Hacia el lado del Periférico Sur encontrarás el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), una de las escuelas privadas más importantes de la metrópoli, cuya extensión de hectáreas favorece el entorno estudiantil, mismo que recibe los beneficios de una vasta oferta académica en un espacio donde la naturaleza juega un rol importante en el desarrollo de la conciencia hacia ella. Además, cuenta con excelentes equipos tecnológicos que fungen como herramientas esenciales para el aprendizaje del alumnado.
El ITESO como toda institución respetada, tuvo sus inicios desde 1957, año en el que comenzaría una nueva historia académica y para las próximas generaciones. El instituto no pudo haberse logrado sin la ayuda de sus alumnos, que sin nos remontamos 60 años atrás, se les pedía a cada uno de ellos plantar cinco árboles, perfecto para construir un espacio estudiantil entre áreas verdes que ayudan a armonizar y darle un plus a la escuela.
Hacia 1962 se colocó la primer piedra que formaría la rectoría, y en diciembre de ese mismo año, el ITESO contaba con un terreno de 40 hectáreas. Las construcciones abarcaban 4 mil 600 metros cuadrados.
El campus estuvo bien planificado desde sus primeras edificaciones y pensado para su expansión; hasta hoy cuenta con 49 hectáreas y 42 edificios, caracterizados por el equilibrio y la armonía en sus construcciones y jardines.
Posee instalaciones educativas modernas, una red de sistemas informáticos y tecnológicos de punta, óptimos laboratorios para diferentes disciplinas, espacios deportivos, recreativos y áreas de convivencia con la naturaleza.
Lo cierto es que el ITESO es un espacio que ofrece más de 150 salones con servicios audiovisuales, red y sistemas que ahorran energía, laboratorios equipados con tecnología avanzada, cinco auditorios con capacidad hasta para 6 mil personas, instalaciones deportivas con canchas de futbol, beisbol, tenis, básquetbol, voleibol, voleibol de playa, gimnasio y pista de atletismo.
NM
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