Bienestar

El sismo de 8.2 no detuvo la operación a corazón abierto de Mariana

“Sentí mucha emoción cuando me dijeron que ya me voy a mi casa, porque ya voy a ver a mi familia, a mis primos y ya quiero regresar a la escuela. Tengo un tubito en mi corazón y me lo cambiaron, pero estoy contenta de que ya me voy a mi casa”, estas fueron las palabras de emoción que dijo Mariana, de 9 años de edad, cuando se enteró que por fin sería dada de alta, tras haber permanecido internada durante 45 días en el hospital de La Raza, luego de recibir un nuevo corazón.

La de esta pequeña es una historia de valor, pero no sólo la propia, sino del cuerpo de médicos especialistas, quienes valiente y profesionalmente siguieron adelante con la operación a corazón abierto que le practicaban la medianoche del 7 de septiembre, cuando los sorprendió el terremoto de magnitud 8.2.

Pese al movimiento telúrico, la emergencia estaba no sólo en todo el hospital, sino dentro de esa sala de operaciones, mientras los protocolos de emergencia se activaron de manera oportuna y muchos de los pacientes, familiares y personal en planta baja eran evacuados, y en el resto de los pisos, las personas se replegaron a las zonas de seguridad.

Mientras tanto, en el quirófano del séptimo piso, por la delicada salud de la menor, el equipo médico encabezado por el doctor David Arellano Ostoa, jefe del Departamento de Cirugía Cardiaca Pediátrica (cirujanos, enfermeras, anestesiólogo y técnicos), decidieron continuar adelante con la operación en medio del terremoto y terminar de trasplantar un nuevo corazón en el pequeño cuerpo de Mariana.

Un mal congénito en la pequeña niña la llevó de emergencia a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE), del Hospital General “Dr. Gaudencio González Garza” del Centro Médico Nacional La Raza, del Instituto Mexicano del Seguro Social, por lo que fue sometida a una intervención quirúgica por más de seis horas,

El director la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE), Guillermo Careaga Reyna, precisó que la causa del problema y la gravedad en el estado de salud de la menor fue por infección en un injerto colocado a la paciente hace cinco años para corregir una cardiopatía congénita.

Su valor y ganas de vivir le permitieron salir adelante después de haber permanecido un mes en la UMAE Hospital General “Dr. Gaudencio González Garza” del Centro Médico Nacional La Raza, del Instituto Mexicano del Seguro Social.

La pequeña Mariana sólo dijo, “ya estoy lista para irme a casa. Gracias a los médicos y enfermeras que me cuidaron cuando me operaron y me salvaron la vida, es por eso que quiero estudiar sicología y ayudar a los niños como me ayudaron a mí”.

Este viernes, los papás de Mariana, Ricardo Garduño Zavala y Jessica Hernández Díaz, agradecieron el profesionalismo y compromiso del personal del IMSS, pues en ningún momento interrumpieron la cirugía que salvó la vida de su hija. E incluso se sorprendieron porque recibieron noticias de cómo transcurría la operación.

“Damos gracias al personal de esta Institución por darle una oportunidad de vida a mi hija. Nunca dejaremos de agradecer la atención recibida por todos los trabajadores de este hospital”, resaltaron.

lg

Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México