Escenario

‘Puan’: la filosofía es hacer preguntas y no buscar respuestas

ENTREVISTA. María Alché y Benjamín Naishtat directores del filme además de Marcelo Subiotto y Mara Bestelli, protagonistas del filme, charlaron con Crónica Escenario al respecto del estreno de la cinta argentina en México

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Fotograma del filme.

Fotograma del filme.

Cortesía

Marcelo (Marcelo Subiotto), un hombre de unos 50 años, ha dedicado su vida a la enseñanza de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras. Cuando su jefe de Cátedra, mentor y compañero de aventuras muere inesperadamente, Marcelo asume que heredará la titularidad de la Cátedra que ha quedado vacante. Lo que no imagina es que Rafael Sujarchuk (Leonardo Sbaraglia), un brillante y seductor colega, regresará desde Alemania para disputar el puesto vacante. Comienza entonces una batalla sin cuartel entre dos profesores extremadamente opuestos en sus estilos y pedagogías.

Puan es el largometraje dirigido y escrito por los cineastas María Alché y Benjamín Naishtat protagonizado por Marcelo Subiotto, quien se alzó con la presea a mejor actor en la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián así como el premio a Mejor Guion en dicho festival.

Crónica Escenario mantuvo una amena charla con los cineastas argentinos y con parte del elenco del filme, Marcelo Subiotto y su eterna compañera tanto fuera como dentro de la película Mara Bestelli, al respecto del estreno en México de Puan el pasado fin de semana.

Puan es una película que empezamos a escribir hace casi cuatro años, era la idea hacer una comedia ambientada en el mundo de los profesores universitarios, con la premisa de una competencia feroz y sin cuartel por quedarse con un cargo de Director del Departamento de Filosofía y la idea era poner mucho humor alrededor del hecho de que se toman muy en serio, casi como si fuera el centro del universo, la facultad, cosa que parece un poco cómica vista desde afuera y también ciertas cuestiones de la idiosincrasia argentina, de cierto esnobismo o fascinación por alguien que que regresa de Europa, pero la película tiene más matices y terminó también siendo una especie de comentario inesperado sobre cosas que están sucediendo en el país ahora”, explicó el director Benjamín Naishtat.

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Fotograma del filme.

Uno de los temas que sobresale de forma inmediata es el otro actor de Puan, la filosofía, y la desmitificación de que ella es solo para los eruditos y estudiosos, y que por el contrario la ocupamos en la cotidianeidad de la vida.

El rol justamente de la filosofía es una especie de toma de conciencia, de que la filosofía que quizás para vos o para el espectador a priori, puede parecer una cosa sofisticada y lejana que requiere mucha lectura y mucho estudio, en realidad lo que descubrimos viendo esta película y que esa fue nuestra intención, es que la filosofía es algo que afecta a la vida de todas las personas todos los días, en cualquier toma de decisión relevante de lo que uno está viviendo, cuando uno hace planes para el futuro está ejerciendo el pensamiento filosófico y configurando el mundo de una cierta manera, que eso es en definitiva filosofar. Algo divertido que le sucede al espectador viendo Puan es que empieza a hacerse preguntas muy fundamentales y muy inmediatas, al alcance de la mano, como por ejemplo, ¿qué es la muerte? ¿qué es realmente? ¿qué significa? ¿como atravesamos eso?, eso es una cuestión filosófica fundamental”, aseguró el cineasta.

Por otro lado se vuelve una cuestión razonable llegar a la conclusión de Latinoamérica como un pensador político y filosófico por excelencia, “al ser América un continente más joven, semi colonial, estar en estados distintos de procesos de independencia y de haber heredado todo un contenido para las universidades que viene dado por programas europeos, siempre aparece esta idea autónoma de cómo pensar desde este espacio, con lo que hubo acá y con lo que hay, y esa decisión de pensar el mundo desde acá es una decisión política, indiscutiblemente pensar filosofía desde este continente tiene ese componente”, afirmó la cineasta María Alché.

Fotograma del filme.

Fotograma del filme.

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Absolutamente, la realidad latinoamericana es una realidad plagada de urgencia, ese es el común denominador aunque se trate de México, Brasil o Argentina, es una realidad urgente donde no hay muchas veces tiempo o energía para la abstracción o para pensar a largo plazo, entonces de alguna manera hay una especie de tensión con lo que es la filosofía que implica concentración o pensar en absolutos. Y de ese contrapunto, que fue algo que nos interesó en la película, nace lo que es el pensamiento latinoamericano, que es una forma de pensar muy anclada en el día a día, en lo urgente, en lo que vas viviendo en cada momento”, explicó Benjamín.

“También es aquí donde hay una impronta del pensamiento europeo muy fuerte, por una cuestión histórica, y sobre todo te diría en Buenos Aires se debate en cuanto a toda esa deriva de pensadores latinoamericanos, la película presenta algo que se habla en la academia o se charla mucho también en lugares más intelectuales sobre ¿cuál es el pensamiento regional? ¿cuáles son las categorías, puedes usar los pensadores que vos lees o consultas o charlas que hablan de la problemática concreta de tu región? y no solo una lectura eurocéntrica que te pueda explicar tus complicaciones y tus realidades creo que en Puan, en un momento el personaje se encuentra con esas deriva y con esas preguntas, empieza a tener un rumbo hacia ese lugar. Por lo menos como búsqueda, no como una respuesta, abre preguntas sobre eso”, añadió Subiotto.

Lo que pasa con Puan es que es una película muy anclada en una realidad muy particular, que es la realidad argentina, quizás extendible a la realidad latinoamericana donde ser docentes, ser profesor tiene algo de acto milagroso, que eso no lo vas a encontrar en una serie Europea de Netflix, que es como vemos en Puan, que es la supervivencia de un docente, es una especie casi de de militancia y de fe, porque realmente lo que organiza el recorrido de Marcelo es que él tiene que tener múltiples trabajos, dando clase particulares a los ricos, en programas sociales, etcétera y finalmente poner el cuerpo de forma literal para que no avance la realidad sobre ese lugar en el que él tiene una fe absoluta que es la universidad pública, por todas estas cosas, si bien tiene un carácter universal, esta película está muy anclada en un mundo que es un mundo conocido para nosotros, seguramente muy extrapolable a experiencias como la de la UNAM por ejemplo que conocemos bien por por cercanía, pero, esencialmente es una película latinoamericana”, ahondó Naishtat.

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De la misma manera y al confrontar corrientes filosóficas es natural observar la confrontación de las estructuras educativas y hasta los paradigmas personales del propio protagonista y el contexto social, “es muy llamativo que la gente que está todo el tiempo trabajando desde lo intelectual, pensadores que no piensan desde otro lugar que no sea el movimiento, en sus vidas sean absolutamente estáticos, hay como una gran contradicción ahí y creo que tal vez es algo del del universo académico también eso, claro que es estático y caótico y va re ordenándose y necesita de cada uno de nosotros la capacidad de flexibilidad para ver cómo los tiempos y los acontecimientos que nos toca a lo largo de la vida nos van dando preguntas distintas y nos exigen respuestas diferentes, cambios de dirección y todo lo que va pasando. Están en esa problemática de tener que confrontarse con las cosas y si no se confrontan los van a pasar por arriba, es como un estado límite en la película”, aseguró Marcelo.

Escribimos el guion hace cuatro años con lo cual era un contexto donde francamente no imaginábamos que ahora en 2024 al estrenar la película íbamos a estar asistiendo a un contexto de mucha zozobra, de una realidad radicalizada, porque es un gobierno muy extremista que se eligió por causa de la crisis económica y que está desmantelando las estructuras que históricamente hicieron de Argentina un país que tuviera una clase media, que es la universidad pública, gratuita y masiva, que permitió el ascenso social de muchísimas personas y luego que también fue históricamente un país con una vida cultural importante, literaria, musical, cinematográfica y el Estado, digamos, también está avanzando contra eso, con lo cual nos encontramos en un momento de shock. Pero también es a tono con una época en el mundo en el que pareciera que estamos asistiendo a muchos cambios de paradigma y donde toca ejercer la mirada artística con mucha conciencia”, agregó Benjamín.

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Finalmente y el tema más obvio en Puan es el legado, y surgen preguntas esenciales tanto dentro del filme como fuera de él, “El legado es el tema del personaje de Marcelo Pena y es enfrentado a una cuestión de duelo, porque esa persona que le deja un legado no se lo da sino que se murió y no está más, me parece que él asume como una especie de mandato de padre a hijo, asume ese legado y la aparición de Rafael Sujarchuk, lo va a poner en conflicto con esa decisión. Un poco al principio lo va a obligar a sostener ese mandato, porque pareciera ser que lo que va a proponer Sujarchuk es otra cosa, pero por otro lado lo que está proponiendo ese profesor no está nada mal tampoco, a primera vista la mirada de la entrada de Rafael Sujarchuk pareciera ser que es la del malo, la del tipo que viene acá a sacarle algo a él, pero en realidad viene a confrontarlo con él mismo, hay algo ahí que en un principio pareciera ser que es alguien que le viene a quitar algo y yo creo que finalmente vamos a ver a lo largo de la película que no, que lo va a ayudar a repensar, a reformular y que esa experiencia va a ser absolutamente necesaria y no sé si definitiva, pero sí que abre un camino nuevo”, dijo Marcelo.

El legado es algo de lo que la película intenta hablar, como una figura que no se ve, que es el personaje ausente del maestro que acaba de morir, que atravesó el siglo XX, que vivió la ilusión de la utopía de un nuevo mundo en los años 60, que participó políticamente los años 70 y cómo esa experiencia o esa herencia se transmite a otra generación y cómo ciertas cosas que van quedando en el tintero pueden ser retomadas por otra generación, como que nada de esa forma que tiene la historia y las ideas de entretenerse, era algo que de alguna manera queríamos que esté presente en la película”, explico Bestelli.

En Puan no hay una moraleja cerrada, pero sí hay una invitación a hacerse preguntas y sobre todo una pregunta fundamental que es ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿tiene sentido lo que estoy haciendo o estoy simplemente repitiendo por inercia lo que estaba sucediendo a mi alrededor? tiene que ver con encontrar un propósito en lo que uno hace en este breve paso por el mundo. Es una invitación desde el humor a divertirse, a pensar que estas preguntas por la existencia no tienen que ser solemnes a pesar de que podemos hacernos muchos cuestionamientos”, concluyó Naishtat