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Este motor no está muerto, tiene muchas posibilidades de seguir si alcanza los límites permitidos de emisión y llega a ser competitivo en la adaptación al cambio climático

Autos a gasolina dan la batalla frente al auto eléctrico

La movilidad eléctrica avanza y cada vez más, compañías ensambladoras comienzan la transición hacia los vehículos eléctricos, sin embargo en los últimos años los diseñadores y fabricantes del motor a gasolina han venido desarrollando y mejorando las eficiencias en la química de la combustión del combustible fósil y la configuración del cuerpo del motor esta siendo adaptada para otros combustibles como hidrógeno o biocombustibles con lo que las emisiones en el escape se están reduciendo y por lo tanto regresa la competitividad que había perdido y con lo que se muestra que este sector industrial no dejara tan fácil el mercado apostando a la lucha contra el cambio climático y la reducción de la huella de carbono.

El auto eléctrico viene revolucionando la industria automotriz y se ha posicionado como pilar para la transición energética en términos de movilidad, comercialmente muchas de las armadoras como Tesla, BYD, VW, Toyota, BMW, Volvo, Nissan entre las más mencionadas, ya tienen líneas de diferentes modelos, para diferentes sectores de mercado; una revolución se ha provocado al llevar vehículos de tres motores eléctricos se cambiaron a un solo motor aumentando el rendimiento de la batería; China se pone al frente en la producción de vehículos de esta gama alcanzando 2.3 millones en el año 2022, por lo que se ve muy difícil que el motor a gasolina tenga oportunidad. Sin embargo, lo que poco se menciona es la gran cantidad de detalles que han surgido a partir de la puesta en el mercado comercial, como la falta de estaciones de recarga, el tiempo necesario para que se realice la recarga, los problemas en las instalaciones eléctricas domiciliarias por el alto consumo que provoca sobre calentamiento, cortos circuitos, flamazos y la elevación de tarifas, así como la vida útil de las baterías que no soportan el número de ciclos de recarga que inicialmente se ofrecían, por lo que hay que sustituirlas y el propietario ve devaluado su auto para poder venderlo.

Todos estos aspectos han sido evaluados por los mismos fabricantes que ya producían autos a gasolina, por lo que las divisiones de motores a gasolina no han cerrado y al contrario han visto oportunidades para el tradicional motor reciprocante pero con la inserción de nuevas tecnologías, nuevos materiales, nueva instrumentación, controles por inteligencia artificial y la posibilidad de utilizar otros combustibles, por lo que este motor no está muerto, tiene muchas posibilidades de seguir usándose si alcanza los límites permitidos de emisión y llega a ser competitivo en la adaptación al cambio climático, lo que quiere decir que hay oportunidad de que sigan en el mercado.

Voceros de las diferentes armadoras conjuntamente con fabricantes de motores y centros de diseño mundiales ponen en la mira la utilización de diferentes mecanismos para hacer más eficiente el motor a gasolina, valuando el peso y consiguiendo con el uso de polímeros un descenso significativo, un planteamiento de instrumentación avanzada que permita administrar todos los recursos del automóvil desde la filtración e inyección de la gasolina, la química de la combustión, los parámetros de enfriamiento, recuperación de calor y paso de los gases por el catalizador de hasta 4 vías; todo administrado por una computadora central, de esta forma los motores que se venían fabricando que ya tenían avances en electrónica ahora optimizan los recursos a través de la inteligencia artificial (IA).

Una de las cartas fuertes con las cuales se apuesta a ganar terreno, es el sistema híbrido compuesto de un motor de gasolina para arranque, que se embraga al eléctrico incrementando así la eficiencia y donde la Inteligencia artificial (IA) determina qué motor utiliza para las condiciones de tráfico y al mismo tiempo que carga la batería, esta combinación solo Toyota Prius la había puesto en el mercado pero ya hay otras marcas que han introducido con muy buena aceptación y sobre todo ambientalmente aceptado y con lo que muchos gobiernos han impulsado a través de los estímulos fiscales.

Otra de las visiones se enfoca al uso de combustible con una química más eficiente como la del etanol o sus combinaciones que han reducido sustancialmente la producción de monóxido de carbono CO y partículas PTS y con la adición de sensores integrales el motor se vuelve competitivo en aquellos lugares donde ya hay disponibilidad de biocombustibles.

Europa por otro lado y viendo las restricciones que tienen en términos ambientales esta apostando al hidrógeno H2, combustible gaseoso con alta energía interna que puede desarrollar altas potencias en motores de cilindro, tiene el gran reto del almacenamiento a temperaturas muy frías de -250 °C pero ya está probado que puede tener viabilidad si se integra una cadena de suministro industrial de hidrógeno verde para atender a los usuarios con este tipo de motor que en las competencias de autos de carreras ha tenido excelentes resultados como lo reportó NAPA SUPER TEC de Japón en la competencia de 24 horas.

Aunque futurista pero ya la comunidad científica lo menciona al motor de fusión nuclear, un motor que el mismo Albert Einstein había pronosticado y que ya una compañía emergente Rockstar en 2021 comenzó a desarrollar un modelo donde aprovechar la alta temperatura de la fusión para expulsar un chorro de protones y generar un empuje mecánico que impulse la carrocería de un móvil, suena poco alcanzable pero el tiempo indicará la viabilidad, lo que sí es un hecho que el motor eléctrico tiene competidores fuertes todavía en los motores reciprocantes y la lucha por los mercados del sector automotriz no será fácil

 

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