En el mundo de la tecnología, es innegable que la Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en un tema muy importante, a medida que avanzamos en 2023, es tentador considerar este año como el "Año de la Inteligencia Artificial" como mencionó Bill Gates en su blog en marzo, pero, en realidad, la IA es un campo que lleva desarrollándose durante décadas.
Lo que estamos presenciando en la actualidad es el resultado de años de investigación, avances tecnológicos y aplicaciones innovadoras. No es una novedad, sino más bien un momento culminante en la evolución de la IA.
A lo largo de su historia, la Inteligencia Artificial ha atravesado primaveras e inviernos. En la década de 1950, surgieron las primeras ideas y experimentos con IA, pero pronto se encontraron con limitaciones tecnológicas y financieras que llevaron a un período de estancamiento, conocido como el primer "invierno de la IA". Sin embargo, con el tiempo, los avances tecnológicos y el crecimiento exponencial de la potencia informática, la IA experimentó una resurrección en la década de 1980, marcando una "primavera de la IA". Posteriormente, la historia se repitió con otro "invierno de la IA" en la década de 1990 antes de alcanzar su resurgimiento actual.
En el mundo empresarial, la IA se ha vuelto esencial. Empresas de todo tipo y tamaño están adoptando soluciones de IA para mejorar la eficiencia, la toma de decisiones y la satisfacción del cliente. Sin embargo, en medio de esta fiebre de adopción tecnológica, es crucial recordar que la IA no es magia. A pesar de sus capacidades asombrosas, sigue siendo una tecnología en desarrollo que requiere supervisión humana constante.
Uno de los desafíos más críticos que enfrentamos en este "Año de la Inteligencia Artificial" es evitar caer en el sesgo cognitivo conocido como el efecto Dunning-Kruger. Este sesgo se manifiesta cuando las personas sobreestiman sus habilidades en un campo en el que tienen poco conocimiento real. En el caso de la IA, es esencial reconocer que, aunque sus capacidades son notables, la verdadera comprensión y dominio de esta tecnología requieren esfuerzos importantes de estudio y experiencia. No basta con simplemente adoptar estas soluciones más bien, es necesario profundizar en el conocimiento y entender las áreas clave de impacto.
Es interesante notar que el propio padre de la Inteligencia Artificial, John McCarthy, en 2006 comentó que la creación de la IA a nivel humano resultó ser más difícil de lo que parecía en 1955. Esto es un recordatorio de que, a pesar de los avances notables, la IA todavía enfrenta desafíos significativos en su camino hacia la verdadera inteligencia artificial a nivel humano. Es un terreno en constante evolución y exploración, lo que subraya la necesidad de un enfoque cuidadoso y humilde en su desarrollo.
La IA es un proceso iterativo que involucra la colaboración con expertos de la industria, proveedores, investigadores y otros actores relevantes. No es una solución aislada, sino una tecnología que debe integrarse en las operaciones comerciales de manera estratégica. Esto implica tener una mentalidad abierta al cambio, la capacidad de adaptarse a los procesos ágiles y la voluntad de mejorar continuamente.
Además, es fundamental que las empresas tengan un objetivo claro al adoptar la IA. ¿Qué problemas desean resolver? ¿Cómo pueden mejorar la experiencia del cliente? ¿Cómo pueden optimizar sus operaciones? Estas son algunas de las preguntas que deben guiar la implementación de la IA. Sin un propósito claro, es fácil caer en la trampa de usar la IA por el simple hecho de estar a la moda, sin obtener beneficios sustanciales.
Por Diana Patricia González Lozano
Directora de Desarrollo de Negocios para Blip LATAM
LinkedIn: Diana González
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