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Un "estate quieto", aplicó EEUU a AMLO

Las “serias preocupaciones” que externó el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, respecto a la contrarreforma Eléctrica del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, parecen haber sido el “estate quieto” que el país vecino del norte instruyó aplicar para obligar a frenar, sino es que desechar, la iniciativa del Ejecutivo en materia energética.

Hasta hace pocos días, no habían sido suficiente para el actual régimen las múltiples voces que desde diversos sectores del país se levantaban para criticar el proyecto que se encuentra en la Cámara de Diputados esperando ser votado, pero que aparentemente dormirá el sueño de los justos sin que sea sometido a votación al menos hasta abril de 2022.

Fue hasta que el canciller norteamericano manifestó a través de su cuenta de Twitter el pasado miércoles 3 de noviembre su preocupación por la reforma propuesta,que el Gobierno mexicano anunció la postergación para ser votada.

“Tuve reuniones importantes con el gobierno (mexicano) para discutir la reforma del sector eléctrico. Quiero aprender más sobre el ímpetu de la reforma constitucional propuesta. También expresé serias preocupaciones por (Estados Unidos). Nos comprometimos a continuar nuestro diálogo sobre estos temas críticos en próximos días”, apuntó.

“El tema energético es una de las credenciales de experiencia con las que cuenta Salazar durante su carrera política”, pero a su homólogo mexicano Marcelo Ebrard, no cayó en gracia el comentario en redes sociales de Salazar, y reclamó su expresión, señalando que existía un acuerdo para que Washington no emitiera una postura hasta “escuchar qué es y qué no es” esta reforma.

Pero al embajador estadounidense le tuvo sin cuidado el malestar de Ebrard, y un par de días después se reunió  con “líderes” del sector eléctrico, acto que presumió también en sus redes sociales.

En una fotografía publicada en Twitter, el diplomático con sombrero aparece rodeado por 13 representantes de empresas mexicanas y estadunidenses que, según dijo, le contaron acerca de su “trabajo continuo” para proveer “energía limpia, asequible y confiable a México”.

“Muchas empresas de Estados Unidos y México están brindando energía limpia, asequible y confiable a México. Líderes del sector eléctrico me contaron de primera mano sobre su trabajo continuo para lograr este objetivo”, señaló el embajador.

A la postura del canciller Ken Salazar se han sumado, a través de una carta, un grupo de 40 legisladores de EE UU que pidieron al Gobierno de Joe Biden dé una respuesta “oportuna y clara” a los esfuerzos de la Administración de López Obrador para limitar el acceso a sus sectores energéticos y que, según ellos, excluye a las empresas estadounidenses y viola las normas del reciente tratado comercial entre Estados Unidos, México y Canadá.

Y es que, hay que destacar que la reforma, impulsada por el mandatario Andrés Manuel, no solo pretende poner al sector en manos de la estatal CFE, así como desaparecer órganos reguladores, eliminar permisos y garantizar el dominio del Estado sobre las codiciadas reservas de litio, sino que además de anticompetitivatambién perjudica la inversión de EE UU, a sus trabajadores estadounidenses y al compromiso de la región de América del Norte respecto a la sustentabilidad. Por ello, no es de sorprender el “estate quieto”, aplicado por el Gobierno estadounidense.

 

 

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