En entrevista exclusiva con La Crónica de Hoy, el equipo detrás del largometraje Duva —documental que retrata el final de la carrera del clavadista olímpico Germán Sánchez— comparte los detalles de esta producción que escapa a las fórmulas del cine deportivo tradicional.
Después de una lesión que frenó su trayectoria en 2021, Germán Sánchez, doble medallista olímpico, se enfrenta al momento más desafiante de su carrera. A los 31 años, y tras un largo proceso de recuperación, decide regresar a las competencias con un solo objetivo: ganar una última medalla en los próximos Juegos Olímpicos. Pero más allá del triunfo, Duva indaga en sus miedos, su fragilidad y su deseo profundo de cerrar un ciclo de vida con dignidad.

Un documental fuera de lo convencional
Dirigido por Jonathan Álvarez, Duva es su ópera prima y un proyecto que nació cuando aún era estudiante universitario. “Yo iba en cuarto semestre, tenía 19 años. Había llevado una clase de realización y tocaba hacer un documental. Al principio quería retratar el ingreso a una escuela militar y el proceso detrás. Todos me dijeron que no, hasta que el jefe de comunicación me permitió documentar un poco”, cuenta.
Sin embargo, el proyecto dio un giro inesperado al toparse con la historia de Germán. “No es un documental deportivo convencional”, aclara Jonathan. Lo que empezó como un trabajo estudiantil terminó convirtiéndose en un retrato íntimo, poético y emocional de un atleta en transición.
Sin entrevistas, con verdad
Uno de los recursos más distintivos del documental es la ausencia de entrevistas formales. Jonathan explica: “Yo quería que el narrador fuera invisible. Los momentos más preciosos de la película son cuando Germán me hablaba directamente a mí, a través de la cámara”.
Este estilo permitió una conexión directa entre cineasta y protagonista. “Fue como un apadrinamiento de Germán hacia mí. Él quería hacer una entrevista clásica, pero yo tenía una idea completamente distinta”, comenta el director.

Un atleta que quiere contar su historia
Para Germán Sánchez, el documental representó una forma de cerrar su ciclo con honestidad. “Yo traía muchas ganas de dejar mi historia, de mostrar el último proceso de mi carrera deportiva. Sí logré cumplir ese objetivo”, afirma. También reconoce con emoción que el documental ha cobrado vida propia: “Tengo los reflectores, pero esta vez no por ganar una medalla. Eso también es un mensaje positivo. Después de mi vida como atleta, puede venir algo más”.
Hermandad, colectividad y bajo presupuesto
El equipo detrás de Duva trabajó con recursos limitados, pero con una visión clara. Paulina Cazares, productora del filme, relata: “No tenía experiencia en documental, venía más de la ficción. Pero aprendimos que se pueden hacer cosas con bajo presupuesto. No eran rodajes caros. Fue un proyecto estudiantil muy supervisado por la institución, lo que nos facilitó espacios como las salas de edición”.
Además, resalta el valor de la colaboración: “Me llevé que se pueden hacer cosas en colectividad y comunidad. Lo importante es conectar”.

Después de Duva
Tanto Jonathan como el resto del equipo coinciden en que Duva los transformó. “Yo tenía 19 años cuando empezó el proceso. Hoy puedo decir que algunas de mis intervenciones tuvieron un impacto profundo en mí. Aprendí del mismo Germán”, comparte el director.
Y, desde su mirada de atleta, Germán cierra con gratitud: “Me siento muy contento por ellos. Lo que un día me planteé antes de ser medallista olímpico, lo veo reflejado en su camino. Que hayan llegado a un festival y que su carrera siga adelante es maravilloso”.