El jefe del Departamento de Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDH) del ITESO, Óscar Castro Mercado, señaló que ante el impacto ambiental que ha sufrido el bosque La Primavera en los últimos años, es de suma importancia detener los desarrollos urbanos sin antes hacer un análisis integral del manejo hidrológico y de los recursos naturales de las zonas que colindan con la reserva natural, tal y como es el caso de la Cuenca del Ahogado.El académico del ITESO aclaró que es responsabilidad de la autoridad municipal el vigilar y proteger de forma en que se planea el desarrollo urbano de su territorio. “Según el artículo 115 constitucional, es el municipio el responsable de lo que sucede sobre su territorio en términos de edificación o desarrollo urbano. Si ellos son la autoridad, son los responsables de permitir que eso se construya o no, independientemente de que el proyecto cumpla con ordenamientos de nivel estatal, o hasta nacional”.Por lo anterior, Castro Mercado agregó que la realidad es que la autoridad es la constitucionalmente designada a verificar que lo que se hace en materia de desarrollo urbano, no cause prejuicios, entonces es totalmente de su obligación llevar a cabo un estudio sobre los requisitos que son mínimos, para evitar un grave impacto ambiental en la zona.Trascendió que en el caso de Tlajomulco, la cuenca que empieza a las faldas de La Primavera y termina en El Salto-Juanacatlán, está formada por altas pendientes y partes rocosas poco permeables, en tanto, fraccionar en esta zona ocasionaría que el agua no pueda ser absorbida y caiga a gran velocidad y cantidad.El jefe del DHDU destacó, que también es necesario que los fraccionadores tomen en cuenta los recursos naturales de las zonas. “En ese sentido, yo creo que en ese tipo de zonas no debería de permitirse construir hasta que no se haga un inventario acucioso de cuáles son las especies con las que cuentan y garantizar su sobrevivencia. Esa zona tiene también un patrimonio arbolado importante, donde sería muy difícil encontrar cómo construir ahí sin afectar estas condiciones naturales”, indicó.Por su parte, Pedro Alcocer Santos, uno de los coordinadores del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) Anillo Primavera del ITESO y académico del DHDU, destacó que ante este panorama urbanístico se pretende vivir juntos en el bosque, pero como ciudadanos somos poco consientes de lo que implica. “De alguna forma estamos evitando que ciertos servicios ambientales puedan ser parte de la ciudad, por ejemplo, hay fraccionamientos que se ponen junto al bosque, arrasan con vegetación nativa, y empiezan a plantar especies que nada tienen que ver con la vegetación de La Primavera. Existe la posibilidad (de construir), pero es importante identificar cuáles zonas son propicias para un desarrollo y de qué forma”Protección de la reserva
Sandra Valdés Valdés, también coordinadora del PAP Anillo Primavera, explicó que en 2006, el bosque fue nombrado por la Unesco como reserva de la biósfera en el programa “Hombre y Biósfera”, lo que obliga a las autoridades a protegerla estableciendo una zona núcleo, una de amortiguamiento y una de transición.mac
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