La historia y el desarrollo de Zapopan están ligadas íntimamente con el maíz. No se puede negar. Su antiguo mote de Villa Maicera la lleva tatuada en su frente, aunque ya no sea reconocida por ello, sino por la modernidad de sus edificios, su plusvalía, pero los románticos del lenguaje nos lo recuerdan en sus sinónimos (más forzado que con un verdadero sentido) al llamarla ExVilla Maicera, pero no solo ellos, sino también su arte con el monumento al maíz, en su glorieta.
El maíz ha sido base de la cultura mexicana, mesoamericana y en general de América; fue moneda de cambio, símbolo de productividad, abundancia, estatus social, económico, musa de artistas, modelo de barro, elemento base, pilar de la alimentación de las antiguas culturas, punto de partida para las decisiones de los gobernantes, anclaje que terminó con las etapas nómadas, y ahora es venerado en una glorieta.
Una escultura blanca, con la interpretación de lo que supone un mazorca, está ubicada en la avenida Parres Arias en su cruce con Venustiano Carranza, cerca del corazón de Zapopan, y de camino al Periférico, vecino del Auditorio Metropolitano y lo que será la obra faraónica de la Universidad de Guadalajara: El Centro Cultural Universitario.
Para algunos esta glorieta lleva por nombre del Elote, para otros de la Mazorca, pero forma es punto de referencia para el norponiente de la ciudad. Al fijar la vista se puede apreciar que las hojas que envuelven al elote son figuras humanoides que abrazan la mazorca, como protegiéndola de las amenazas, resguardándola del clima, dejando ver levemente sus granos.
A pesar de ser una imagen cada vez más vista entre los ciudadanos que habitan el Área Metropolitana de Guadalajara, este monumento no es referencia para enumerarlo como parte del patrimonio artístico que tienen los zapopanos.
(Fotos: Andrea García)lg
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