Universidades

Segunda Parte

Historia y Crónica de la UNIVA: El contexto de su nacimiento Finales de los años 50 y década de los 60

Una nueva sociedad de individuos más conscientes y participativos, y una Iglesia renovada que requería de laicos más preparados y comprometidos, inspiraron iniciativas como la del Arzobispo José Garibi Rivera; quien le encargó al padre Ramón Gómez Arias la fundación de un instituto. El Padre Ramón recién había dejado de ser el director espiritual del ITESO, cargo que desempeñó desde 1958. La institución surgió con el propósito de formar religiosamente a los alumnos del ITESO; objetivo que, sin embargo, nunca cumpliría (Díaz Ceja, 1991). Fundado en 1959, tendría un destino distinto, inaugurándose como una escuela de Teología para seglares que, dada la época, tenía la intención de dar cabida a un laicado cada vez más interesado en tener una participación más informada y activa en la Iglesia.

Alumnas del Pío XII (UNIVA)

El gran día fue el 7 el noviembre de 1960 cuando inició esta aventura educativa en una modesta escuela de Teología llamada Instituto Pío XII. En su inauguración estuvieron presentes el Exmo. Señor Cardenal José Garibi Rivera, Arzobispo de Guadalajara, el Exmo. Señor Francisco Javier Nuño y el Rev. P. Jesuita Jesús Martínez Aguirre, Provincial de la Compañía de Jesús (Díaz Ceja, 1991).

Cortado el listón, esparcida el agua bendita y consagrada la obra de manos de los Mitrados, se puede decir que el Pío XII sólo existía nominalmente pues no tenía un local en forma. Las clases iniciaron en el salón de actos del entonces Colegio Victoria. Tuvieron que transcurrir unos meses para su reubicación a una sede más formal, un local situado en la calle Madero #808, en Guadalajara.

Por sus dimensiones el instituto no necesitaba de mucho personal; en lo administrativo, como única secretaria, laboraba la señorita María Elena de la Torre. La planta de maestros la constituían el Director, el P. Porfirio Miranda, el P. José Refugio González Bordón y el P. Enrique Cárdenas. En total había diez profesores: nueve pertenecían a la Compañía de Jesús y uno era un padre diocesano. De alumnos apenas se completaban trece, en su mayoría mujeres, que a lo largo de cuatro años estudiaron filosofía y teología, siguiendo un plan similar al impartido en los seminarios y universidades católicas. Al término de sus estudios, obtuvieron el grado de Licenciatura (González Escoto , 2002, pág. 23).

Arzobispo José Garibi Rivera (UNIVA)

El 20 de marzo de 1961 inició un nuevo semestre y, dadas las carencias económicas de la institución, profesores y alumnos tuvieron que mudarse a una casa ubicada en Madero #424, propiedad de la familia Arroyo Chávez; pese a ello, la planta docente se amplió con la incorporación del P. Guillermo García S.J. y el P. Luis Hernández Prieto. La falta de recursos no le restaba formalidad al proyecto y por aquellas fechas quedó constituido un consejo consultivo conformado por el Ing. José María Muñoz Franco, Presidente; Margarita Olivia Vargas Z., Vicepresidente, y María Elena de la Torre Margarita como Tesorera (Díaz Ceja, 1991).

No concluía el segundo semestre cuando el instituto tuvo, nuevamente, que cambiar su domicilio a Prisciliano Sánchez #525; pero éste no sería el único cambio importante en puerta: el padre Gómez Arias, su fundador, tuvo que cambiar de residencia por orden de sus superiores y la Compañía estimó que no podría continuar haciéndose responsable del instituto. El Arzobispado de Guadalajara, por lo pronto, retomó la responsabilidad y es así que llegaría al Pío XII, el hombre que con su trabajo y sacrificios transformaría a esta modesta e itinerante escuela para laicos en una prestigiosa universidad.

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