
Aunque se tiene un estimado del número de árboles que hay en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), aún falta una radiografía completa del arbolado urbano que permita conocer con precisión dónde están, en qué condiciones se encuentran y si representan algún riesgo para la población.
Así lo advirtió la profesora Margarita Anaya Corona, del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial del CUCSH, durante una rueda de prensa convocada por el Día Internacional del Árbol, el pasado 28 de junio. En declaraciones retomadas por la Gaceta UdeG, la académica explicó que, si bien hay algunos inventarios parciales, aún no es posible responder a preguntas clave sobre la distribución y estado de los árboles.
De acuerdo con datos disponibles, Guadalajara lidera en número de árboles, con 462 mil 453 ejemplares contabilizados en espacios públicos. Le siguen Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco, Tonalá, El Salto y Juanacatlán. Las especies más comunes son eucalipto, jacaranda, casuarina y fresno, siendo este último uno de los más representativos de la zona.
Sin embargo, más allá del conteo, la especialista señaló que es urgente conocer el estado de salud del arbolado, sobre todo ahora que la temporada de lluvias incrementa los riesgos. “Es en este periodo cuando los árboles más viejos o enfermos tienden a caer, especialmente ficus y eucaliptos, que según estudios son los más propensos a colapsar”, alertó Anaya Corona.
La académica destacó también la importancia de la reforestación planificada, aprovechando el temporal para reponer árboles perdidos y prevenir daños ambientales. En ese sentido, recordó que los árboles cumplen funciones vitales como reducir inundaciones, evitar la erosión del suelo y servir como barreras contra el viento.
Además del riesgo por colapso, otro problema que enfrenta el arbolado urbano del AMG es la presencia del muérdago, una planta parásita que prolifera gracias a la dispersión de semillas por aves. Su eliminación depende de podas frecuentes, pero la falta de personal en los ayuntamientos dificulta su control. “Esto favorece su expansión”, advirtió Anaya.
Por su parte, Ana Isabel Ramírez Quintana, investigadora del CUCBA, compartió que han colaborado con diversos municipios —incluidos Guadalajara, Zapopan, El Salto y Juanacatlán— en acciones para mejorar el manejo del arbolado. No obstante, reconoció que aún hay zonas con déficit importante de árboles, sobre todo en áreas con menor plusvalía.
“Guadalajara es una ciudad arbolada, pero de manera desigual. Las zonas de mayor valor económico suelen tener más árboles, y no necesariamente por el dinero, sino por la organización comunitaria”, afirmó.
Ramírez subrayó que la ciudadanía también tiene responsabilidad en el cuidado del arbolado, especialmente en el ámbito privado. Llamó a fortalecer la colaboración entre vecinos, autoridades y responsables de parques y jardines, y a reportar árboles que representen un riesgo a las instancias correspondientes.
Conocer y cuidar el arbolado urbano es una tarea colectiva que requiere coordinación, información confiable y participación ciudadana. Y aunque hay avances, aún falta construir un mapa completo y actualizado del patrimonio vegetal del AMG, una deuda pendiente con el entorno y la seguridad de quienes lo habitan.