Escenario

‘Encanto’: Realismo mágico al estilo Disney

El sexagésimo largometraje animado de los estudios Disney dirigido por Byron Howard y Jared Bush (Zootopia), marca también el debut en la dirección de la productora y dramaturga Charise Castro Smith

RESEÑA

Fotograma del filme.

Fotograma del filme.

   

Dentro de los filmes que encabezan la temporada de blockbusters para cerrar el año, se encuentra Encanto, sexagésimo largometraje animado de los estudios Disney, el cual es dirigido por Byron Howard y Jared Bush (Zootopia), y marca también el debut en la dirección de la productora y dramaturga Charise Castro Smith, además de contar con composiciones musicales del afamado Lin-Manuel Miranda.

La trama gira en torno a los Madrigal, una familia cuyos patriarcas tuvieron que huir de su pueblo y refugiarse en las montañas años atrás donde sufrieron una pérdida terrible, pero también fueron beneficiados por un milagro el cual los proveería de una casa mágica, que les brindaría cobijo y protección. Y además, como resultado de dicho milagro, cada niño nacido en el seno de esa familia, recibe un don especial el cual lo acompañará a lo largo de su vida.

Con el paso del tiempo, ese evento se vuelve un ritual y una tradición importante para los integrantes del clan, así como para sus vecinos cercanos, quienes han acogido cálidamente a los Madrigal, y ellos en respuesta les han agradecido poniendo los diversos dones de sus integrantes al servicio de la comunidad.

Dicha tradición sufre un pequeño revés cuando toca el turno de Mirabel, nieta de Alma, la matriarca de la familia; quien aparentemente no recibe ningún don. 

Conforme el tiempo pasa y Mirabel se transforma en una linda y simpática joven, ella ha aprendido a vivir sin un poder mágico, hecho que no pocas veces le acarrea burlas al interior del clan Madrigal; curiosidad por parte de la gente que vive en los alrededores; y cierto trato displicente por parte de su abuela.

Y cuando otro miembro de la familia recibe un nuevo don, a ella le invade cierta tristeza, y se pregunta el por qué no pudo recibir uno.

‘Encanto’: Realismo mágico al estilo Disney

 

   

En la víspera de que Isabela (la “perfecta” de la familia, cuyo poder especial se relaciona con las flores) está por ser pedida en matrimonio, a Mirabel le asalta una visión aterradora: ve cómo la casa se llena de grietas y cuarteaduras por todos lados, amenazando con venirse abajo, y nota que la flama de una vela mágica (la cual es fuente del poder y de las bendiciones recibidas por la familia) amenaza con extinguirse.

Cuando la joven lo comenta con sus parientes, nadie la cree y desestiman su visión atribuyendo que es mero producto de su ansiedad por los preparativos para la petición de matrimonio de su hermana mayor.

Mirabel está convencida de la veracidad de sus visiones, e indagando un poco entre la familia, descubre no solo que la magia (y por ende la casa) están en peligro, sino que Bruno (un tío suyo quien recibió el don de profetizar el futuro) tuvo una predicción sobre ello hace años, y en la cual ella también aparecía involucrada.

Pero dicha predicción es vaga, y la joven asume como su misión averiguar la verdad y salvar a Encanto de su funesto destino.

‘Encanto’: Realismo mágico al estilo Disney

 

   

Con esta nueva producción, Disney continúa por el sendero (y reafirma la apuesta) de lo hecho con Coco (Unkrich y Molina, 2017), en el sentido de concebir un producto que resulte atractivo principalmente para el mercado de habla hispana, y en esta ocasión, pensando específicamente en la región sur del continente.

Y si en la mencionada Coco, su historia tenía como eje la celebración mexicana del Día de Muertos, en Encanto la historia transcurre en alguna zona rural de Colombia, y se nutre de elementos propios de las costumbres y cultura de ese lugar, y otros pertenecientes a un movimiento artístico eminentemente latinoamericano: el realismo mágico.

El punto fuerte (y como era de esperarse en una producción Disney) radica en la calidad de su animación. Sus colores y texturas son sencillamente increíbles, así como la exuberancia de sus escenarios los cuales (inspirados desde luego en los existentes en América Latina) proveen la geografía y arquitectura imaginarias necesarias para los requerimientos de la historia.

Y no podía faltar una extensa y pintoresca galería de personajes de variadas posturas, actitudes y temperamentos que, en su conjunto; pretenden concebir una pluralidad acorde a las exigencias de los tiempos actuales.

‘Encanto’: Realismo mágico al estilo Disney

 

   

Tampoco podía faltar el mensaje enfocado a resaltar algún valor. En este caso, se podría hablar de dos muy claros: la aceptación de nuestras diferencias como elemento clave de la convivencia e inclusión, y la fortaleza que nace de una verdadera unión familiar. 

Y estos valores son el quid de todo el asunto. Irónicamente, a aquel público que no sea el infantil, Encanto le escatima la cualidad que le da nombre. 

Si bien entretiene eficazmente a los menores de edad, el público adulto seguramente padecerá con su desigual ritmo, con una trama algo sosa, incongruente e incluso aburrida y un tanto predecible; atiborrada de números musicales que no siempre justifican su presencia y/o su relevancia.

Y los elementos del realismo mágico retomados por este largometraje para potenciar su relato, son reducidos a algo meramente anecdótico y folklórico, y empleados más bien en un ánimo y sentido más próximo al de cualquier película de Harry Potter y similares. Lo cual no es necesariamente bueno.

En suma, la cinta no es de las producciones Disney más logradas, ni tampoco de las más memorables, pero los niños podrán divertirse con ella, experimentando el mismo placer que tendrían al subirse a cualquier juego mecánico o al recibir un juguete nuevo en la próxima navidad.

Y eso sí, quizá uno que otro espectador adulto pueda quedar fascinado por su brillante colorido, o por su encantador colombian curious.