La alta prevalencia de insuficiencia renal entre los habitantes de la zona de Agua Caliente en el municipio de Poncitlán, se debe principalmente a la desnutrición, la contaminación del agua, enfermedades como parasitosis e hipertensión así como la exclusión social.Lo anterior se deriva tras un estudio encabezado por el investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Felipe Lozano Kasten, donde tras realizar 300 pruebas clínicas a menores de edad de las tres escuelas del pueblo, el resultado fue alarmante y es que de esa cifra, 170 resultaron con presencia de microalbuminuria, que indica algún nivel de daño renal. Tan sólo en este último mes han diagnosticado cuatro nuevos casos de niños con este mal, entre ellos una menor de 10 años, cuyo hermano de 11, ya recibe diálisis.Sin embargo, debido a la carencia económica, los niños no son atendidos a tiempo por un especialista, pues las familias en su mayoría no cuentan con los 60 pesos que cuesta el pasaje por persona para trasladarse a un nosocomio en la ciudad de Guadalajara.
AGUA CONTAMINADA, CONSECUENCIASEl académico del CUCS no descarta que el agua contaminada sea un factor principal, pero advierte que el problema “es multifactorial” y tiene que ver con un entorno socioambiental que deja vulnerables a las personas desde que son bebés y es que durante la investigación, los especialistas encontraron que los menores sufren un alto grado de desnutrición.“Los primeros alimentos en lactantes son muy pobres. La gente no tiene dinero para comer proteínas de origen animal prácticamente, más que el pescado, que empiezan a comerlo a los tres años. Lo demás son pastas, galletas, poca fruta y caldo de frijoles entre el destete y los cinco o seis años”, afirma.Esta mala alimentación tiene consecuencias también en sus procesos de aprendizaje. De acuerdo con el estudio, 38 por ciento de los niños estudiados tiene un rezago en el desarrollo, 46% está en riesgo de tener este tipo de retraso y sólo un 16% tiene un desarrollo normal en cuanto a motricidad, lenguaje y conocimientos respectivamente.Otro problema según Lozano Kasten es que debido a que las familias se sostienen de sus pequeñas cosechas, es común que utilicen fertilizantes y pesticidas en los cultivos, los cuales guardan en su mismo hogar, donde en una sola habitación suelen convivir los padres, los niños y algunos animales domésticos o de cría.“Se genera a través del humo una serie de tóxicos que pueden afectar el pulmón o el organismo de unos niños vulnerables que se la pasan pegados a las madres en el fogón y al inhalar ese humo, junto con los tóxicos que ya hay en el medio ambiente, van a tener afectación por su estado nutricional”, finalizó el académico.Por otra parte, la química farmacobióloga, Margarita Soto Gutiérrez, explicó que entre un cinco y seis por ciento los niños de kínder o secundaria presentan hipertensión y 90 por ciento de los niños en edad preescolar tienen parásitos como amibas y teniasis. Esto último debido a la contaminación de la tierra en la que juegan o mediante la convivencia con cerdos, gallinas o caballos.
“Esto les afecta porque, como son niños desnutridos, pueden presentar problemas de concentración. Según las características que vimos, estos niños presentan diarreas y no tienen buena atención en la escuela”, aseguró la también investigadora del CUCS.
Finalmente, los especialistas de la Universidad de Guadalajara no descartan que estas condiciones pudieran estar sucediendo no sólo en Agua Caliente, sino también en el poblado de San Pedro Itzicán y en las demás comunidades de la zona Ciénega localizadas a poco más de una hora de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
UBICACIÓNLa localidad de San Luis del Agua Caliente se localiza a una hora y media del centro de Guadalajara. Cuenta con una población no mayor a los 900 habitantes donde la minoría de estos tiene una edad máxima de 60 años.
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