El principal perdedor, por haber quedado “fuera de la jugada”, con el reinicio de relaciones entre Estados Unidos y Cuba es México, pues nuestra nación debía ser quien facilitara el acercamiento entre estos dos países que vivían un conflicto que se generó durante los años sesentas, aseguró el académico especialista en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, Carlos Cerda Dueñas.El especialista recordó que luego de la llegada de Castro al Poder, México siempre estuvo como un protagonista en la relación que tenía Cuba con el resto de las naciones, pues nuestro país no rompió relaciones diplomáticas aunque muchos organismos lo solicitaron, además de que le ofreció un respaldo significativo en diversas ocasiones, a pesar de que esto no era del todo bien visto por su vecino del norte.“Este acercamiento además nos traía muchos beneficios para la diplomacia mexicana. Por dar un ejemplo está la presencia que teníamos México en África a través de la representación diplomática que nos daba Cuba”, dijo.Sin embargo, estas relaciones con la isla comenzaron a distanciarse a partir de que Ernesto Zedillo estuvo en la Presidencia de la República, pues fue cuando comenzó a notarse el retiro de este apoyo y, también fue en teste mismo periodo, cuando México se abstuvo en una votación que implicaba imponer más sanciones a la isla.Todo lo anterior significó que Cuba considerar otros intermediarios, como Canadá y El Vaticano, para poder completar las negociaciones que dieran pie al restablecimiento de las relaciones que llevaban muchos años distanciadas.En lo que respecta a lo que ocurrirá ahora que tanto el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, como el de Cuba, Raúl Castro, anunciaron la semana pasada, Cerda Dueñas aseguró que de manera inmediata no se sentirán los efectos benéficos para la isla, pues hay impedimentos legales, que surgieron a partir de que se inició con el bloque comercial, que no permiten que se haga un borrón de todo lo que ha pasado.“Si bien el presidente (Obama) es el jefe de la diplomacia, el jefe de la política exterior y, por lo tanto, puede tomar esta decisión de reanudad las relaciones, hay que tomar en consideración que hay varias leyes, respecto de la condición de Cuba. Primero la del embargo que viene desde la época de Kennedy, en el año 60. Pero luego tenemos la ley Torricelli que es del 92. Esa también le aprieta más al sistema cubano, y la más famosa de todas, que es la ley Helms Burton, que es del 96”, dijo.El especialista añadió que estas leyes, al haber sido aprobadas por el congreso el presidente estadounidense no las puede derogar de facto, por lo que consideró que se vive un proceso de transición pues en lo que respecta al ejecutivo ya se dio el paso importante, pero falta que dentro del Congreso estadounidense se pueda tener el consenso para que las leyes que sancionan a Cuba se eliminen.cr
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