La apropiación, hay que decirlo, sí es una técnica, por llamarle de alguna manera, en el arte contemporáneo. Sin embargo, el término ha sido utilizado, también, ante las acusaciones de plagio con que se califica la obra de ciertos artistas. La diferencia entre plagiar y apropiarse es muy amplia, y en gran medida tiene que ver con la responsabilidad del autor, con sus habilidades artísticas y con su conocimiento de la historia del arte.Pese a la amplitud entre ambos términos, las controversias como las de Carla de Lara—cuya obra ha sido constantemente señalada por el plagio—, siguen ocurriendo no sólo en galerías de todo el país, o del mundo, sino en los concursos que involucran grandes sumas de dinero como premio. Explicar las diferencias, en cambio, no es tan complicado.La apropiación, como indica su nombre, se refiere a adueñarse de algo. Pero no es tan simple como eso. En el arte apropiarse de algo no puede ser algo inconsciente, todo lo contrario, debe perseguir un fin estético evidente y claro desde el principio.“En sí mismo el término es muy tramposo, y es una cosa del arte contemporáneo que, creo que se han malinterpretado y tergiversado, incluso corrompido por los mismos artistas que plagian deliberadamente, sobre todo en concursos”, comentó Dolores Garnica, crítica de arte en Guadalajara.“Un plagio es un plagio, y legalmente, tiene que ver con cierta proporción de los elementos de una obra en otra obra”.Lo cierto es que esta justificación, de que es una apropiación y no es un plagio, no siempre está manchada por el oportunismo. “Algunas personas se justifican pensando que si usas ciertos elementos de un famoso autor, los demás van a saberlo inmediatamente, cuando lo cierto es que hay restricciones para ello en términos legales”.En el caso, por ejemplo, de los concursos, es evidente que no todos los jurados ni los curadores conocen completa toda la historia del arte como para identificar elementos sutiles de plagio en las obras en todo el mundo. Ejemplo de esto fue la pasada polémica del concurso Salón de Octubre, en el que los miembros organizadores en el Ex Convento del Carmen retiraron la obra, “tus actos gritan más fuerte que tu voz” de Susana Paulina Casillas, por tener similitudes estéticas con la pieza “Perception”, de la artista rusa Tanya Shatseva.“En concursos o en becas, casi el 30 por ciento de lo que se juzga es plagio, o son ideas muy similares a otras piezas. El plagio inconsciente también existe, no digo que no, estamos en el 2015, creer que eres el único al que se le va a ocurrir una idea es muy inocente. Y lo veo por igual en artistas que utilizan soportes tradicionales como en artistas contemporáneos y eso como jurado es difícil. Cuando eres jurado eres experto en algo pero no eres experto en todas las piezas que se te vaya algo así”.Sin embargo, son pocas las convocatorias que exigen, realmente, un soporte a las obras que se exhiben o que compiten por un premio, sin iniciativas de las convocatorias, las del jurado casi siempre son nulas.“También tiene que ver, a final de cuentas con la responsabilidad de los autores que meten a concursar una pieza, me parece que la confianza es maravillosa, pero cuando van tantas veces que ocurre, como en Salón de Octubre, me parece que entonces es momento de llevar la cuestión a las bases de la convocatoria, hacerlo más estructural y más rígido”Notas sobre la apropiación:
*La apropiación es una noción real, que inició con Duchamp, el artista tomaba un objeto cotidiano y lo cambiaba mediante varios procesos, cambiando su nombre, su función, el contexto para que el objeto significara otra cosa.Frase:
“Los artistas se aprovechan del público, ni siquiera del jurado que les da premios, sino del público que va a ver estas cosas, y el plagio, cuando lo analizas, es algo verdaderamente ridículo, he visto obras plagiadas en que lo único que cambiaron es el color, o la posición de un objeto, es hasta una ofensa para quien ve las exhibiciones”Dolores Garnicamac
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