Guadalajara

Celebran a la Morenita del Tepeyac

“Aquí abrazando el gato”, dice doña Mary, y sonríe con sus pocos dientes, es temprano y el frío cala hasta los huesos “pero no importa, primero venir a felicitar a mi Morenita, ¡le debo tanto!, dice, mientras sus ojitos se cristalizan con los recuerdos.

Doña Mary tiene los años vividos bien trazados en su cara, pero sonríe como una niña traviesa cuando le preguntamos qué hace para aguantar tanto frío, “es por mi virgencita”, dice segura. Es temprano y el Santuario de la Virgen de Guadalupe se encuentra lleno de devotos que acuden a felicitarla en su día, cantos y rezos inundan el ambiente, es 12 de diciembre, día de la Virgen y en Guadalajara la honran como cada año.

Más allá están don Manuel y doña Lupe, orgullosa de llevar su nombre, dice que acuden cada año a darle gracias porque sus hijos están bien, porque su madre, ya anciana, salió bien de su operación, y porque, aunque la vida es dura, ella siempre los acompaña. Es temprano y el frío golpea la cara sin clemencia, la mayoría de los peregrinos lucen capas y capas de sweaters, abrigos, gorros y todo lo que pueda procurar calor, y que les permita acudir a la cita de cada año.

Por la mañana, casi no hay mucha gente, pero el fluir es constante, “los espanta el frío”, dice don Rubén, quien camina en la fila despacio, en espera de llegar al altar, “es lo bueno, así llegamos más rápido”. Los cantos se escuchan hasta afuera, algunos rezan, otros más guardan en silencio, pensando en los bienes traídos por la Virgen.

La mañana transcurre tranquila y finalmente sale el sol que poco a poco va calentando calles, más devotos se atreven a salir y la fila por la calle Pedro Loza, único lugar por donde se puede acceder debido a las obras de la Línea Tres del Tren Ligero, la calle se llena de vida, y a esa hora el altar de la reina, de la Virgen Morena luce pletórico de flores, que a cada momento se suman más por las ofrendas de los asistentes.

Afuera pocos puestos ofrecen churros, los tradicionales buñuelos del Barrio de El Santuario, y algunos puestos de juguetes y ropa de “indita” para la ocasión, conforme avanza el día y el sol hace su tarea, aparecen los “Juan Dieguitos” y “Lupitas” de mano de sus padres, el frio no permite que luzcan sus galas, pero están felices de todo el ritual que implica ir a visitar a la virgen.

Al final, la Dirección de Protección Civil y Bomberos Guadalajara reportó la asistencia de más de 34 mil  personas con saldo blanco.

lg

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