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PREMIOS ARIEL 64: ‘El prófugo’. En la frontera de los sueños y la realidad

ESPECIAL. A una semana de la ceremonia de premiación Crónica Escenario comparte detalles de todas las películas nominadas. La tercera parte es sobre un thriller sobrenatural que nos llega desde Argentina

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El filme compitió por Argentina en la carrera por el Oscar de este año.

El filme compitió por Argentina en la carrera por el Oscar de este año.

CORTESÍA

La tercera parte de nuestra serie de especiales rumbo a la edición 64 de la entrega de los Premios Ariel es un thriller sobrenatural que nos llega desde Argentina: El prófugo.

No cabe duda que el cine argentino es uno de los más destacados de Latinoamérica. Ya sea por sus extensas nominaciones en ceremonias o festivales, por los nombres consagrados en el gremio como los de Juan José Campanella, Ricardo Darín, Guillermo Francella y Lucrecia Martel, entre muchos otros que han dejado una importante huella en la historia de la cinematografía y que han inspirado a nuevas generaciones para crear su propio camino en la industria.

Una de ellas es Natalia Meta, realizadora cuyo segundo largometraje, El prófugo, llegó este año a salas de cine mexicanas después de su paso por la Berlinale del año pasado y de ser la cinta elegida para representar a su país natal como precandidata para la carrera al Oscar como Mejor Película Extranjera, un thriller psicológico bastante peculiar que coquetea con esa nueva ola de terror artístico de manera interesante.

Basado en el libro El mal menor del finado escritor y periodista argentino C. E. Feiling, El prófugo constituye el segundo largometraje de la cineasta Natalia Meta (Muerte en Buenos Aires, 2014), el cual compite al Ariel a la Mejor Película Iberoamericana.

Erica Rivas protagoniza el filme que compitió por el Oso de Oro de la Berlinale en el 2021.

Erica Rivas protagoniza el filme que compitió por el Oso de Oro de la Berlinale en el 2021.

CORTESIA

ÉRICA RIVAS, UN PROTAGÓNICO MEMORABLE

Crónica Escenario sostuvo una plática con la actriz estelar de la película Érica Rivas, quien nos confiesa cómo se interesó por el papel protagónico: “Ni bien me llegó el proyecto que Natalia me entregó”, y añade que ello fue gracias a que ella misma se sentía muy interesada en la labor de la directora.

“Cuando Nati me lo entregó, ya de entrada me parecía interesante ella. Siempre digo lo mismo, pero porque es difícil para que una mujer pueda dirigir, que pueda llegar a esos lugares de la industria; ya eso en sí me conmueve muchísimo. Después, ya leyendo el guión me encantó, me parecía muy interesante todo, toda la historia. Y después además leí el libro en el que se inspira Natalia, y también me pareció hermoso”.

La película narra la historia de Inés (Érica Rivas), una cantante y actriz de doblaje que vive una tragedia cuando está de vacaciones con su pareja. Es a partir de este hecho que Inés comienza a tener unas vívidas pesadillas acompañadas de unos sonidos recurrentes que van alterando su mundo y su vida. De repente, la aparición de un extraño le hará entrar en un conflicto que le causará cuestionarse qué es real y qué es sueño.

Pero ¿qué es eso que aqueja a la joven protagonista? Pareciera ser una misteriosa criatura conocida como “prófugo”, un ser maligno que tiene la capacidad de moverse entre sueños, uno que busca adquirir un cuerpo y el poder suficiente para salir al mundo real, jugando con la frontera entre el mundo de los sueños y la realidad, perturbando a Inés y su mundo, mismo que parece caer en una espiral de locura.

La estética visual del filme argentino recuerda mucho a otro thriller, uno que tomaba elementos del ‘giallo’ italiano para causar un impacto poderoso en la mente del espectador, tomando como prioridad para ese juego la magia y el lado oscuro del sonido. Esa obra se llamaba Berberian Sound Studio, del británico Peter Strickland, en la que este factor resultaba determinante para detonar la locura de un ingeniero de sonido. La ambientación sonora de la cinta, que va desde la increíble acústica de ese auditorio en el cual canta hasta la sala de audio donde ejerce su labor como artista de doblaje, ejerce un papel determinante, logrando climas interesantes de tensión.

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El filme es protagonizado por Érica Rivas, conocida por el filme Relatos salvajes.

Uno de los elementos que Érica señala como fascinantes en el argumento de El prófugo, tiene que ver con que Inés (su personaje), experimenta una serie de situaciones anómalas, que la perturban y la ponen en “ese borde entre el sueño y la vigilia, ese lugar entre la locura y la sanidad, si es que alguna de las dos cosas existe. Ese lugar de límite que no está claro, del límite en donde estamos todo el tiempo caminando en la película, eso fue lo que más me interesó”, dijo.

UN TERROR QUE NO ES GRATUITO

Meta utiliza el poder del sonido para hacerle creer tanto a la protagonista como al espectador que Inés no está sola en ningún momento, haciendo que esa línea entre el mundo del sueño y la realidad se quiebre en un thriller psicológico inteligente que obedece de cierta forma a la corriente del denominado “nuevo terror” o “post-horror”al que cineastas como Jordan Peele, Ari Aster, entre otros, han posicionado en el gusto tanto de la crítica como de la audiencia en algo que va más allá de los clásicos ‘jump scares’ o fórmulas. Aunado a ello, se apoya en la fotografía de Bárbara Álvarez, misma que transmite sin tanto estridentismo en los colores una atmósfera que cada vez se vuelve más tensa.

El verdadero horror de la cinta nace a partir de ese papel que realiza la actriz Érica Rivas. Aquí, su Inés desempeña una labor diferente a la del texto de Feiling, transitando por el musical, el romance misterioso y esa constante duda que poco a poco la lleva en una espiral donde el prófugos del título se hace más presente o quizá solo forma parte de sus más profundos sueños, aquellos en donde este ente oscila y de los cuales busca liberarse para salir al mundo real.

Rivas destaca también el tratamiento brindado por la realizadora y guionista al material original, confiriéndole un giro innovador, mezclando elementos de suspenso, drama y horror; creando así un ambiente de incertidumbre en el que, al no tener claro si lo que le acontece al personaje tiene lugar sólo en su mente, o si es producto de un elemento externo (y sobrenatural); se permite jugar y romper con las reglas tradicionales de los relatos de esta naturaleza.

“(Natalia) tiene esta necesidad de romper con los géneros… se me hacía muy interesante como llegó desde una novela gore, a una película como la que quería hacer. Y creo que allí también está el terror, el terror real, la cosa de no poder identificar de qué género estamos hablando”, subrayó Rivas. 

Érica Rivas comparte elenco con Nahuel Pérez Biscayart.

Érica Rivas comparte elenco con Nahuel Pérez Biscayart.

CORTESIA

La idea de construir un género a partir de esa narrativa y romperlo todo el tiempo es algo que me pareció hermoso porque además creo que, mediante los relatos en los que uno se va construyendo como persona en este momento de la humanidad en donde digamos, nosotros somos una construcción cultural derivada de lo que nos creamos a nivel literario, a nivel cinematográfico, etcétera… Me parece que destruir un género, en todas sus acepciones, es muy acertado, y por otro lado muy femenino también. A mí me pareció una de las cosas más inteligentes de Nati para este relato”, agregó.

UN FILME SOBRE EL ARTE, EL AMOR Y LA PÉRDIDA

La actriz reflexiona sobre los diversos simbolismos que el relato de Natalia Meta pudiera albergar, uno de los cuales se desprende de ciertos problemas que el personaje tiene con su voz, especialmente notorios cuando ensaya y se prepara para un concierto como integrante de un ensamble coral, y cuyo significado bien puede relacionarse con el mundo del arte. “A mí siempre me pareció que la película también se trataba del proceso creativo, que tiene que ver con ello. Con el proceso en el que los artistas nos vemos involucrados cuando estamos, por decirlo de alguna manera, pariendo una obra de arte”, dijo.

“Para mí, una de esas líneas muy lindas era esa, la de parir una obra de arte. Esa cosa donde uno no sabe si está loco, si estamos durmiendo, si estamos soñando, o si estamos demasiado en este mundo real, donde estamos percibiendo ciertas cosas que no. Hasta que al final pasa que ella descubre una forma de cantar distinta, y cambia algo de lo que se venía dando en ese coro, a partir de esa angustia de no pertenecer, de ya no estar en esa voz que es terrible para una soprano. Para una soprano que la bajen de voz es terrible”, afirmó.

La protagonista de filmes como Relatos salvajes (Szifron, 2014), La cordillera (Mitre, 2017) y Los sonámbulos (Hernández, 2019); también mencionó que, lo que le ocurre a su personaje en la cinta de Meta, puede también funcionar como metáfora de los procesos vinculados al amor o al duelo por una pérdida. “Esa cosa como de hacer la concesión con el otro de decir ‘bueno, voy a dejarte entrar en mí’, y es en todo sentido. Para las mujeres, en todo sentido”, mencionó.

“Es esta cosa de dejar entrar a alguien al corazón, de dejar entrar a alguien al alma o al espíritu, y que eso siga para siempre, más allá de la muerte, -porque eso sí nos sigue más allá de su muerte a veces-, y tiene que ver con el duelo, con el amor. Había pensado que el estado de ella es particularmente permeable a estas cosas, justamente porque está en un momento de duelo… aunque no lo había pensado como parte del duelo mismo, como si Alberto (personaje interpretado por el actor Nahuel Pérez Biscayart) fuera parte de eso”, reflexionó Érica. 

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Fco. Javier Quintanar Polanco
Erica Rivas protagoniza el filme que compitió por el Oso de Oro de la Berlinale en el 2021.

“Es que la película tiene eso. Tiene esa cosa como de que no está totalmente definida, justamente para que nosotros podamos poner en ella lo que nos parezca. Lo que nos aparezca. O lo que escuchemos”, finalizó.

La película es una coproducción mexicana de la mano de Julio Chavezmontes (Piano) y Lorena Villarreal con Barraca Producciones.

NOMINACIONES AL ARIEL: 1

Mejor Película Iberoamericana

PROYECCIÓN INTERNACIONAL

Selección oficial de la Berlinale 2020

Selección oficial del Festival de La Habana 2020