Mahatma Gandhi, inmortal figura reconocida a nivel mundial. Admirado por su gran labor como nacionalista indio, en su lucha por liberar a su país y expandir un ideal pacifista.
Un hombre que estuvo presente y tuvo un papel importante a partir de la segunda mitad del siglo XX; su forma de ejercer defensa era la proyección de la paz, evitando los enfrentamientos para resolver conflictos.
Se le recuerda no solo en su país de origen, fue tanto su activismo que llegó a otras partes del mundo, por ejemplo, en la colonia Bosque de Chapultepec en la Ciudad de México se puede encontrar un monumento a esta figura emblemática, y en Guadalajara, en la colonia Providencia, también tiene su lugar manifiesto, así lo pueden admirar quienes tienen noción de la labor que ejerció el también insistente de la justicia social y de la transformación de las estructuras económicas.
Se encuentra entre la Avenida Pablo Neruda y Montevideo, justo en una glorieta rodeada de negocios y algunas áreas verdes, ambiente que invita a ocupar las bancas que circundan el monumento en sus distintos ángulos.
En él se puede apreciar una columna de mármol grisáceo (una de sus aristas se ve fracturada), y sobre ella la escultura del líder Mahatma Gandhi.
Esta misma comparte dos placas en la que se lee, de un lado, que este monumento es regalo de la República de la India a la Bella y Humanitaria Guadalajara, en el año del 2003; mientras que la segunda dice: “Mahatma Gandhi es el hombre del segundo milenio y apóstol universal de la paz, regaló al mundo el principio eterno e inmutable de la no violencia. Para él la no violencia no era el recurso de los débiles, sino el arma del fuerte y valiente…”.
Fotos: Andrea García
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