Una de las bandas más grandes e importantes de la escena musical mexicana, Zoé, regresó a la Ciudad de México para ofrecer un impresionante concierto.
La velada pintaba para ser mágica, la música de la banda liderada por su vocalista siempre polémico y enigmático, León Larregui, inundó el Palacio de los Deportes con su gira Sonidos de Karmática Resonancia.
Minutos antes de las ocho de la noche, el recinto se encontraba a su máxima capacidad mientras los cánticos desesperados pidiendo la aparición de la banda no cesaban. Como ya es costumbre, las luces se apagaron, la gente enloqueció y esto dio paso a los primeros sonidos que arrancaron una noche simplemente bella.
Fueron años de espera que terminaron cuando “Velur” comenzó a sonar. La noche era una fiesta, los miles de asistentes que se dieron cita, con la adrenalina a tope acompañaban con su voz a la banda.
Con los nuevos materiales lanzados durante estos años de confinamiento, canciones como “Karmadame”, “Azul” y “No hay mal que dure” respondían a la pregunta: ¿Zoé es una de las mejores bandas mexicanas?
Éxito tras éxito, la noche continuaba y daba paso a una de las rolas más queridas y aclamadas. “Nada”, un clásico que hace unos años sonaba acompañada de la voz del hoy retirado Enrique Bunbury. Para después dar paso a “Arrullo de estrellas” lo que sin duda, fue uno de los momentos más emotivos de la noche.
“Oeoeoeoeoe, Zoé, Zoé” se escuchaba a todo lo que daba en el Palacio de los Deportes. Con los temas más recientes ya tocados, llegó la hora de darle paso a esos clásicos que hicieron de la banda un éxito nacional e internacional.
Los mega éxitos “Labios Rotos” Y “Poli” fueron los elegidos para acompañar a las cientos de parejas que enamoradas, se cantaban el tema uno al otro para coronar el momento con un beso.
Amor, éxtasis, magia y sincronía era lo que reinaba en el concierto. Zoé regaló “Fiebre”, “SKR” y “Hielo” antes de abandonar el escenario.
Aunque fueron más de cuatro minutos sin la banda en escena, los ánimos no bajaban. Los fans enloquecidos sabían que aún faltaba lo mejor y por supuesto sus más grandes éxitos.
Después de su salida en falso, Larregui y compañía cerraron el concierto con cuatro temas que a través del tiempo no solo han sido himnos de la banda sino de todo el rock mexicano.
Y cómo no emocionarse con “Soñé”, una canción que se ha mantenido vigente por más de 15 años. El Palacio de los Deportes vibraba y saltaba, en el ambiente se podía percibir eso que solo Zoé puede generar.
“Muchas gracias por estar aquí” dijo León lo que fue respondido por ovación del respetable. El fin se acercaba y “No me destruyas” y “Luna” comenzaban a despedir a los miles de personas que se dieron cita.
Después de poco más de dos horas de concierto, el fin llegó con la canción más emblemática de la banda. “Love” fue el cierre perfecto para una velada que encontró en Zoé, el vehículo perfecto para curar las almas después de tanto sufrimiento mundial.
Un mensaje de amor fue lo que la banda ofreció a sus seguidores que los han acompañado por más de 20 años. Un camino que han recorrido llevando la bandera tricolor siempre en lo más alto.
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