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'Guapo’y', el documental que invita a sanar el dolor de la dictadura llega a Paraguay

Después de su estreno, en noviembre de 2022, en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam y de haber sido exhibida en otra decena de países, entre ellos España, la historia de Celsa Ramírez

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EFE/Daniel Piris

Como una invitación a sanar el dolor de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), la más larga de Suramérica, el documental Guapo’y, de la directora Sofia Paoli Thorne, llega este jueves a las salas de cine en Paraguay.

Después de su estreno, en noviembre de 2022, en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam y de haber sido exhibida en otra decena de países, entre ellos España, la historia de Celsa Ramírez podrá ser vista en su país.

Ramírez, de 73 años, es artista y una militante del Partido Comunista Paraguayo que fue encarcelada por la dictadura y cuyo esposo, Derlis Villagra, fue desaparecido en esa época.

"Para mí es una invitación a sanar, a conocer la historia", dijo a Paoli sobre su obra, que representará a Paraguay en los premios Goya 2024.

A su juicio, a través de esa sanación personal, se podrá también "sanar la historia del país".

Producto de nueve años de visitas y conversaciones sobre hijos, nietos y plantas, el documental retrata fragmentos de la vida de Ramírez y sus recuerdos de la cárcel de Emboscada (ubicada a unos 40 kilómetros de Asunción), donde la dictadura trasladó a los presos políticos y que muchos denominan el "campo de concentración de Emboscada".

También los recuerdos de Ramírez sobre su hijo, Derlis, quien nació en prisión y con quien recuperó la libertad en agosto de 1978, y su proceso actual de sanación física y espiritual.

"Yo quería que la gente se pudiera identificar con ella y pudiera conocerla como yo la conocí, como de a poco, sin necesidad de hacer algo como totalmente clásico e histórico", explicó sobre esta producción que se vale las plantas, de los sonidos, de los encuentros culturales y la música que los presos políticos escuchaban en Emboscada para crear una historia.

Esta producción fue bautizada Guapo’y en honor a un enorme árbol en la prisión de Emboscada, donde los presos políticos se reunían a conversar, a cocinar, donde jugaban sus niños y que Paoli considera era un espacio de "sanación conjunta".

Consultada, Ramírez destacó que este documental significa recordar los nombres de las víctimas y "cómo se vivía" en ese entonces, cuando -relata- "uno tenía que andar escondiéndose para evitar ser encarcelado".

Entre otros, mencionó, como ejemplo, el caso de un joven que estudiaba arquitectura y que terminó detenido después de que un policía encubierto que lo vio en un transporte en Asunción dijera que portaba un libro sobre la revolución y cuyo título, en realidad, se refería a "la revolución en la arquitectura".

Ya en democracia y tras ser reconocida en mayo pasado en el Senado de Paraguay por su aporte en defensa de los derechos humanos, Ramírez considera que en su país "ese miedo continúa hasta ahora".

"La gente, por temor, no da las ideas, no expresa sus ideas, porque no sabe qué consecuencia puede tener después", afirmó.