
El ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, anunció ayer que “tiene la certeza de que se usó en varias ocasiones gas sarín en áreas limitas de Siria”.
Francia ha estado estudiando muestras de elementos sospechosos de armas químicas durante varias semanas. El material analizado, según el ministro, procede de dos fuentes: las muestras facilitadas a finales de abril por dos enviados especiales del diario Le Monde, y otras entregadas a las autoridades francesas y procedentes de la ciudad de Saraqeb, donde se registró un ataque en esas mismas fechas.
Según especificó ayer Le Monde, las muestras sanguíneas de Saraqeb se tomaron de cinco víctimas, una de ellas muerta, y llegaron al laboratorio francés el pasado 9 de mayo.
En un comunicado, Fabius indicó que los análisis efectuados en el laboratorio designado por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas habían permitido constatar la presencia de sarín.
“Estos estudios muestran la presencia de sarín en varias muestras que están en nuestra posesión”, dijo el canciller, agregando que los resultados de las pruebas fueron entregados a Naciones Unidas.
Fue Al Asad. Aunque el origen del ataque con gas sarín en el primer caso es incierto, en ese segundo no hay dudas, tal y como asegura el diario parisino, por la presencia de un helicóptero del Ejército sirio, que lanzó munición cargada del gas tóxico.
Sobre este punto, el jefe de la diplomacia gala llegó también a la misma conclusión.
“Después de haber remontado toda la cadena, no hay ninguna duda de que el régimen y sus cómplices” fueron quienes lo usaron, declaró. Por tanto, dijo, “sería inaceptable que aquellos culpables de estos crímenes sigan sin castigo”.
“Todas las opciones”. Fabius subrayó que “indudablemente se ha traspasado una línea”, y añadió que se está discutiendo ahora con el resto de socios de la comunidad internacional sobre la manera de actuar.
“Todas las opciones están sobre la mesa”, apuntó el titular francés de Exteriores, aunque insinuó que descarta la opción militar, al menos hasta ver los resultados de la Conferencia de Ginebra, prevista para junio, pero para la que todavía no hay fecha. “No queremos bloquear la conferencia de paz”.
Cautela. Investigadores de la ONU admitieron ayer en su último reporte que existían “bases razonables” para creer que se han utilizado “pequeñas cantidades” de armas químicas en Siria. Sin embargo, no han podido concluir qué agente químico se usó y si los responsables son las tropas de Al Asad o los rebeldes.
Por su parte, el gobierno de EU dijo que necesita “más información”, antes de tomar considerar si se ha traspasado o no la línea roja que marcó el presidente Barack Obama.
“Tenemos que investigar más a fondo y reunir más pruebas para corroborar la evidencia que existe de que las armas químicas han sido usadas para precisar cuándo y por quién”, dijo el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney.
OCCIDENTE CALLÓ CUANDO SADAM ATACÓ CON ARMAS QUÍMICAS
El 18 de marzo de 1988, el presidente de Irak, Sadam Husein, ordena el lanzamiento de gas mostaza, gas sarín, y gas nervioso VX contra una aldea de kurdos iraquíes, en castigo por haber ayudado, supuestamente a los kurdos iraníes en la guerra entre Irán e Irak. Murieron en terrible agonía más de cinco mil aldeanos, pero Occidente, preocupado por el petróleo, miró a otro lado. Estados Unidos no sólo guardó vergonzoso silencio por la masacre de Halabja, sino que siguió surtiendo armas a a su aliado iraquí, hasta que éste se creyó suficientemente fuerte como para invadir Kuwait. Ahí se rompió la amistad. (En la imagen, activistas en el tribunal de La Haya el 21 de noviembre de 2005, durante el juicio contra un empresario holandés que surtió de armas químicas a Irak).
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