Escenario

La película El Orfanato: La Posesión llega a México tras recorrer festivales internacionales en Asia y Europa. Su director, Guillermo Barreira, habla sobre los retos de narrar un thriller desde la mirada de una adolescente y cómo el terror refleja nuestras vulnerabilidades

Guillermo Barreira: “El Orfanato: La Posesión es un espejo de nuestros miedos más humanos”

El Orfanato: La Posesión

El cine de terror muchas veces corre el riesgo de quedarse en clichés, pero Guillermo Barreira busca ir más allá. Para él, lo fundamental era que su historia se sostuviera incluso si se despojaba de los elementos sobrenaturales.

“El corazón de una película está en el mensaje que transmite. En El Orfanato: La Posesión lo que hago es llevar al género de terror un drama humano real, el de la relación entre madre e hija. Quería que esa tensión tuviera eco en la vida cotidiana, que el público pudiera identificarse con los miedos y vulnerabilidades de los personajes, más allá de lo fantástico”.

La protagonista de la historia es Sofía, una adolescente de 14 años que enfrenta un duelo personal mientras experimenta fenómenos paranormales. Narrar desde esa mirada implicó un reto especial. “Trabajar desde la perspectiva de una niña de esa edad exigía ciertos matices, pero la actriz, aunque mayor, tenía experiencia desde los siete años en cine y televisión. Eso hizo que fuera sencillo explorar la fragilidad y madurez de una joven en un contexto aterrador”.

El director subraya que, aunque el filme está lleno de códigos del género —posesiones, apariciones y símbolos clásicos como la ouija—, su propósito nunca fue limitarse a un entretenimiento pasajero. “No puedes dar un entretenimiento vacío. El cine de terror debe permitir al público enfrentarse a miedos reales: el abandono, la pérdida, los conflictos familiares. Solo así una película trasciende”.

El Orfanato: La Posesión

El orfanato como personaje y la atmósfera del miedo

El espacio donde ocurre la historia es crucial. En este caso, el orfanato no es solo un escenario, sino una presencia constante. Barreira lo define como un personaje más.

“Era vital que la atmósfera fuera tan poderosa que condicionara a los personajes. El orfanato siempre está ahí, imponente y amenazante, cerniéndose sobre ellos en cada plano. Eso podía determinar el éxito o el fracaso de la película”.

Encontrar la locación adecuada parecía un reto mayor, hasta que un miembro del equipo de producción propuso grabar en un antiguo internado que conocía bien. “Fue casi un golpe de suerte. Lo que parecía una dificultad terminó convirtiéndose en una oportunidad de darle a la película un espacio con personalidad propia”.

Otro elemento central es la ouija, un recurso recurrente en el cine de terror, pero que aquí cumple una función narrativa precisa. “Sabemos que la ouija está muy vista en el cine, pero no queríamos complicar innecesariamente la trama. La usamos como un medio claro y reconocible para que la protagonista pudiera comunicarse con el fantasma de su madre. El objetivo era mantener la historia accesible sin sobrecargarla de subtramas”.

El vínculo materno-filial, convertido en una experiencia sobrenatural, es el núcleo del filme. Barreira lo explica así: “Las crisis entre madre e hija son reales y universales. Yo quise llevarlas al extremo, al código del terror, para mostrar la vulnerabilidad de una adolescente en plena transición hacia la adultez. Ese proceso de cambio psicológico y físico la vuelve susceptible a todo tipo de miedos, y eso es lo que me interesaba reflejar”.

El Orfanato: La Posesión

El eco internacional y los nuevos proyectos

Antes de El Orfanato: La Posesión, Guillermo Barreira ya había recorrido festivales con The Invisible Worm, presentada en espacios como el Chelsea Film Festival en Nueva York. Ahora, su nueva película continúa ese camino internacional.

“Fue muy emocionante estrenarla en el Festival Internacional de Cine de Goa, en India, que es el más grande de allá. La sala estaba llena y el público participó con gran entusiasmo en el Q&A. Incluso al salir, la gente me seguía para seguir preguntando y tomarse fotos. Ese tipo de experiencias hacen que todo el esfuerzo valga la pena”.

El filme ya encontró recepción en Europa y Asia, y ahora busca conquistar al público latinoamericano. “Tengo muchas ganas de que El Orfanato: La Posesión llegue a México y a más festivales en la región. Los festivales son lugares únicos porque el público que asiste lo hace con una disposición especial para apreciar cine, y eso es muy gratificante para un director”.

De cara al futuro, Barreira adelanta que su agenda está llena. “Vienen varios proyectos: una película de terror en España y un thriller dramático en México con Pirotecnia Films. Estoy muy contento de poder filmar en México, porque me he enamorado tanto de los guiones como de los equipos con los que voy a trabajar. Mi objetivo es seguir creciendo, y espero que pronto volvamos a sentarnos a hablar de estas nuevas películas”.

Con El Orfanato: La Posesión, Barreira ofrece un cine de terror que no solo busca asustar, sino también invitar a la reflexión sobre los vínculos humanos y la fragilidad de la adolescencia. En sus palabras: “Si el público logra verse reflejado en esos miedos y emociones, entonces la película habrá cumplido su verdadera misión”.

Tendencias