
Alejandro Dumas, novelista francés, ha sido responsable de los escritos más representativos del género histórico de aventuras. Entre sus obras más emblemáticas se encuentran por supuesto, Los tres mosqueteros y El Conde de Montecristo, novelas que en múltiples ocasiones el séptimo arte ha utilizado como referentes para realizar adaptaciones cinematográficas. En la época donde las tendencias en salas se alejan del tópico de aventura, una nueva versión de los mosqueteros del rey se corona para conquistar a nuevos adeptos.
Desde 1961 no se había realizado una adaptación de la novela de Dumas en francés, siendo una oportunidad ideal para el director Martin Bourboulon de brindarle una óptica fresca al clásico del rey de las aventuras de capa y espada. Divididas en dos partes y filmadas simultáneamente, en 2023 se estrenó Los tres mosqueteros: D’Artagnan con una recepción positiva proveniente de la crítica. No obstante, su poca promoción hizo que pasara un tanto desapercibida.
En D’Artagnan se tomaron algunas libertades creativas sin olvidar el conflicto de Francia del siglo XVII, donde una conspiración para derrocar al rey Luis XIII (Louis Garrel) se estaba gestando. En paralelo, un joven Charles D’Artagnan (François Civil) se unía a los mosqueteros del rey, conociendo así a Athos (Vincent Cassel), Porthos (Pio Marmaï) y Aramis (Romain Duris), trío de soldados aventureros con los que forma una alianza para detener el ataque contra la corona, que involucra a Inglaterra y a los protestantes franceses.
Las piezas del tablero se montaron en esta primera cinta, presentando así a los emblemáticos personajes, junto a las subtramas del amorío de la reina con el duque de Buckingham, las lealtades del Cardenal de Richelieu y de la misteriosa figura de Milady de Winter (Eva Green), cada uno con intenciones confusas que finaliza con el secuestro de Constance Bonacieux (Lyna Khoudri), y con ello el secreto de quién es la sombra responsable del atentado contra Luis XIII.
Esta secuela aborda directamente el final de su predecesora, con la abducción de D’Artagnan, que tras intentar salvar Constance se ve envuelto en un problema más grande, situación que lo va obligar a unir fuerzas con Milady para saber dónde está el amor de su vida. En simultáneo la guerra está por declararse entre Francia con los protestantes y los ingleses. Athos, Porthos y Aramis deben unirse al frente, pero un secreto se va revelar, provocando que las viejas alianzas se vean comprometidas entre los mosqueteros.
Los tres mosqueteros: Milady continúa con las fortalezas de su previa, y eleva la escala de producción con escenarios y secuencias emocionantes, sin dejar de lado el núcleo argumental que fue sembrado para desarrollar más los conflictos que rodean a los personajes. Es aquí que los cuatro mosqueteros tienen más interacción y este rubro destaca para compaginar con estos compañeros de armas. Porthos contagia con su característico sentido del humor, y Aramis evoca a la lealtad de la causa.
Por otra parte, Athos es quien cuenta con un desarrollo más trágico. Conocemos su relación con su hijo y esa conexión con su pasado lo hacen tambalear frente a los enfrentamientos venideros, que van a relacionarse con su hermano Benjamin. En contraste, D’Artagnan deja atrás a ese novato sediento de aventura y con cabeza fría, intenta resolver este nudo de traiciones contra el trono y obtener la mayor ayuda posible para reencontrarse con Constance.
Con atino esta nueva adaptación dividida en dos, triunfa en llevarnos de vuelta a la época donde el honor y la espada se desenvainan con cabalidad. Esas historias de caballeros, duelos y batallas épicas relucen en las producciones adaptadas por Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière que optan por mostrar el lado panorámico de la narrativa, dotando a este mundo de personajes bidimensionales, con acciones que son congruentes con la época pero a su vez se muestran vigentes para la contemporaneidad.
Para una efectiva puesta en cámara, el cast debe congeniar en su conjunto, a lo que en esta reinvención se cumple con creces. Contar con histriones de la talla de Cassel y Green le brindan sustento al ensamble, que muestran en su Athos y Milady, dos contrapartes de convicciones y deseos. El resto del elenco no se deja opacar por ellos, porque se destina la evolución pertinente a los antagonistas y aliados de esta travesía.
Revestir de un efectivo diseño de producción, vestuario y maquillaje es la capa que se cubre formidablemente, que no escatima en recursos para mostrar las bondades de las locaciones francesas. Quizá para algunos el exceso de escenas de cabalgata se considere reiterativo para el ritmo y trama, pero para otros sea un elemento que alimente a la atmósfera emocionante, que junto al score de Guillaume Roussel complementa el apartado musical con una banda sonora de tonalidades rimbombantes acordes a la temática.
El apartado visual es sólido, pero con un pie de nota en la cinematografía, que por momentos luce deslavada y carente de acentuados contrastes, algo que pudo ser problema de la proyección, ocasionando una imagen oscura.
Para los seguidores de la obra de Dumas, Los tres mosqueteros: Milady (2023) es un traslado al celuloide emocionante, que conserva los orígenes de su material impreso pero que toma riesgos, realiza cambios y lo adapta en una aventura que sugiere el renacimiento del género a la pantalla grande. El desenlace puede dejar un cliffhanger para continuar expandiendo el universo de los mosqueteros con las demás novelas del escritor y dramaturgo francés. Solo hay que confiar en que la recepción esta vez sea más acogedora.
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