Rosalía apuesta por el arte performático como nueva experiencia durante los conciertos
COBERTURA. Con una gran y conceptual producción la española se presentó por primera vez en Ciudad de México, con dos fechas agotadas en el Auditorio Nacional
Concierto
Desde que inició el Motomami world tour, el pasado 6 de julio en Almería, España, se han dicho miles cosas respecto a los conciertos de la cantautora catalana, Rosalía. Por un lado, hay personas que dicen que el show es frío, que la artista no conecta con su público y está más enfocada en que las tomas queden “tiktokeables”, por el otro, algunos más, aseguran que es la mejor experiencia que han vivido.
Eso en términos de percepciones, pero hay otros grupos que incluso han acusado a la cantante de hacer rituales satánicos con bailes africanos durante los conciertos, y es que… qué se puede pensar si en pleno final del tema “Diablo”, Rosalía simula cortarse el cabello como una especie de “ofrenda”.
En fin… dejaremos de lado las teorías conspirativas detonadas en redes sociales y nos concentraremos en el espectáculo, que la Motomami ofreció la noche del domingo en el Auditorio Nacional. Previo a la salida de la artista, reposaban en el escenario un ciclograma blanco y dos pantallas verticales. La encargada del plano visual de la gira es la directora de arte y fotógrafa española Carlota Guerrero.
El concierto es conceptual en toda la extensión de la palabra. Recordemos que Motomami (2022), es el disco más personal que la artista ha presentado hasta el momento, prueba de esto es la “desnudez” que muestra al quitarse el maquillaje antes de interpretar “Hentai” una de sus canciones más polémicas, que cuando en el concierto se une al acto simbólico de desnudarse o mostrarse cobra otro sentido.
“Tan rico no puede ser/De cuero na'/Pero estoy encuera'/Te quiero ride/Como a mi bike/ Hazme un tape/Modo Spike/Yo la batí/Hasta que se montó/Segundo es chingarte/Lo primero e' Dios”, reza “Hentai”.
De forma “simple”, el concepto es ella, pero lo lleva más allá presentando un espectáculo de arte performático definido como:
"Una disciplina artística creada a través de acciones realizadas por el artista u otros participantes, pudiendo ser en vivo, documentadas, espontáneas o escritas, presentada a un público dentro de un contexto expositivo, tradicionalmente interdisciplinario”.
Teniendo esto cuenta, durante la canción “Motomami”, sus bailarines forman una moto, ese es uno solo es uno de los muchos ejemplos que hay en el concierto, en otro ejemplo del performance y regresando al tema “Diablo”, cabe aclarar que el asunto de cortarse el cabello, no se trata de un ritual ni mucho menos, sino de una referencia a Yoko Ono en Cut piece una muestra artística inspirada por el feminismo protagonizada por Ono en 1964 en el Yamaichi Concert Hall en Kioto, Japón, el acto representa una crítica a la objetualización femenina.
Sí, el concierto es conceptual en toda la extensión de la palabra, es importante destacar que una de las artistas que más ha influenciado a Rosalía es la cantautora, productora y actriz británica Kate Bush, que se caracterizó por ofrecer en sus conciertos, poesía, danza, teatro, por su puesto la música y hasta trucos de magia.
El pasado 18 de marzo, a través de una transmisión en vivo en su cuenta de Tik Tok, Rosalía presentó La primera “performance” de Motomami, un concierto pensado y planeado para disfrutarse desde los celulares, dirigido por Stillz un artista colombiano-estadounidense, que ha trabajado como director de videoclips de la propia Rosalía o Bad Bunny, por mencionar algunos.
Los conciertos del Motomami world tour están basados en aquella transmisión, el ángulo que se proyecta en las pantallas no es estático o únicamente vertical, sino que está en constante movimiento, incluso con tomas desde arriba del escenario (para apreciar mejor las formas que crean los bailarines) y acercamientos a la cantante para una mayor conexión con su público.
Otros de los artistas que apuestan por este formato de performance y ofrecen una experiencia distinta en sus conciertos con ayuda de las cámaras, tecnologías y las pantallas son Nathy Peluso y C. Tangana que regalan una puesta en escena completa como si se tratara de un videoclip en vivo a través de las pantallas y el detrás de cámaras ocurriendo en el escenario al mismo tiempo.
Personalmente y regresando a la noche del domingo, una de las cosas que más me gusta de Rosalía es su manera de interpretar. Para muestra el momento en que la entonó “De plata”, tema que se desprende del primer disco de la artista, Ángeles (2017). Para esta canción la cantante utilizó una falda negra de 12 metros de largo y un soporte de micrófono al que se aferró mientras cantaba como si la falda fuera increíblemente pesada, como si la quisiera llevar a otro lugar y ella se resistiera.
“Cuando yo/Cuando yo me.../Me muera/Te pi'o un encargo/Que con tus trenzas/Que trenzas de tu pelo negro/Me 'marren mis manos”, dice en “De plata.
Otros de los grandes momentos musicales de la noche se dieron cuanto Rosalía cantó las colaboraciones que ha hecho con artistas como Tokisha (“Linda” y “La combi versace”), The Weeknd (“La fama” ), JBalvin (“Con altura”) y Bad Bunny (“La noche de anoche”), algunos covers como el caso de “Blinding lights” original de The Weeknd, “Perdóname” de La Factoría o “La relación” de Sech y una fusión de los temas “Gasolina” (Daddy Yanke), “TKN” (Travis Scott), “Papi Chulo” (Lorna) y “Yo x ti, tú x mi” (Ozuna).
En tanto, los grandes momentos no musicales fueron cuando Rosalía tomó una cámara y bajo a cantar con el público, los cuatro peluches del Dr, Simi que le aventaron al escenario y cuando el público (como en todo buen acto performático) hizo parte del espectáculo mientras las cámaras se centraban en los asistentes, que a todo pulmón repasaban “Abcdefg”, a lo que la artista reconoció.
“Se lo habéis estudiado muy bien, aprobadísimos en Motomami”. Sin duda el tour de la catalana seguirá dando de qué hablar en su visita por Latinoamérica. En México Rosalía también visitará el Auditorio Telmex de Guadalajara el 17 de agosto y 19 llegará al Auditorio Citibanamex en Monterrey.