Cronomicón

Letras rebuscadas: Aparece El Despertador Americano

Desde el inicio de la insurrección hidalguista —en septiembre de 1810 a enero de 1811—, el escenario militar mostraba muchos cambios desfavorables para la causa insurgente. Tras la derrota sufrida por las fuerzas de Hidalgo a manos del general realista Félix María Calleja en Aculco, cuando su numeroso ejército estuvo a punto de tomar la capital, y en consecuencia, obtener una victoria definitiva, victoria que nunca llegó.Las tropas de Hidalgo se dispersaron, parte de su ejército siguió al general Ignacio Allende, quien decepcionado del Padre de la Patria, quiso evitar nuevas derrotas continuando la lucha armada por su cuenta y riesgo.Las disminuidas fuerzas de Hidalgo retrocedieron a Valladolid, donde el generalísimo recibió la invitación de José Antonio Torres, el famoso “Amo Torres”, de trasladarse a Guadalajara, plaza tomada por él y su hijo, que le ofrecía no sólo darle refugio, sino también ponerse a sus órdenes y entregarle el gobierno de la ciudad. Hidalgo no tenía muchas opciones y aceptó gustoso.Valladolid fue tomada por los realistas, Allende retrocedió hasta Guanajuato, al poco tiempo abandonó esa plaza ante el acoso de Calleja y se refugió en Zacatecas. El general insurgente comprende que era mejor unir fuerzas con Hidalgo y sale de Zacatecas para encontrarse con el “Cura de Dolores”. El reencuentro es cortés, ninguno de los dos jefes deseaba que sus diferencias afectaran la marcha de la insurrección.Mas en un balance general, la revolución perdía terreno; los realistas tenían amagados a los insurgentes en la zona Occidente del país. Hidalgo no se desalienta. Es dueño de la segunda ciudad más importante de todo el virreinato y ello dejaba a su alcance enormes recursos para continuar la guerra. Nombra a José María Mercado jefe de las divisiones que asediaban el importante y estratégico Puerto de San Blas.Hidalgo se sentía seguro en sus nuevos dominios, tan fue así que no sólo retomó la ofensiva mandando tropas a Colima, se tomó, además, un respiro para organizar formalmente un gobierno insurgente en la Perla Tapatía.Nombra ministros y envía un representante a los Estados Unidos. El designado fue Pascual Ortiz de Letona, su misión: ganarse el favor y la ayuda de los dignatarios estadounidenses. Letona extravió el rumbo y fue capturado por los realistas.Esta fallida empresa se vio compensada por otra iniciativa de Hidalgo que sí se resolvió favorablemente. El cura de Dolores consideraba prioritario para la causa la divulgación de las ideas insurgentes, sobre todo entre la clase criolla, aprovechando que Guadalajara, junto con México, Puebla y Veracruz era una de las pocas ciudades con imprenta, decide sacarle partido a dicha ventaja y organiza la publicación del primer periódico insurgente: “El Despertador Americano”.“El Despertador Americano” empezó a publicarse el 20 de diciembre de 1810.  Por designación de Hidalgo, su director fue el doctor Francisco Severo Maldonado nativo de Tepic, graduado de la Universidad de Guadalajara y cura de Mascota y Jalostotitlán.  A través de “El Despertador Americano”, Hidalgo  divulgó no sólo sus ideas sino también dio a conocer, al poco público que sabía leer, sus proclamas, manifiestos y bandos.El séptimo y último de los periódicos insurgentes fue publicado el 17 de enero de 1811, día por demás funesto para las fuerzas de Hidalgo. A las nueve de la mañana, en puente de Calderón, inició la batalla en la cual las fuerzas realistas encabezadas por el general Calleja le darán la estocada de muerte al ejército hidalguista. El combate duró seis horas; tras la derrota, los principales jefes insurgentes, custodiados por una pequeña escolta, huyeron rumbo al norte.Se estima que del séptimo número de “El Despertador Americano” circularon pocos ejemplares o quizá ninguno, porque al entrar Calleja a Guadalajara, el 21 de enero, encontró 500 ejemplares aún en la edición.Su encargado, Severo Maldonado, se ocultó hasta la salida de Calleja de la ciudad y de la intendencia. Ante el nuevo jefe político y militar, José de la Cruz, negoció un indulto alegando que los insurgentes lo obligaron a redactar el diario. El perdón le fue otorgado. Y para hacerse aún más merecedor de él, Maldonado ofreció editar una nueva publicación pro realista y patriótica intitulada el “Telégrafo del rey”.En ella, el acomodaticio Maldonado, no dudó en seguir pagando su indulto denigrando ampliamente a Hidalgo y a los insurgentes.cg

Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México