Dos socavones han mantenido en alerta a autoridades estatales y municipales en Jalisco durante la última semana. Mientras en Guadalajara los trabajos se concentran en la avenida Malecón, en Tlaquepaque el incidente ocurrió en la colonia La Duraznera. Ambos hundimientos han puesto a prueba la capacidad de respuesta ante el desgaste de las redes de infraestructura hidráulica.
Malecón: un socavón que abrió paso a otro
Todo comenzó la noche del viernes 4 de julio, cuando el pavimento de avenida Malecón, en Guadalajara, colapsó de forma repentina. De inmediato, personal del SIAPA, la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (SEGIA) y la Comisión Estatal del Agua (CEA) se movilizó para limpiar la zona y contener posibles afectaciones ante las lluvias.

A lo largo del fin de semana, con apoyo de georadar y cámaras de videoinspección, se retiró la parte dañada del colector pluvial y se verificó que no hubiera obstrucciones ni oquedades peligrosas en los alrededores. El compromiso fue claro: trabajar las 24 horas para restituir el tramo colapsado y reabrir la circulación a la brevedad.
El lunes 7 de julio, a tan solo tres días del colapso inicial, los avances alcanzaban el 95%. Se construyó una caja de transición para dirigir correctamente el flujo de agua, se rellenó el socavón y se programó el colado de la superficie de rodamiento. Todo apuntaba a que la vialidad quedaría lista para el viernes 11, una muestra de eficiencia bajo presión.
Sin embargo, la revisión preventiva del resto del colector reveló una nueva sorpresa. A menos de 100 metros del primer socavón, se detectó otra oquedad en formación. Aunque no afectaba los trabajos ya terminados, el hallazgo exigió una segunda intervención urgente. Este nuevo punto también será excavado, se repondrán aproximadamente seis metros del colector y se procederá al relleno y reconstrucción de la superficie. La tecnología subterránea permitió anticipar el riesgo antes de que ocurriera otro colapso, pero también dejó ver la fragilidad extendida de la infraestructura.

Tlaquepaque: filtraciones que erosionan
Casi al mismo tiempo, en la colonia La Duraznera de San Pedro Tlaquepaque, vecinos reportaron un hundimiento en el cruce de las calles Frailes y Privada Misioneros. La causa fue distinta, pero igual de reveladora: una fuga en dos tomas de agua generó un flujo constante hacia un pozo de visita, lo que erosionó el subsuelo hasta provocar el colapso del pavimento.
Desde el 6 de julio, personal del SIAPA trabaja en la reposición de un tramo del colector pluvial y sanitario que fue severamente afectado. La tubería de 48 pulgadas de diámetro quedó comprometida, al igual que parte del sistema de alcantarillado. A pesar de los esfuerzos, las lluvias de los días recientes han complicado los trabajos a cielo abierto, acumulando agua en la zanja y ralentizando el proceso.

El martes 9 de julio se informó que ya se habían sustituido dos tramos de tubería, y que se continuará con los cinco restantes conforme lo permitan las condiciones meteorológicas. Una vez finalizada la intervención subterránea, se procederá con la reconstrucción del empedrado y las banquetas, devolviendo la seguridad y movilidad a la zona.
Mientras las autoridades avanzan en ambas reparaciones, la vida de los socavones sigue revelando lo que ocurre bajo la superficie: el paso del tiempo, el desgaste estructural y la urgencia de monitorear constantemente lo que no siempre se ve.