
“La mediocridad, es hija legítima de la corrupción”
Jorge González Moore
El 2 de junio 2024, Morena gobernando, le puso una paliza electoral al INE, al tribunal de la materia, a todos los partidos, aliados y opositores, arroyó en las urnas y luego se adjudicó una mayoría con la que aseguró su dominio político sobre el país.
¿Qué hemos aprendido un año después?, ¿Qué fue de los actores de aquel episodio?, ¿Qué han hecho los partidos perdedores para corregir y evitar que les vuelva a pasar?, echémosle un vistazo a ….
LOS ACTORES POLÍTICOS
MORENA gobierna, se subsidia con dinero y empleados federales, concentrado en asegurar su éxito en las elecciones de medio sexenio reposicionando 71,000 células de apoyo seccional en todo el país.
Mantiene activa a su promotora que diario maneja la narrativa gubernamental de tal forma que, pase lo que pase, aunque sean tragedias, como masacres o campos de exterminio, son presentadas como un gran éxito gubernamental, repite a diario que no son iguales a los malos y que todo es culpa del pasado anterior a ellos, inventa nuevos programas sociales; sigue en campaña.
El VERDE Y DEL TRABAJO cómodos, en su impunidad, cosechan frutos de sus alianzas, se lamen los bigotes porque encarecerán su apoyo para las siguientes elecciones, sabedores que el gobierno morenista, les pagará lo que pidan.
MOVIMIENTO CIUDADANO silente, callado luego del episodio de Teuchitlán, la sociedad los percibe cómplices silenciosos del morenismo, simplemente se mantiene agazapado.
EL PRI. Sumido en su mediocridad, tragedias y mala fama, peleado consigo mismo, dominado por su presidente, sin discurso, ni propuestas, ni luz propia, abandonado de sus talentos, una penosa sombra de lo que fue.
EL PAN, sin liderazgos capaces de sostener una narrativa opositora, apostándose a Ricardo Anaya, reducidos a flor de cada tres años.
LA SOCIEDAD CIVIL, desmotivada, deprimida, resignada, desarticulada, indiferente, dividida en segmentos, unos subsidiados con programas sociales cautivos del partido dominante, otros en la orfandad, a la deriva, todos desahuciados en una inclemente crisis de violencia.
EL CRIMEN ORGANIZADO, activo, prosperando, mutando de líderes, robusteciendo su poder e influencia, cómodos, protegidos, impunes.
EL EJÉRCITO, empoderado en aduanas, puertos, aeropuertos, haciendo negocios con aerolíneas y obra pública, cómplice y protector de cárteles, antaño amados ahora despreciados por la propia tropa avergonzada y por la sociedad.
EL CLERO, callado, resignado, incrédulo y sin fe en sus feligreses.
LOS ANTAÑO CANDIDATOS, extraviados, agachados sus promesas de mejorar el mundo extintas, los perdedores huidizos, los ganadores quietecitos, aquí sólo habla la precisa.
LOS GRINGOS, en lo suyo, disfrutando su dinero y poder, unos vendiendo armas, otros comprando drogas, otros atacando cárteles, todos jugando a lo suyo.
LOS EMPRESARIOS, en su sobrevivencia, depredados por cárteles y gobierno, sin alzar la voz para que no los aplasten.
PARECE QUE NO APRENDIMOS NADA
Morena y los cárteles se agandallaron el país, lo corrompieron todo, lo permitimos sin más, extinguimos la transparencia, la imparcialidad judicial, la autonomía de instituciones, fondos públicos, la decencia política, institucionalizamos la mentira como método de gobierno, convertimos a los muertos en estadística, a la patria en una quimera; nos impusimos un gobierno mediocre y de simulación, sobrevivimos en una inercia despiadada, rapaz, entre sicarios y extorsionadores, cada quién anda por su lado y las mayorías, como si no pasara nada.
¿SERÁ QUE LO MERECEMOS COMO SOCIEDAD?
La destrucción del país, parece dolerle únicamente a muy pocas conciencias libres y sensibles, repelentes a la corrupción y al populismo, a periodistas críticos identificados en lo que denominan “resistencia” que solo se leen a sí mismos ante una sociedad indiferente, a juzgadores y ex juzgadores desplazados, en su conjunto, a una minoría dolida desarticulada anhelante de liderazgos con manos limpias.
Este es el ambiente del México político en estos tiempos del morenato.