
La noche en el centro histórico se mostraba calurosa. La camisa, la sudadera y el vinilo de la banda Él Mató a un Policía Motorizado se hacían presentes en el piso frente al Teatro Metropólitan y el público pasaba uno a uno por la puerta después de que el personal checara su boleto y les hicieran una pequeña revisión.
Ya en el lobby la gente permanecía para comprar alguna cerveza para acompañar la música, alguna botana o incluso la fila de la merch oficial se hacía cada vez más larga. Por su parte y mientras algunos tomaban asiento, la voz onírica de Miki Deb se comenzaba a apoderar del recinto: “Gracias estoy muy nerviosa, muy feliz, es la primera vez que canto en un lugar así”, dijo.
Después de una breve pausa tras el pequeño show anterior por fin las luces se apagaron, el telón se abrió y las siluetas del quinteto originario de La Plata, Argentina, se hacían presentes para entonar “El magnetismo” y dar inicio al show.
Luces rojas y azules, emulando a la sirena de una patrulla, inundaban el escenario e imágenes de estrellas se fusionaron con el ritmo inigualable de “La síntesis O'Konor”.
“Qué onda, ¿todo bien?” preguntó Santiago C. Motorizado, vocalista de la banda, para que después sonarán “La noche eterna” mientras el público se entregaba a ellos y cantaba las canciones con toda la potencia que el aire en su pecho les permitía.
La guitarra sonaba con un ritmo hipnótico que hacía que la gente aplaudiera al mismo tiempo que la música para después soltar un fuerte grito de emoción cuando estás llegaban a su fin.
Continuaron con “Las luces” y “Alguien que lo merece” mientras el público saltó de alegría “¿la están pasando bien? Estamos muy contentos de estar aquí, la espera terminó”, afirmó Santiago.
Parecía que los asientos estorbaban, ya que nadie permanecía en ellos y no era para menos pues la gente bailaba al ritmo de “Nuevos discos”, “Más o menos bien”, “Chica rutera” y “Destrucción”, con los que movían la cabeza y levantaban los brazos llenos de emoción.
“¡Él mató, él mató!” era el grito ensordecedor que el público hacía para demostrar su amor a la banda que continuó con “Yoni B” y “El tesoro” para finalizar con “El fuego que hemos construido”.
Después de la breve pausa regresaron, el escenario se tornó azul y ahora con un tono más melancólico entonaron “La otra ciudad”.
El baterista golpeó cuatro veces las baquetas marcando el tiempo y dando la señal para retomar el ritmo rockero con “Amigo piedra” y “Ahora imagino cosas”.
El público estuvo feliz y entregado, habían esperado tanto por está noche, con los temas “Chica de oro” y “Mi próximo movimiento” finalizó el show pero con la promesa de la banda de que esta vez la espera sería más corta.
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