El pasado 30 de abril, el Foro de Arte y Cultura se transformó en un espacio mágico donde la danza y la infancia se encontraron. Con un público repleto de niños, niñas y padres de familia, el Ballet de Jalisco presentó El Gato con Botas, una versión encantadora del clásico cuento, adaptada especialmente para celebrar el Día del Niño. La función no solo fue un deleite visual, sino también parte de una apuesta clara: acercar a nuevas audiencias al mundo del ballet.

Detrás de esta iniciativa está Lucy Arce, directora y coreógrafa del Ballet de Jalisco, quien ha dedicado su vida a la danza. “He sido bailarina desde muy joven, coreógrafa después y directora de muchos espectáculos. Hoy soy directora del Ballet de Jalisco y eso implica mucho más de lo que la gente imagina”, comenta Arce. Además de montar coreografías, también diseña vestuario, escenografía, luces y supervisa el entrenamiento de toda la compañía. “Hago un poco de todo”, dice entre risas tras bambalinas, frente a un espejo adornado con luces fulgurantes, vestidos y pelucas llamativas.

La elección de El Gato con Botas no fue casual. “Me encanta este cuento. Es un ballet encantador para toda la familia, ideal para quienes se acercan por primera vez a este tipo de espectáculos. Ya lo habíamos presentado el año pasado y decidimos traerlo de nuevo porque creemos que es una historia que divierte a grandes y chicos”, explica.

Uno de los retos más grandes para Arce es lograr que el público infantil quiera regresar. “Creo que este primer contacto con las artes es fundamental. Si no logras conectar en esa primera experiencia, puede que no vuelvan. Por eso debe ser claro, divertido, comprensible. Es una gran responsabilidad”.

Adaptar cuentos clásicos a la danza es una de sus pasiones. “Es un trabajo muy teatral. Necesitamos que los bailarines no solo bailen, sino que actúen con naturalidad. La coreografía debe contar la historia de forma sencilla y amena. Es un gran reto lograr eso”.

En un país donde solo el 9.3% de los adultos asiste a espectáculos de danza, incluidos el ballet, según datos del INEGI de 2024, conectar con nuevas audiencias se vuelve un desafío aún mayor. Aunque no hay cifras específicas para Jalisco, la estadística nacional revela una baja participación en este tipo de actividades culturales.

Cuando se le pregunta cómo atraer a más jóvenes al ballet, su respuesta es honesta: “Me encantaría saber cómo lograrlo”, dice entre risas. Aun así, no baja los brazos. La función del Día del Niño fue pensada especialmente para quienes no suelen asistir a este tipo de eventos: niños de asociaciones como aquellas que apoyan a pacientes con cáncer, escuelas de zonas vulnerables y academias de danza con recursos limitados.
Para Lucy Arce, el verdadero éxito no está en llenar un teatro por una sola vez, sino en sembrar una semilla. “Lo más importante para mí es que, después de ver una obra, el público —sobre todo los niños— quiera volver al ballet. Que quieran más”.