocío sigue apostando por proyectos donde el contenido tenga sentido más allá de la plataforma donde se estrene. Lo que más valora—dice—no es la escala ni el nombre, sino el desafío narrativo:“Me interesa estar en proyectos donde se cuenten cosas reales. Donde haya algo en juego.”

En tiempos donde muchas producciones priorizan el ritmo de consumo, su mirada vuelve a poner el foco en el fondo. En el porqué. Y tal vez por eso, sus documentales se sienten distintos: porque están pensados, producidos y acompañados con una lógica que prioriza lo narrativo, sin descuidar lo humano.

Tendencias