La Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco (COBUPEJ) presentó la segunda etapa de la investigación científica Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan, un proyecto que integra el conocimiento científico con la experiencia de las madres buscadoras para fortalecer la localización de personas desaparecidas.

El anuncio se realizó en las instalaciones de la Universidad Politécnica de la Zona Metropolitana de Guadalajara (UPZMG), en Tlajomulco de Zúñiga, donde se encuentra uno de los espacios de experimentación forense del programa.
La investigación contempla el uso de tecnologías geofísicas, análisis de flora, fauna y suelo, así como el monitoreo en polígonos de prueba, con el objetivo de reducir los riesgos y tiempos de las búsquedas en campo, especialmente para los colectivos de familiares.
Víctor Hugo Ávila Barrientos, comisionado estatal de búsqueda, destacó que este modelo permite focalizar esfuerzos en puntos con mayor aptitud territorial, lo cual, además de incrementar la eficacia, protege a quienes participan en las labores de localización.
“Reducimos el tiempo que pasan las madres buscadoras en campo, porque de esa forma también reducimos el riesgo. La Comisión es una institución civil, sin personal armado. Nuestro único propósito es buscar y localizar”, puntualizó.

Por su parte, Tunuari Chávez González, director de Análisis de Contexto, explicó que esta metodología representa una forma innovadora de entender el entorno natural como una herramienta para la búsqueda. “No es que regresemos a la naturaleza, somos la naturaleza”, citó, en alusión al primer párrafo del libro que documenta la primera fase del proyecto.
El estudio parte de observaciones realizadas por colectivos de búsqueda en sitios de inhumación clandestina, las cuales se complementaron con inhumaciones controladas de ejemplares porcinos para documentar las transformaciones del ambiente.
Entre las herramientas utilizadas destacan drones, radar de penetración terrestre, tomografía de resistividad eléctrica, tomografía sísmica ambiental y análisis de especies vegetales e insectos, que permiten detectar alteraciones en el subsuelo.
El proyecto cuenta con la colaboración de instituciones nacionales e internacionales, entre ellas la Universidad de Guadalajara, la Universidad de Oxford, la Universidad del Oeste de Inglaterra, la UNAM, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y el CentroGeo.
La segunda fase contempla el seguimiento al monitoreo de 32 fosas ya existentes, nuevas inhumaciones múltiples y un sitio adicional de prueba en el municipio de Zapopan.
Con esta investigación, Jalisco consolida un modelo de búsqueda más preciso y científico, que no solo representa un avance tecnológico, sino también un acto de dignidad hacia las familias que no han dejado de buscar a sus seres queridos.
El libro que documenta la primera etapa está disponible para su descarga gratuita en: comisiondebusqueda.jalisco.gob.mx/inicio.