No siempre lució llamativo y diverso, en sus peores años el Andador Coronilla era una sombra más en la Ciudad, y hasta fungía como estacionamiento.
Ahora, se puede decir que no esconde y se esfuerza por exhibir su lado pintoresco, la diversidad gastronómica, las artes plásticas y la música dentro de la ciudad de Guadalajara.
Al entrar al andador, dos esculturas de silueta femenina te darán la bienvenida, una de ellas bañada en dorado, carga al parecer, recipientes en forma de gota, algunas joyas y una canasta en la cabeza llena de flores, mientras que, la de color plata tiene colgando amuletos en la mayor parte del cuerpo y algunas ramas en su cabeza.
El Andador es sin duda un impulso económico en la oferta gastronómica y permite el desarrollo social y artístico. Ahí encontrarás tiendas de arte y diseño, y galerías que funcionan para exhibir las obras de los mismos alumnos; también verás a Cielito Lindo, un luigar que ofrece cervezas, hamburguesas, papas, alitas y queso fundido.
A un costado, está el restaurante de gastronomía yucateca, y más adelante el Escarabajo Scratch y el café Finca Rivero, que ofrece vender la cultura del café y visiones artísticas.
Lo interesante de esto, es que, los dueños de los restaurantes o café, unen esfuerzos y se organizan para montar un escenario y dar espacio a artistas independientes, llevan a cabo presentaciones de libro y hasta subasta de pinturas, lo que genera un ambiente agradable y de energía acumulada.
Sin duda, el Andador Coronilla ofrece una combinación placentera para satisfacer al paladar, la vista, el oído y el tacto, al compartir una interacción constante con quienes se acompañan los clientes. Es un espacio de interacción y apreciación de solo una pizca de lo que conforma a Guadalajara.
(Fotos: Andrea García)
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