Escenario

“Annette”, una ópera cinematográfica que nos sumerge al abismo de la masculinidad

CRÍTICA. El más reciente filme de Leos Carax llegó a las salas de cine nacionales luego de estar en prestigiosos festivales de cine como Cannes y Morelia

corte y queda

El filme tuvo su estreno mundial en Cannes.

El filme tuvo su estreno mundial en Cannes.

CORTESIA

En 1984, con su ópera prima Chico conoce a chica, Leos Carax daba el primer paso hacia el mundo del largometraje con una historia particular de dos personajes con el corazón destrozado que se encontrarían en una noche parisina. Este fue el inicio de una carrera interesante en la forma de retratar la naturaleza oscura de las relaciones humanas, sin dejar de lado al amor y la alienación de una forma que se aleja de lo idílico o ensoñado.

Nacido como Alexandre Oscar Dupont, siendo su título artístico un anagrama de sus dos primeros nombres, Carax regresa después de nueve años para entregar su sexto largometraje que recupera mucha de la visión que tenía en sus orígenes gracias a una historia de amor, música y la fatalidad del abismo que nos observa a veces con Annette.

La historia de su realización nos remonta a hace ocho años, justo después de que Carax estrenó la polémica pero interesante cinta Holy Motors (2012). Un día, la banda compuesta por los hermanos Ron y Russell Mael, mejor conocidos como Sparks, llegó con 15 canciones escritas y compuestas para darle una propuesta al realizador francés: que contara una historia con ellas. Después de un largo proceso en el que encontró como apoyo a Adam Driver y Julio Chavezmontes, entre otros productores, este peculiar musical cobró forma. 

El filme es protagonizado por Adam Driver y Marion Cotillard.

El filme es protagonizado por Adam Driver y Marion Cotillard.

CORTESIA

La premisa es realmente sencilla. Tenemos por un lado a Henry McHenry (Driver), un comediante bastante sarcástico e irritable que conoce a Anne (Marion Cotillard), una cantante de ópera adorable. Ambos, en el punto más alto de su estrellato y con el amor vibrando alto, se juntan y tienen una hija: Annette, que tiene un don sorprendente que causará ciertas complicaciones en esta aparente pareja perfecta hasta su brutal desenlace.

El relato de Carax y Sparks se convierte en un tortuoso viaje que toca varios temas como la fama y sus estragos, la violencia de género, el abuso infantil pero sobre todo lo difícil que es ser padre de familia para un atribulado artista que no está listo para serlo. Todo esto acompañado de una tragedia que va creciendo como una mancha negra, una nada que absorbe todo lo bello y que consume incluso la fuerza del amor perfecto hasta quebrarla por completo.

Annette es un musical que no comparte la alegría acostumbrada del género, sino que más bien usa este recurso como la médula narrativa del mismo, alejándose de los musicales dorados de Hollywood en los que todo sale bien para ponerlo más bien en la balanza de obras como Los paraguas de Cherburgo de Jacques Remy o incluso de Bailando en la oscuridad de Lars Von Trier, en la que sabemos que muy probablemente nada vaya a acabar bien para los protagonistas ni para el espectador más sensible.

Pero es dentro de ese dolor que Carax encuentra la belleza del relato, haciendo que vivamos esta especie de ópera cinematográfica de una manera en que no podemos dejar de verla. La capacidad no sólo del director sino de Sparks es, justamente, ese vaivén de emociones que no duda en pasar de lo romántico a lo erótico, de las risas a las lágrimas o de la esperanza al abismo, algo que en Annette es una constante y que hace ver el porqué se llevaron el premio en Cannes a Mejor Música Original. 

Se llevaron el premio en Cannes a Mejor Música Original.

Se llevaron el premio en Cannes a Mejor Música Original.

CORTESIA

En el aspecto visual, la fotografía de Caroline Champetier, que regresa al mando del cineasta francés luego de su labor en Holy Motors, demuestra unas atmósferas llenas de sentimientos diversos, especialmente jugando con el color verde que tiene fascinado a Carax desde que vistió a Denis Lavant, su actor preferido, con una bata de ese color al personaje de Merde en su segmento de la antología llamada Tokyo!. Aquí, ese verde se ve patente en varios puntos, especialmente con Adam Driver y su personaje, dándonos un sentido de repulsión o rechazo. A la vez, están los colores más luminosos y claros que acompañan a Cotillard, sobre todo la pureza del blanco y amarillo que poco a poco se convierte en algo meramente opaco conforme el relato avanza.

Las actuaciones de Driver y Cotillard reflejan muy bien las etapas que están viviendo como pareja, derrochando química y odio según sea el caso. Pero en este apartado, el que sorprende es Simon Helberg, que en su rol mínimo pero fundamental del pianista de compañía con un conflicto de interés, se sacude por completo la imagen del nerd de la serie The Big Bang Theory para elaborar un rol mucho más complejo cuyas motivaciones parecen ser las más decentes de todas, aunque no sea del todo cierto.

Y qué decir de Annette, esa niña cantora que parece ser el detonante de la crisis entre los personajes y que es representada como un mero títere, idea que fue un recurso de Carax para evitar el obvio problema de la imposibilidad de tener a un bebé cantor pero que, conforme avanza el relato, se convierte en un doloroso simbolismo de lo que es ella para sus padres y el mundo que la rodea, uno que es voraz, se mueve a conveniencia y lo jala a uno a sus abismos personales que luego no sueltan hasta que hacen que lo perdamos todo.

Así, Annette nos recuerda desde su primer número musical que funciona como la subida del telón a esta ópera cinematográfica, lo maravillosa que puede ser la magia del cine para hablar de problemas tan interesantes y dolorosos en una fábula de ficción que demanda la total atención de la audiencia. Sin duda una extraña mezcla que se convierte en toda una experiencia emotiva que no deja indiferente a nadie y que logra lanzar ciertas críticas mordaces a muchos temas como la masculinidad frágil o la dificultad de la paternidad como sólo Leos Carax y Sparks pueden hacerlo.