Escenario

Imagine Dragons encuentran luz al final del túnel con ‘Mercury- Act 2’

RESEÑA. El segundo volumen está animado, tiene toques caribeños y también es conmovedor. Es el sonido de una banda que está recuperando su atractivo para las arenas

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En la portada de Act 2 (Interscope) aparece un hombre que podría estar saltando, y eso parece englobar muchas de las casi 20 canciones nuevas.

En la portada de Act 2 (Interscope) aparece un hombre que podría estar saltando, y eso parece englobar muchas de las casi 20 canciones nuevas.

CORTESIA

Si te escondiste debajo de tu cama después de escuchar el último disco de Imagine Dragons, es hora de salir. El segundo volumen de Mercury está animado, tiene toques caribeños y también es conmovedor. Es el sonido de una banda que está recuperando su atractivo para las arenas.

En 2021, Act 1 estaba lleno de cuerdas intrépidas, beats furiosos y grandes sintetizadores con letras en las que el vocalista, compositor y letrista Dan Reynolds dejaba aflorar su corazón roto, la tragedia y su lucha por la sobriedad en un álbum confesional crudo y abrasador. En la portada había un hombre cayendo.

En la portada de Act 2 (Interscope) aparece un hombre que podría estar saltando, y eso parece englobar muchas de las casi 20 canciones nuevas, que son nostálgicas, confesionales y tienen cierta debilidad, pero hay luz al final del túnel. Por ejemplo, la ecléctica y ligeramente desbocada “I'm Happy”, un título que nunca podría haber aparecido en Act. 1, en la que Reynolds canta “Incluso cuando puedo caer/Sé que mi suerte volverá”.

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Alejandro Calderón (guitarra) y Bob de la Vega (voz), fundadores de la banda.

Gran parte del álbum agradece a su pareja, como la amorosa “Symphony” — con una tonadilla aparentemente escrita bajo una palmera — en la que canta: “I'm the chord/ And you're the melody” (Soy el acorde/Y tú eres la melodía). La banda llega a nuevas alturas con “Sharks”, un himno escalofriante con muchas texturas sobre el egoísmo y con “Bones”, un temazo con matices de reggae, con la magia pegajosa y apta para cantar de Imagine.

No todas las canciones lograron triunfar, como se podría sospechar de un álbum tan prolífico. “Crushed”, “Ferris Wheel” y “Take It Easy” dan la impresión de no estar totalmente pulidas, “Tied” y “Continual”, parecen ingeniosas, mientras que las baladas arrepentidas “I wish” y “They don't know you like I do” funcionarían mejor como terapia para Reynolds.

Pero hay que poner atención en “Sirens” y en “I Don't Like Myself”, dos canciones mid-tempo, creadas expertamente que llevan a la banda a diferentes direcciones. Y “Higher Ground”, donde la banda realmente se luce con letras que podrían resumir este segundo volumen completo: “What a life/I live till I die/Won't fail a menos que lo intente/Bleeding, siga respirando” (Qué vida /Viviré hasta morir/No fracasaré a menos que lo intente/Sangrando, sigue respirando).