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“Amor sin barreras”: Puesta al día de un ícono de la cinematografía estadounidense

CORTE Y QUEDA. Spielberg sale airoso de su primera experiencia dirigiendo un musical, y reinterpretando además un clásico particular, lleno de nostalgia>

West Side Story
Su talentoso reparto joven, transmiten vitalidad y frescura a sus personajes, haciendo que el espectador se enganche con ellos rápidamente. Su talentoso reparto joven, transmiten vitalidad y frescura a sus personajes, haciendo que el espectador se enganche con ellos rápidamente. (CORTESIA)

El 2021 será un año recordado por muchas cosas. En el universo cinematográfico, sin duda lo será porque los musicales proliferaron a lo largo del mismo. A las rutinarias películas animadas de Disney pertenecientes a ese género, se sumaron filmes donde se hablaba de los sueños y la diversidad como En el barrio (In the Heights) de Jon M. Chu; otros que intentaron sensibilizar sobre la marginación y el suicidio como Querido Evan Hansen (Dear Evan Hansen) de Stephen Chbosky; e incluso otros muy sui generis, más cercanos en espíritu a la ópera rock como Annette de Leos Carax.

Siguiendo esta tendencia, y para cerrar el año, llega el muy comentado remake de uno de los musicales más famosos de todos los tiempos: Amor sin barreras (West Side Story), el cual es dirigido a su vez por uno de los cineastas más legendarios del Hollywood contemporáneo: Steven Spielberg.

Llevado a la pantalla grande por vez primera en 1961, bajo la dirección de Robert Wise y Jerome Robbins; Amor sin barreras adaptaba a cine el musical homónimo de Broadway, dirigido por el propio Robbins, con un libreto original de Arthur Laurents, acompañado de composiciones del afamado Leonard Bernstein y letras del recientemente fallecido Stephen Sondheim. En esa primera versión cinematográfica, el guionista Ernest Lehman se haría cargo de adaptar el argumento, mientras que los actores Natalie Wood y Richard Beymer encarnaron a María y Tony respectivamente, protagonistas centrales del relato.

El resultado desembocó en un filme no solamente exitoso, sino en uno que arrasó en la entrega del premio Oscar de ese año, ganando 10 estatuillas incluida la de mejor película. Y con el tiempo se transformaría en un filme icónico del cine estadounidense, siendo considerado por el American Film Institute de ese país, como el segundo mejor musical del cine, tan solo detrás de Cantando bajo la lluvia (Singin' in the Rain, 1952) de Gene Kelly y Stanley Donen.

Para esta nueva versión, Spielberg se apoya en el guionista Tony Kushner, con quien ya había trabajado previamente en filmes como Munich (2005), y Lincoln (2012); en la fotografía de Janusz Kaminski, uno de sus colaboradores de confianza; y su Julieta y Romeo que cantan y bailan por las calles del Nueva York de los años cincuenta, son interpretados por Rachel Zegler y Ansel Elgort, actores con una carrera en ascenso.

Su talentoso reparto joven (resultado de un atinado cast), transmiten vitalidad y frescura a sus personajes, haciendo que el espectador se enganche con ellos rápidamente. En el caso particular de Zegler, su interpretación brinda varios momentos de ternura y deliciosa ingenuidad que sencillamente cautivan. Y la química que desarrolla en sus escenas con Elgort es perceptible en pantalla, y resulta magnética. Lo mismo se puede decir de las interpretaciones de David Alvarez, Ariana DeBose y Mike Faist dando vida a personajes clave como Bernardo, Anita y Riff, respectivamente.

En este rubro, merece una mención aparte la aparición especial de Rita Moreno (¡La Anita de la versión de 1961!) la cual aquí interpreta a Valentina, propietaria de la tienda donde Tony trabaja, quien incluso vuelve a gozar de un gran momento dentro de este remake, ahora interpretando el tema “Somewhere”.

La vitalidad de los personajes (y del relato) es potenciada por un argumento que permite profundizar un poco en cada uno, en sus orígenes, sus anhelos e incluso sus temores, pero sin caer en innecesarias explicaciones. Dicha vitalidad es insuflada a su argumento, a sus coreografías y números musicales, y en general, a todos y cada uno de los aspectos de este largometraje. 

Spielberg tuvo el gran cuidado de no alterar los puntos esenciales del filme original, combinarlos con algunos propios de un montaje de Broadway, y trabajarlos bajo su mirada y empleando lo más refinado de su propio estilo. El resultado sería equiparable a construir un cadillac, pero valiéndose de la tecnología de punta actual, teniendo la posibilidad de corregir en el camino detalles y desperfectos e introducir mejoras al diseño original, pero procurando que, al final del día, el resultado sea precisamente, un cadillac. Del mismo modo, el realizador consigue una película que tiene ese sabor clásico, que conserva los encantos y el corazón de su predecesora, pero que se beneficia de las bondades tecnológicas que la actual cinematografía ofrece para brindarle mayor dinamismo y actualidad.

Steven también rescata la vigencia del trasfondo sociocultural donde el relato de Amor sin barreras tiene lugar, en especial en lo tocante a temas como la diversidad racial. Y de hecho, el cuidado trabajo de la dupla Kushner/Spielberg consiguen dimensionar dicho tema adecuadamente, el cual de hecho ya era parte orgánica de la trama original, y aquí es resaltado de forma equilibrada, evitando excesos progresistas o panfletarios. Si se añade el hecho de que su elenco está conformado por actores de origen latino, que mezclan inglés y español con naturalidad en sus diálogos; todo ello le añade al filme un toque de veracidad y pertinencia conforme los tiempos actuales, y lo que pudiera parecer anacrónico termina por verse (o volverse) muy actual.

Así, Spielberg sale airoso de su primera experiencia dirigiendo un musical, y reinterpretando además un clásico particular, lleno de nostalgia. Solo resta esperar a ver la recepción que el público -en especial las generaciones más jóvenes, que muy posiblemente desconozcan el original- le da a este filme. Eso sí, aquellos espectadores que sean inmunes al encanto de los musicales, seguramente se mostrarán escépticos ante esta película y les pasará de largo.

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