Alexa o “La Rana” (como fue bautizada por las mujeres privadas de su libertad en el Centro de Readaptación Femenil de Puente Grande debido a una de las formas en como salió en uno de los ultrasonidos), nacerá en menos de 48 horas de haberse publicado este texto, ella no tendrá un cuarto rosa con decoraciones de osos o barbies, su habitación será todo lo contrario, una celda, un espacio que compartirá con otros menores cuyas madres están reclusas, su cama no será una cuna, sino un colchón pegado a la pared y aunque no cometió ningún delito, ella estará en este sitio por los próximos tres años, tiempo que les permiten tener a las internas a los menores a su lado.
Christian como decidió llamarse esta madre, no pasa ni los 34 años de edad, su ilusión era no sentirse sola en un lugar al que cayó acusada de secuestro. Y aunque dice no temer el futuro de su hija, espera que al momento de salir esta pequeña entienda los motivos por los que fue concebida.
“Sí es egoísta pero no se me hace irresponsable, porque cuando uno desea un bebé lo vas a cuidar estés en las circunstancias donde estés y el lugar donde estés, la mujer que es buena madre va a estar ahí para cuidar a su bebé”.
ENCUENTRO IRREMEDIABLE
Al papá de Alexa a quien Christian conoció hace seis años nueve meses en Aguascalientes, de donde ella es oriunda, también está recluido en el Reclusorio Varonil de la Zona Metropolitana de Guadalajara, ambos acusados por ese mismo delito.
El hombre quien es originario de San Luis Potosí, frecuentaba a Christian en la tienda de ropa que ella tenía en su casa, debido a las circunstancias emocionales por las que ella pasaba en ese momento, “cedió” ante los buenos tratos de él.
“Lo conocí en mi casa porque tenía un negocio de ropa, un día fue a comprarme mucha ropa y me invitó a salir, la verdad acepté porque yo estaba en el proceso de posparto de mi segundo hijo y en la separación con mi pareja porque me fue infiel, entonces, llega una persona, me levanta el ego y la verdad cedí, por él estoy aquí…No me puedo arrepentir porque no lo hice, solamente estaba en el lugar menos indicado y en el momento equivocado”.
LA SOLEDAD, UN MOTIVO PARA LA CONCEPCIÓN
Para Christian, los días en prisión están llenos de soledad, pese a que convive con sus compañeras (505 mujeres más) no le es suficiente, por ello tomó la decisión de convertirse en madre.
“Estoy en prisión y tengo que seguir adelante, mis hijos afuera hacen su vida y va a llegar el día en que me olviden. Aquí es muy difícil sobrevivir emocionalmente, es una motivación que me va a sostener aquí”.
En una de las visitas de cada martes con su pareja, Christian le propuso el hecho de convertirse en padres; pese a la negativa de él, ella siguió con su sueño hasta lograr el embarazo, su tercero, ya que tiene dos hijos de 13 y ochos años respectivamente.
“Fue más mi decisión mía que de él, yo decía voy a tener seis, siete hijos, entonces un día le dije, quiero tener un niño y él no quería por como estamos aquí… Al principio creyó que estaba jugando, cuando vio que me empezó a crecer la barriga ya se emocionó”.
-Sin embargo será una maternidad diferente, ¿cómo lo vas a afrontar?-
“Para la manutención trabajamos los dos en prisión, aquí es diferente, es egoísta porque va a acrecer aquí, pero la ventaja es que los bebés pueden salir y estar con la familia y conozcan el mundo de allá afuera, que entre y salga”.
-¿En algún momento sentiste miedo?-
“Miedo no, mira sin en algún momento yo salgo de aquí y él no está conmigo, puedo ser mamá soltera y puedo sostener sola a mis hijos, aunque es bonito tener un hombre para forjar una familia pero ya no son suficientes”.
-¿Cómo te imaginas a la bebé?-
“Yo me la imagino que se parezca a mí, blanca y con el cabello obscuro, me imagino que es bonita, también me gustaría que fuera como morenita trigueña, como sea pero que salga bien”, señaló Christian con una gran sonrisa y con esa mirada especial en mujeres gestantes, pero que como ella, muchas en México viven su embarazo tras las rejas.
LA PANZA MÁS SOBADA
Hace unos días y por lo avanzado de su embarazo, las compañeras del reclusorio le hicieron un baby shower. Durante el festejo, la blusa quedó negra de tantas manos que tocaron su vientre, eso según Christian fue lo de menos, porque fue un tiempo en el que todas olvidaron el lugar donde se encuentran.
“Mis compañeras me hicieron un baby shower. Aquí mi panza va creciendo y mi bebé es la bebé de todas”.
También, sus familiares y amigos le llevaron ropa para la bebé y abrieron un perfil en Facebook bajo el seudónimo “La Rana”, donde piden apoyo de pañales, ropa y alimentos que pueda llegar a necesitar no solo Alexa, sino las otras siete mujeres que están a meses o días de convertirse en madres y cuyas necesidades económicas les impiden tener lo que anhelan para sus hijos.
¿Te imaginas el momento del nacimiento?
“Por el peso ya, estoy a días de que la bebé nazca, ya quiero conocerla, soy muy niñera, pero ésta en especial ya la quiero tener, cargarla… A diferencia de mis otros embarazos, éste lo he disfrutado más, ahorita sólo estoy cuidando la panza, y en el lado emocional, viene el más pequeño de mis hijos y me dice, mamá ya me voy a llevar a mi hermana; aunque aún no sé cómo decirle que no se la va a llevar a casa, que ella se quedará aquí”.
¿Cómo definirías la maternidad tras las rejas?
“Es maravilloso aunque estés tras las rejas, no cambiaría nada de lo que he vivido aquí, lo único que sí, es que me gustaría estar más con el papá para tener esa relación y la convivencia de él conmigo y la bebé”, comentó con las primeras lagrimas en los ojos que surgían tras un largo tiempo de permanecer con su sonrisa fija, el pañuelo que sostenía con sus manos hinchadas producto del embarazo fue en ese momento su mejor aliado.
LA SEPARACIÓN
Christian está consciente de que una vez que la menor cumpla tres años será la familia de ella, en este caso su mamá y su hermana quienes cuidan a sus otros dos hijos, las que se harán cargo de Alexa. El momento, aunque es difícil, sabrá soportarlo, y es que durante su reclusión, ha visto a sus compañeros pasar por eso.
“Es muy feo porque ves que ellas están llorando, se paran en la puerta, los bebés van llorando y ellas se quedan llorando, eso es lo pesado creo, saber que después de tres años se van a llevar a tu bebé. Mira, sí aún cuando hay visitas sientes un nudo en la garganta cuando se despiden de ti aunque sabes que van a volver, pero una vez fuera ya no los tienes diario”, siguió con su voz entrecortada.
APOYO EN SU CRECIMIENTO
Cabe hacer mención que desde hace 12 años, el Centro de Readaptación Femenil cuenta con un Centro de Desarrollo Infantil (CENDI) del Gobierno del Estado en el cual les brindan a los hijos de las internas apoyo inicial que les permitirá adquirir autonomía y confianza en sí mismos, favoreciendo su integración a la sociedad y una vez que cumplan la edad límite estipulada en el penal, puedan empezar su vida en el exterior con la familia de su madre o padre.
“Este reclusorio desde hace 12 años cuenta con un CENDI establecido número 7 estatal. La Fiscalía de Reinserción, la General, el reclusorio femenil y la Secretaría de Educación conjuntamos esfuerzos del personal para que atiendan en educación inicial a 13 infantes que aquí viven… Es un plus que el reclusorio les proporciona a las madres”, informó la directora del reclusorio, Maria de la Luz García.
PAPEL DE MADRE AL EXTERIOR
El papel de mamá para Christian, no se representa únicamente con el nacimiento de Alexa, ella tiene a sus otros dos hijos que ve cada dos o tres meses debido a la distancia y lo costoso que resulta el traslado de Aguascalientes a Guadalajara, su cuidado y sobretodo su educación ha sido difícil ya que una vez que supieron los motivos de su reclusión, el rechazo fue evidente.
¿Cómo les explicas a tus niños que su mamá está en prisión?
“Fue un proceso muy difícil, cuando me detuvieron, el niño mayor tenía seis años. Tuve que esperar un tiempo para decirle que no era un internado como se lo habíamos dicho, sino que su mamá estaba en prisión, cuando se lo dije tenía ocho y se quedó privado, no fue sino hasta cuando lo entendió que me empezó a hacer muchas preguntas y crecen con resentimientos a uno”.
Con un llanto incontrolable, Christian dijo que enfrentó el rechazo de sus hijos, incluso en los días festivos tuvo que padecer su ausencia y ver como el resto de sus compañeras recibían a sus familiares con flores, pasteles, cartas o simples dibujos.
“Mi hijo el mayor se cerró, lo evadió, en días festivos no quieren venir, como en mi cumpleaños o el 10 de mayo por ejemplo”.
Sin embargo, no duda en que su libertad pronto llegará, puede que sea en cinco o hasta 15 años más, pero el día en que pase buscará recuperar el tiempo perdido con su hijo mayor que anhela ser ingeniero y el pequeño comerciante. “Si salgo de aquí voy a estar con mis hijos dos semanas sin hacer nada, quiero disfrutarlos todo el día”.
Pese a que en el penal tiene una tienda con la que obtiene recursos, sabe que una vez fuera, el rechazo lo vivirá quizá igual o peor que ella lo hizo cuando estaba en libertad.
“La sociedad somos muy cruel, incluso yo lo fui, ahora que estoy de este lado somos crueles porque cerramos las puertas para encontrar un trabajo, se nos hace fácil decir, si salió de prisión es porque es mala, siempre encasillamos todo”, finalizó la joven y rubia madre, quien tras recuperar el ánimo paró de llorar, se secó las lagrimas con el pañuelo que nunca soltó, siguió sonriendo y a la vez tomó camino rumbo a su celda.
PARA SABER
El Centro Femenil cuenta con cuatro dormitorios donde residen actualmente 506 internas: En el A, hay cuatro estancias, el B es donde están las mujeres que están siendo procesadas y tiene 17 cuartos; el D es para las que la justicia ya les dictó una sentencia y tiene 17 cuartos; mientras que hay uno especial, dedicado para las mamás donde hay cuatro estancias.
FRASES:
“Vengo por un proceso largo, puede que me hagan algún beneficio y me falten cinco años, sino 15 más”
“Estoy envejeciendo y quiero tener un hijo antes de que ya no pueda. Soy la única oportunidad de dar vida en mi casa”
“Sé que estará tres años conmigo pero estoy consciente de que nos van a separar”
“Los hijos son una responsabilidad de toda la vida, vivir en un núcleo familiar es bonito, me gusta ser mamá”
“Tuve un núcleo familiar muy bonito, una familia con problemas, como todos, a mí me falló el camino cuando llegué a cierta edad y no elegí a las personas indicadas”
CIFRAS
6 Años y nueve meses lleva recluida en Puente Grande acusada por secuestro
15 Años másserá el tiempo que estará presa en caso de que la autoridad no le conceda algún beneficio
3 Años tendráa su pequeña Alexa a su lado, concluido el tiempo, serán separadas
(Fotos: Andrea García)
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