El calor estaba presente pese a que la oscuridad lentamente se apoderaba del cielo que se encontraba sobre el Coloso de Reforma, las personas poco a poco comenzaban a llegar y el ambiente se iba transformando.

El público con paso acelerado llegaba a las puertas del Auditorio Nacional para poder ingresar, la mercancía también estaba presente y la emoción de ver a Il Divo era notoria.

Los asistentes comenzaban a llenar los asientos, después de una breve espera para que todo el público ingresará uno a uno comenzaron a salir los músicos por lo que la emoción de las personas.

El sonido de los violines y violonchelos comenzó hasta que las luces se apagaron y la magia inició, con una luz azul y, a través de la hermosa música instrumental, nos transportaron inmediatamente al mundo musical de Il Divo.

Después de una genial demostración de talento por parte de la banda fue momento para que el telón se abriera y de él salieran las tres maravillosas voces que dé pie comenzaron a cantar de manera impresionante “I´ll be there” para el deleite de las personas quienes atentas escucharon; algunos se dejaron atrapar por la voz, otros no querían perder ni un segundo grabando con su celular, pero la emoción y el éxtasis era igual en cada uno de ellos.

“Muchísimas gracias, buenas noches ciudad de México, somos Il Divo, gracias por acompañarnos en este duro momento, nunca imaginamos que teníamos que hacer un concierto así después de la pérdida de nuestro querido Carlos Marín”, mencionó Urs Bühler.

Por lo que el público en respuesta dedicó un cariñoso minuto de aplausos lo que causó alegría, pero tristeza en los integrantes, quienes señalaban al cielo como si le avisaran a Carlos que esos aplausos eran para él.

Por su parte Sébastien Izambard agregaba “gracias por acompañarnos para celebrar la vida y el arte de nuestro querido Carlos”.

De esta forma continuaron el concierto con los temas “Come what may”, “Nella fantasia” y “Hasta el final”, para estos temas ya se había unido Steven Labrie, cantante mexicano que de alguna forma “suplió” al español Carlos Marin.

“Es un honor estar aquí en mi querido México, en mi tierra, estamos aquí para celebrar la vida de Carlos Marín y es un gran honor poder compartir el escenario junto a Il Divo”, dijo.

La noche fue mágica y no solo por las canciones, sino porque los integrantes se tomaron el tiempo para platicar con el público algunas anécdotas de Carlos, por ejemplo Sebastien le agradecía porque por fue quien lo invitó al grupo: “Carlos, si me escuchas, gracias por hacer mi sueño realidad, estarás siempre en el corazón de todos nosotros”.

De igual forma Urs Bühler aprovechó para agradecer al cantante: “En la gira de nuestro álbum Amor & pasión, Carlos insistía, cómo siempre, en tener bailarines. Para ese día yo decido escucharlo y aquí, en ciudad de México, un 14 de febrero conocí a una bailarina guapísima, se llamaba Leticia Martínez, ahora es Leticia Bühler y vivimos muy enamorados, por eso sí me escuchas Carlitos, gracias”.

Otros temas sonaron como “Adagio”, “Smile”, “For once in my life” y “Hero”, siendo esta última una dedicatoria a todo el personal de salud: “Queremos dedicar la siguiente canción a todos esos enfermeros, doctores y personal de salud que trabajaron tan duro en todo el mundo, ellos son nuestros héroes”, dijo Bühler.

Uno de los momentos más fuertes y emotivos fue cuando los tres entonaron “Hallelujah”, y la voz de Carlos se hizo presente para acompañarlos una vez más.

Después de que los cantantes se retiraron del escenario un momento, el público pedía otra más entre aplausos, por lo que los cuatro salieron nuevamente y el público, en agradecimiento, iluminó el auditorio con la luz de sus celulares regalando una atmósfera mágica.

“México, los queremos mucho y aunque nos gustaría quedarnos, es tiempo de decir adiós”, dijo David Miller para interpretar “Time to say goodbye”. Mientras cantaban los cuatro sostuvieron una bandera de México para así dar por terminada una noche fantástica.