¿A quién no le gusta una buena historia de crímenes?
La literatura detectivesca engancha al lector con su irrupción de la cotidianidad, un siniestro que podría ocurrir a cualquiera sin importar su estatus social, su género o su etnia.
El entretenimiento pasa a través de la presentación de los personajes, por el interés que tenemos en descubrir quién ha sido el asesino, hasta llegar a preguntarnos por sus motivaciones. El thriller supera el papel sobre el que se escribe o el fotograma en el que se visualiza, su medio es la mente del propio receptor.
En sí mismo representa una actividad lúdica.
Por su naturaleza de juego, el thriller no podía quedar exento de tener una adaptación en el mundo del vídeojuego, pero su éxito es, o bastante parecido a la exposición cinematográfica o insuficiente en su pretensión de envolvernos en un juego de complicidad que nos hagan sospechar de todos. Es un puzzle, por supuesto, pero uno que se limita a la búsqueda de elementos para avanzar en una historia lineal, y no como un complejo entramado de interacciones engañosas.
“Her Story” es una propuesta que renueva un sistema insatisfactorio. Nos narra la desaparición de Simón Smith, y nos la cuenta a través de una serie de vídeos en donde se interroga a su mujer Hanna.
Al iniciar el juego nos encontramos ante una pantalla y una anticuada interfaz de una computadora de la base de datos policial de los años 90. En ella encontramos cinco vídeos que una tímida mujer responde con evasivas a una cámara. La clave del juego es que no podemos acceder a esos vídeos de forma cronológica, sino que debemos utilizar el buscador de la base de datos vídeos que contengan la palabra clave que nos interesa. Nuestra interacción consiste en teclear palabras clave en el buscador y ver los vídeos que aparecen como resultado.
Al estilo de Julio Cortazar en su obra literaria “Rayuela”, este juego nos presenta una narración no lineal de una historia cuyo orden debemos descifrar con el fin de entender, no tanto la desaparición, sino los motivos de Hanna. Sus híper simplificadas mecánicas lo alejan de la definición habitual de vídeojuego, pero lo convierten en la adaptación perfecta de un juego detectivesco en donde no es suficiente la sospecha, sino la construcción de un caso que haga sentido. Como en el manga “Death Note”, no se trata tanto de dar con el criminal como de resolver el caso de manera contundente.
Su narrativa fragmentada aporta una reflexión interesante sobre cómo afrontamos las narraciones en los vídeojuegos. Su punto débil no radica en la presentación, sino en el propio contenido que se vuelve predecible, y debido a su simpleza es relativamente fácil de solucionar tras poco tiempo de ir hilando el contenido.
“Her Story” no te puede prometer un serio quebradero de cabeza, ni un giro inesperado, pero con todo es uno de los juegos que mejor han sabido construir un juego basado en la interacción, y sus elementos juegan con nosotros tanto como nosotros jugamos con él.
lg
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