Bienestar

Entérate de cómo la limerencia puede afectar la forma en la que alguien se relaciona

Limerencia: ¿Obsesión o amor?

¿Te acuerdas de algún personaje de una película, serie o libro cuya atracción hacia otra persona fuera tan intensa al grado en el que era incapaz de hacer y pensar en otra cosa? En general, este tipo de experiencias suelen ser catalogadas como enamoramiento o, directamente, como amor, pero tiene otra denominación.

 La limerencia es un concepto acuñado por la psicóloga Dorothy Tennov y se refiere a la obsesión involuntaria por el “deseo de ser deseado”: la gente que la vive no solo quiere ser correspondida, sino que vive en un constante vaivén entre la esperanza y la incertidumbre, anhelando una reciprocidad que a menudo parece inalcanzable.

 Las señales de que estás enamorado pueden resultar confusas frente a la limerencia, sin embargo, en esta nota, exploraremos sus raíces, sus manifestaciones y, sobre todo, cómo se diferencia del amor genuino, de tal forma que puedas realizar la distinción en ti mismo o en los demás y desarrollar relaciones saludables. ¡Acompáñanos!

Características de la limerencia

Idealización desmesurada

 Las cualidades del objeto de deseo se amplifican al extremo. El individuo limerente tiende a ver al otro como si fuera perfecto y solo se enfoca en sus virtudes, idealizando de una forma tan intensa que se convence de que el otro es su alma gemela; crea una imagen que no siempre corresponde a la realidad.

Obsesión

 La limerencia se caracteriza por un pensamiento obsesivo que invade cada momento del día. Quien la experimenta, repite y analiza cada interacción que tiene con la persona que le atrae, busca de señales de reciprocidad hasta consumir su propia energía mental y emocional, desviando su atención de otras áreas importantes de la vida.

 Dependencia emocional extrema

 Las emociones de la gente en limerencia están íntimamente ligadas a la forma en que percibe las respuestas del otro. Una simple sonrisa o mensaje pueden desencadenar una sensación de euforia, mientras que la ausencia de respuesta o un gesto de indiferencia, equivale a un estado de desesperación. El bienestar del individuo, pues, está condicionado por la conducta adversa.

Enfoque unidireccional y egoísta

 A diferencia del amor, que se basa en la reciprocidad y el cuidado mutuo, la limerencia es un estado más centrado en las necesidades personales. La preocupación se centra en los sentimientos no correspondidos y en el anhelo de ser amado, por encima de lo que alguien más desee.

Las etapas de la limerencia

 Es importante tener en cuenta que no se trata de un estado estático; es un proceso que evoluciona a través de varias fases y cada una está marcada por un cambio en la intensidad de las emociones y en la percepción del objeto de deseo. Asimismo, las facetas pueden variar en duración e intensidad según la persona, pero siguen un patrón general que refleja la naturaleza cambiante de la obsesión. A continuación, las revisaremos:

1.    Atracción intensa. Todo comienza con una chispa, cuando se percibe algo especial de manera inesperada y se genera una fijación, entonces el individuo limerente se encuentra embriagado por la emoción del descubrimiento, a la cual se aferra. 

2.    Cristalización. A medida que la limerencia avanza, las emociones se intensifican y la idealización que nace hacia el otro provoca que se refuerce la obsesión de la primera etapa. Los pensamientos se vuelven más intrusivos y la necesidad de aprobación se convierte en una fuerza dominante.

3.    Deterioro o Consumación. Es el golpe de realidad que recibe el limerente, uno doloroso, en el que se da cuenta de que la persona de su interés no es como había imaginado. La intensidad sentida hasta ese instante disminuye y aparecen sentimientos como la tristeza, e incluso, la desorientación.

 

El desenlace puede ocurrir de diferentes maneras: a través del rechazo claro y definitivo, la pérdida de interés, o la transferencia de los sentimientos a otra persona. En algunos casos, los sentimientos del limerente son correspondidos; sin embargo, las investigaciones de Tennov arrojan que la inestabilidad continúa siendo protagonista en las relaciones que se logran concretar.

 

Algunos expertos aseguran que la limerencia sí puede convertirse en amor, otros lo niegan: es un tema que sigue siendo debatido.

 

¿Cómo se combate la limerencia?

 Para superarla, es indispensable reflexionar acerca de las conductas que se tienen y entender que el proceso requiere del acompañamiento de una red de apoyo sólida y de tiempo; no es rápido, ni instantáneo. Los juegos de inteligencia emocional para adultos pueden ayudar, ya que son una forma lúdica de autoconocimiento. Estos consejos también son de utilidad:

Reconocer los sentimientos

Aceptar lo que se siente es el primer paso para poder trabajarlo, pero sin prejuicios de por medio, y entendiendo que la limerencia es algo más común de lo que parece. Comenzar así aliviará la carga emocional y facilitará la ejecución de las próximas sugerencias.

Establecer límites claros y saludables

La limerencia se alimenta de la proximidad adversa, por lo tanto, lo más recomendable para proteger el bienestar propio es reducir el contacto con la persona, ya sea directo o a través de las redes sociales, y evitar situaciones que puedan desencadenar pensamientos obsesivos.

Reenfocar la energía

¿Cómo? Realizando actividades que nutran la mente y el cuerpo, como el ejercicio, la meditación, o el aprendizaje de nuevas habilidades. El crecimiento personal no solo ayuda a fortalecer la autoestima, sino que también ayuda al desarrollo de una identidad más sólida y menos dependiente de la validación externa.

Cultivar relaciones auténticas

 Parte del proceso de superar la limerencia es aprender a valorar los vínculos ya existentes, tanto los familiares, como los amistosos, y estar abierto a establecer conexiones que no sean unilaterales.

Buscar apoyo profesional

La terapia puede ser un medio para explorar el origen de la experiencia que se vive y llevar a cabo estrategias efectivas que hagan más llevadero el camino hacia un bienestar pleno. No hay que olvidar que nunca es demasiado tarde para recurrir a la ayuda de expertos.

Conclusiones

Conocer este tipo de conceptos es una buena oportunidad para reflexionar acerca de la manera en la que nos relacionamos e identificar posibles patrones dañinos para trabajarlos, ya sea a partir de los tips que se proporcionaron en el artículo o directamente en terapia, pero siempre en compañía de nuestros seres queridos.

 

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