
Los gobiernos tienen un vínculo de identidad con sus pueblos, sus políticos reflejan su cultura, conciencia e idiosincrasia; le comparto cinco datos sobre algunos aspectos de la forma de ser de nuestro pueblo.
1.- Corrupción: el Índice de Percepción de Corrupción, (medición mundial), ubicó a México en el lugar 124 de 180 países; ¡Estamos entre los más corruptos del planeta!
2.- Paz y violencia: El Índice Mundial de Paz (Del Instituto para la economía ay la Paz), ubicó a México en el lugar 137 de 163; ¡Somos uno de los países más violentos del mundo!
3.- Educación: La prueba PISA, (también mundial) reflejó que el 50% de estudiantes de México, no es capaz de utilizar de manera adecuada sus habilidades de lectura de comprensión, matemáticas y ciencias, el resultado es tan grave que México suspendió participar en estas evaluaciones; ¡Somos un país que renunció a la educación de calidad!
4.- Participación política: en la elección judicial de 2024, se disputaron 881 puestos, de entre ellos 464 magistrados y 386 jueces de Distrito, por estos dos últimos cargos, es decir, el 96.48% de los que se disputaron, VOTARON MENOS DEL 1% DEL PADRÓN ELECTORAL conformado por casi cien millones de electores, por ministros y miembros del tribunal de inquisición judicial votaron poco menos de 13 millones, en su mayoría acarreados inducidos con acordeones.
5.- Entretenimiento: en cambio, el domingo 5 de octubre de 2025, concluyó el show de Televisa, “La casa de los famosos”, que registró 43´155,107 millones de votos en dos meses de duración y para la final 29,759,602, 19´139,698 de ellos para su ganador quien es un joven exfutbolista venido a ocurrente de redes sociales, lo que ahora llaman “influencer”, se llama Aldo Denigris,
Significa que, para la final de ese show, si votaron casi 30 millones, es de inferirse que estuvieron atentos frente al televisor, más menos 90 millones de televidentes, afirmación de escándalo que es posible conjeturar partiendo de la certeza que ese programa se ve en familia (más de una persona) transmitido el domingo por la noche y muchos lo vieron pasivamente, sin votar.
CULTURA DE LA MEDIOCRIDAD
Nuestro pueblo padece una mediocridad vergonzante de políticos y partidos y al mismo tiempo una vocación a glorificar lo banal como se ve en redes sociales y pantallas.
Por cuanto hace a la indiferencia política, encuentra parte de su explicación en muchos factores, la decepción de políticos, partidos y gobiernos que han sido históricamente indiferentes al sufrimiento de grupos marginales, mediocridad gubernamental, pobreza recalcitrante, falta de oportunidades de educación y desarrollo, desatención política; este coctel ha creado resentimientos profundamente arraigados transmitidos de generación en generación.
Por cuanto, a la adicción a las pantallas, ofrecen alegrías rápidas fugaces, estímulos de diversión barata, accesible, cómoda, adictiva y evasiva de la realidad.
No se ve fácil reaccionar a tanta indiferencia agravada con tendencias apáticas, vivimos un frenesí de glorificar lo banal, hoy los jóvenes están hundidos en la adicción a las pantallas, música vacía, no leen; las sociedades dejaron de creer en el esfuerzo, se identifican con figuras que compiten difundiendo lo superfluo o ridículo.
México renunció al mérito como valor indispensable para el reconocimiento social, masivamente optó por glorificar lo ridículo, si lo duda, recuerde al farsante que decidía conforme lo que decía su dedito, ondeaba un pañuelito blanco para decir que ya no había corrupción y ponía música de Chicoché en sus mañaneras para decir “huy que miedo” y juntaba su gabinete para exhibirse en un simulador de tren México - Aifa que no existe y a pesar de ello ¡era y es venerado por millones!
AUTO CRÍTICA Y PROSPECTIVA
México, padece una estrepitosa catástrofe cívica y emocional, renunció al mérito; parece que tendremos que tocar fondo en este mongolismo generalizado, está sumido en un grave problema de mediocridad generalizada en el que está comprometida toda la sociedad indiferente en una vorágine que parece no tener fin.
Ni hablar, así son las mayorías de mi pueblo indiferente y despreocupado; probablemente merezcamos la calaña de nuestros políticos.