Cronomicón

Una pieza sostenida por hilos rojos, a cinco metros del suelo, la obra “El portador del conocimiento” fue elaborada por los artistas Omark Vázquez y Alejandro Zapata

“Prometeo”, escultura en Biblioteca Pública Juan José Arreola

En la antigua Grecia, la leyenda de Prometeo, el titán que robó el fuego de los dioses para regalárselo a la humanidad, se ha convertido en un símbolo de la búsqueda del conocimiento y la iluminación.

Ahora, en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco "Juan José Arreola", una impresionante escultura de Prometeo parece flotar en el aire, a cinco metros del suelo, sosteniendo un libro abierto como una invitación a explorar los secretos del universo.

La escultura, titulada "El portador del conocimiento", es una creación de los artistas plásticos Omark Vázquez y Alejandro Zapata, quienes han utilizado una variedad de materiales, incluyendo fibra de vidrio, poliestireno, alambre y resina, para crear una obra maestra de siete metros de largo. La escultura es sostenida por hilos rojos que simbolizan los obstáculos y desafíos que la humanidad debe superar para alcanzar la iluminación y el conocimiento.

La presencia de Prometeo en la biblioteca es un recordatorio poderoso de la importancia del conocimiento y la educación en nuestra sociedad. Al sosteniendo un libro abierto, la escultura invita a los visitantes a adentrarse en el mundo de la lectura y el aprendizaje, y a explorar los secretos y misterios que se esconden en las páginas de los libros. La obra es un tributo a la búsqueda del conocimiento y la sabiduría, y un recordatorio de que, al igual que Prometeo, debemos estar dispuestos a desafiar los obstáculos y a buscar la verdad para alcanzar nuestra plena potencialidad.

“‘El portador del conocimiento’ tiene un profundo simbolismo en mi vida; surgió como una chispa dentro de mí, una idea que creció y se transformó en una llama resplandeciente”, detalló Omark Vázquez, quien agregó que, al igual que el fuego que robó Prometeo, el libro que sostiene la escultura representa la búsqueda de la verdad y el conocimiento de la humanidad.

“Es la luz que ilumina nuestra mente y nos permite ver más allá; es el poder que nos da la capacidad de crear, innovar y progresar. El conocimiento es la llave que desbloquea nuestro verdadero potencial y las oportunidades de alcanzar la grandeza”, sostuvo.

Alejandro Zapata agradeció a la UdeG por permitir el instalar esta escultura en el recinto universitario, e invitó a la gente a disfrutar de esta escultura que se ubica en el pasillo de entrada de la biblioteca.

“Las personas que han estado cerca de mí también han sido mis maestros, y cada una de ellas me han podido ofrecer el conocimiento que ahora transmitimos aquí. Esta obra es para ustedes, para todos, para el público”, declaró.

El Rector General, doctor Ricardo Villanueva Lomelí, mencionó que el Centro Cultural Universitario (CCU) se ha pensado como un espacio para que la comunidad universitaria y la sociedad interactúe con diferentes manifestaciones artísticas, por lo que contar con obras de jóvenes artistas es un impulso para que más estudiantes se sumen a estas expresiones.

“Sin duda, el arte es una de las cosas más humanas que hay, de las que más nos humanizan a todos”, aseveró.

El arte y las humanidades desempeñan un papel prioritario en la formación de los estudiantes, dijo, y desde la UdeG se buscan abrir los espacios universitarios para que éstos puedan mostrar su talento.

“Tenemos muchos jóvenes artistas, y es muy bueno que la Universidad tenga arte de ellos, porque estoy seguro que son obras que en 100 años van a ser súper valoradas”, manifestó.

El Director de la biblioteca, maestro José Trinidad Padilla López, consideró que “El portador del conocimiento” no sólo aporta estéticamente al recinto, sino que invita a la reflexión sobre la búsqueda del conocimiento y la transmisión de los saberes.

Dijo que además de ser la entrada al CCU, la biblioteca también es el punto de partida en el recinto para que la comunidad reflexione al observar a Prometeo sostenido entre hilos rojos, que simboliza esa lucha entre compartir el conocimiento y las fuerzas que lo frenan.

“Estos hilos, al mismo tiempo, enfocan las pasiones, los deseos y los obstáculos que todo ser humano enfrenta en la búsqueda de la verdad. El gesto corporal de Prometeo refleja esa tensión, esa pugna entre la voluntad de compartir la sabiduría y las fuerzas que lo frenan”, concluyó.

 

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