En 2018, The Walking Dead se mantuvo metafóricamente con soporte vital. Los escritores se habían quedado sin ideas, las estrellas estaban inquietas y los índices de audiencia se habían hundido. 

Para el final de la octava temporada de la serie de terror postapocalíptico, había perdido 10 millones de espectadores en solo tres años.

Para empeorar las cosas, Andrew Lincoln, cuyo héroe sudoroso y musculoso Rick Grimes había presentado el programa desde su debut en 2010, quería salir. Se había cansado de filmar en Georgia, EE. UU. y quería pasar más tiempo con su esposa y sus dos hijos pequeños en su casa en Inglaterra. Tal vez fue lo mejor. Tal vez esta era una oportunidad para cambiar las cosas.

No obstante, la showrunner Angela Kang dio un paso adelante para construir una nueva era. “Todos estábamos estresados. Pensamos que [la partida de Andrew] podría arruinar el espectáculo”, dice a través de Zoom, reflexionando sobre ese momento difícil.

Las audaces acciones de Kang en los años transcurridos desde entonces, han dado nueva vida a todos los rincones del páramo infestado de caminantes.

“Es bueno pensar que la gente piensa que [The Walking Dead] es lo mejor que ha sido en años”, sonríe. “Siempre hemos tratado de hacer la mejor versión posible del programa, pero a veces las circunstancias que están fuera de tu control, como que el protagonista quiera pasar más tiempo con su familia, crean una gran oportunidad creativa para probar algo nuevo”.

“Puede ser energizante, porque el vacío que dejó ese personaje influyó en las decisiones que se tomaron en el futuro. Nos preguntamos si habría un programa sin Rick... pero luego pensamos: ‘Sí, por supuesto que puede haber The Walking Dead sin Rick’”.

Kang, nacida en California e hija de inmigrantes coreanos de clase trabajadora, tiene una larga relación con The Walking Dead. 

Comenzó como editora de historias durante la segunda temporada, durante una ardua serie de episodios en los que el elenco del conjunto se sentó en gran parte a quejarse en una granja.

La temporada siguiente, fue ascendida a productora cuando el programa finalmente cumplió con el potencial que había mostrado desde el principio, pero nunca logró cumplir de manera constante.

Se convirtió en coproductora ejecutiva de la quinta temporada. Y cuando el showrunner Scott M. Gimple se convirtió en director de contenido del universo Walking Dead en constante expansión al final de la octava temporada, había un reemplazo listo para el puesto vacante.

“¡Nunca pensé que sería el showrunner! Siempre pensé que trabajaría en el personal durante mucho tiempo. Conocía y amaba The Walking Dead, pero cuando me ofrecieron el trabajo de showrunner, me estaba preparando para posiblemente hacer la transición a otro programa”.

“Tienes esos momentos en la vida en los que piensas: ‘¿Qué hubiera sido diferente si hubiera tomado este camino en lugar de ese?’ Pero con The Walking Dead, es un espectáculo que exige mucha atención enfocada, porque hay mucha densidad. Es un programa muy complejo, tanto de producir como de escribir. No hay mucho tiempo para pensar en algo que no sea el programa en sí”.

Así que Kang sabía lo que había que hacer desde el primer día. “Esto es The Walking Dead, pero es una versión diferente”, se dijo. 

También estaba el tema de cómo acomodar la salida de Lauren Cohan, otra de las protagonistas del programa. Cohan, quien interpretó a la audaz granjera Maggie, estaba en ese momento en una disputa salarial con el estudio AMC. No es bueno. Y luego estaba el pequeño problema de qué hacer con Rick...

“Tuve suerte de tener algo de tiempo de anticipación”, dice Kang sobre la salida de Lincoln. “Sabía que Rick se iría y tuve tiempo para pensar en cómo escribirlo y qué vendría después. Seguramente más de lo que había tenido en temporadas anteriores, porque en esas ocasiones todo el trabajo se superpone”.

Kang también tenía ideas sobre quién podría florecer en ausencia de Rick. “Queríamos eliminar a Daryl [Norman Reedus]”, dice, “porque es alguien a quien Rick consideraba como un hermano y Norman es obviamente uno de los protagonistas más antiguos del programa. Queríamos crear una gran historia para Carol [Melissa McBride] también... La partida de Rick realmente me recordó que The Walking Dead es un conjunto genuino”.

Con la partida de los personajes icónicos Rick y Maggie, así como una selección brutal en el episodio destacado de la temporada nueve, “The Calm Before”, se creó un espacio para que se unieran nuevos personajes.

Después de un salto en el tiempo de seis años desde los eventos que vieron a Rick desaparecer, llegó un nuevo grupo liderado por la valiente sobreviviente Magna (Nadia Hilker). Oportunamente, fueron recibidos por la hija de Rick, Judith, que ahora tiene 10 años, con el sombrero de sheriff de su padre, y fue interpretada por Cailey Fleming, vista anteriormente en Star Wars como un joven Rey Skywalker.

Quedaron interrupciones y obstáculos para que Kang y su equipo navegaran (Michonne de Danai Gurira se iría al final de la temporada 10), pero el programa se sintió más fresco que en años. Estaba llegando a su fin, pero aún inconcluso.

“Creo que los saltos en el tiempo ayudaron”, dice Kang. “Hasta ese momento, gran parte del espectáculo se había sentido como 24 con esteroides. Cada episodio retomó justo en el momento siguiente. Eso fue genial porque creó momentos de suspenso, pero me encontré con ganas de alterar un poco el ritmo del espectáculo. Fue excelente para crear una sensación de urgencia, pero cuando siempre estás retomando el último episodio, no puedes avanzar mucho en ciertas cosas”.

Ahora, a medida que nos acercamos a los episodios finales tan esperados, Kang se enfrenta a su mayor desafío hasta el momento, terminar lo mismo que resucitó.

Cuando volvemos a la temporada 11, que nos llevará al final de la serie principal, descubriremos qué les sucede a los villanos Reapers y si el grupo protagonista logra integrarse en la nueva y misteriosa comunidad The Commonwealth.

“Estoy emocionada por el final”, dice Kang. “Todavía no me ha afectado por completo de una manera muy visceral porque todavía estamos muy metidos en el trabajo de terminar la escritura, terminar la producción y filmarla. Entonces todos tenemos muchos meses más de trabajo de postproducción por hacer, pero nos estamos acercando mucho, muy cerca del final de la filmación y eso es emotivo”.

“Cuando pienso en ello, se me nublan los ojos porque este elenco es un grupo muy unido. Una de las cosas más difíciles de la pandemia es que no hemos llegado a pasar tanto tiempo personal con los demás como lo hacemos habitualmente. Pero sé que cuando nos reunamos para despedir el espectáculo, habrá bebida y habrá abrazos… y habrá llanto”.