Cronomicón

“Star Wars” una neo-religión para los tiempos post modernos

El historiador de las religiones, Mircea Eliade califica al ser humano como un homo-religioso, dado que hay en nuestra especie un sentido de insatisfacción respecto al presente. Nos invade una nostalgia respecto a un ayer mejor, más prístino y perfecto, al que anhelamos retornar y las formas no es otra que enfrentando y venciendo el caos y la oscuridad que aquejan a un mundo inmerso en un olvido respecto a lo sagrado y a lo divino. A nuestra mente y alma les encanta jugar con la idea de una arquetípica confrontación entre el  mal y el bien: el lado oscuro y la fuerza. Así ha sido desde tiempos ancestrales y la sagas como “Star Wars” reaniman y recrean esta visión compartida de la realidad.En un censo realizado en el Reino Unido en el 2001,  casi 400 mil personas (el 0.7 por ciento de la población) se reconocieron como jedis o seguidores de una neo-religión que tendría como inspiración la trilogía de la saga galáctica de Star Wars y cuya principal creencia sería en una especie de maná o energía universal y espiritual omnipresente bautizada por George Lucas como la “Fuerza”.Dado el relajamiento post-secular de la concepción colectiva de lo sagrado y religioso, no debería extrañar que toda expresión cultural, como una serie de películas,  con cierto crédito moral y pretensiones seudo-espirituales, pueda trascender su banalidad lúdica y convertirse en uno más de los muchos cultos inscritos en un creciente mercado mundial de neo-religiosidades.“Star Wars” lo tenía todo para alcanzar el status de neo-religión, y el entusiasmo y fidelidad de sus fanáticos y seguidores, debían bastar para que lo consiguiera con toda formalidad. En Estados Unidos existe desde hace años el Templo de la Orden Jedi y con él un par de academias, una en San Francisco y otra en New York, donde los jóvenes padawas son instruidos en combate con espadas, artes marciales y sobre todo aprenden la filosofía Jedi.El Jedismo, como se le conoce a este culto, tendría obviamente como gurú, casi profeta, a lo L Ron Hubbard, a George Lucas. A diferencia del padre de la Cienciología, el creador de “Star Wars” nunca tuvo la intención, y quizás tampoco divisó, que las aventuras de Luke Skywalker resultarían tan aleccionadoras e impactantes para el imaginario religioso colectivo, un imaginario, que dicho sea de paso, emergió de una post-modernidad que sueña simultáneamente con la conquista del espacio, y a la vez que abriga cierta nostalgia por una espiritualidad al estilo de los viejos caballeros medievales, los samuráis y los monjes shaolin.

NM

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